No es la primera vez que la subvención por la producción de agua es retirada por un Gobierno del PSOE a la Ciudad Autónoma de Melilla. Ya sucedió en el año 2011 cuando el presidente del Gobierno era José Luis Rodríguez Zapatero, aunque entonces la excusa fue otra bien distinta.
El Gobierno melillense de esa época se sintió engañado a lo largo de esa legislatura por la Administración General del Estado en cuanto a las ayudas por producción de agua porque supuso cambiar una fórmula que permitía un menor coste para las arcas autonómicas por otra nueva que hizo incrementar el dinero para el mantenimiento de la desaladora, bajo la argumentación de prohibición por parte de la Unión Europea.
Sin embargo, según se pudo descubrir con posterioridad para la misma situación en las Islas Canarias se mantuvo el concepto de ayudas a la producción de agua que procedieran de las distintas desaladoras instaladas en el archipiélago canario.
Estas son las razones que llevaron a solicitar al siguiente Gobierno, presidido por Mariano Rajoy, que volviera al antiguo sistema de abono a la producción de agua, que estuvo vigente durante los gobiernos del Partido Popular y en segundo lugar a que se produjera una ayuda extraordinaria para paliar las pérdidas que tuvo la Administración autonómica durante estos últimos años como consecuencia de haberse cambiado el sistema.
Esta ayuda extraordinaria, situaban no solamente esas pérdidas que el Estado no había sufragado en la producción de agua, sino también las cantidades que se dejó de percibir con motivo de la reducción en las aportaciones en los convenios para los Menores Extranjeros No acompañados (mena) y de Educación.
Sin embargo, a mediados de la primera legislatura socialista, se comunicó por parte del Ministerio de Medio Ambiente que la Unión Europea prohibía la subvención a la producción de agua y que por tanto las ayudas debían realizarse con otros conceptos, como fueron para la mejora de la red de abastecimiento. Se formuló una cantidad para las ciudades de Melilla y Ceuta.
Como es lógico, la Administración autonómica no tuvo más remedio que firmar ese nuevo convenio, el cual, precisamente, finalizó el treinta y uno de diciembre de 2011 y además con el agravante que ya estableció el Gobierno socialista en el sentido de que sería el último ejercicio en que se podrían establecer. Sin embargo, la sorpresa saltó cuando en el mismo Boletín Oficial del Estado permanecían las ayudas a la producción de agua en las Islas Canarias.
De ahí que se quisiera volver al antiguo sistema y esa confianza se materializó a los pocos meses y se confirmó la aportación de cuatro millones de euros para subvencionar la producción de agua procedente de la desaladora en nuestra ciudad.
Unas cantidades que se han ido renovando en cada uno de los presupuestos que se han ido aprobando.
Ahora, el problema se centra en que se ha encontrado la fórmula para abonar otra subvención nominativa como es la de los mena, con cuatro millones de euros, a través de un acuerdo del Consejo de Ministros y nos encontramos con que Madrid, a pesar de las buenas palabras, ahora ha comunicado que este año no se realizará ni esta aportación para la producción de agua, ni tampoco los tres millones doscientos mil euros que se consiguieron para otra cuestión como son los gastos derivados del hecho fronterizo.
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