En esta entrevista, Claret habla además de las próximas elecciones, de temas como la inmigración o sus más de 100 días en el cargo. De ellos destaca el haber logrado restituir las relaciones con la Ciudad. El delegado del Gobierno, Antonio María Claret, se está enfrentando en estos escasos meses que lleva en el cargo –desde abril de este año– a uno de los problemas que reiteradamente todos los veranos se incrementa. Se trata de la entrada de inmigrantes ilegales, que desde junio a esta fecha ha supuesto la llegada a Melilla de casi 300 personas. De momento, y según explicó, la situación “está controlada”, al menos en el aspecto de atención, pues aunque el Centro de Estancia Temporal (CETI) tiene superada su capacidad, el traslado a la península de muchos de los acogidos, permite que no se sobrepase el clima de convivencia de este centro. Pero además, en esta entrevista, hubo tiempo para hablar de otros temas como las elecciones.
-¿Qué le parece Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato?
-Es un buen revulsivo. Es un excelente candidato. A mi es de las cosas que más me ha gustado, porque Rubalcaba es un tipo de mi generación; pero es un tipo listo, hábil, buen comunicador, explica las cosas muy bien y a mi me parece que eso es un elemento importante. Es una persona que es de izquierdas y a mi, personalmente, es un candidato que me gusta mucho.
Además, tengo la sensación de que Rubalcaba está dándole otro aire a la actividad del PSOE. Yo como militante veterano percibo bastante bien lo que siente el partido y el PSOE, que estaba un poquito decaído, francamente decaído, ha tomado aire y se ve a la gente otra vez respirando, mirando hacia arriba.
-¿No piensa entonces que es un candidato de paso, teniendo en cuenta el batacazo tan grande del PSOE en las municipales?
-Eso han sido las municipales; las nacionales no tienen porque ser así. Yo no preveo que vayan a ser como las municipales, donde han influido muchos factores locales; el momento más agudo de la crisis económica que ha pasado una factura importante. Ha sido un batacazo serio, pero yo creo que con Rubalcaba el PSOE puede mejorar mucho sus resultados.
-Cambiemos de tema y si no le importa hablamos ahora de la inmigración. ¿Cómo está actualmente la situación?
-Según me cuentan, en la época del verano se incrementa el número de inmigrantes que acceden a Melilla y este año no es distinto.
Este verano estamos teniendo un goteo permanente de inmigrantes lo que hace que mantengamos el CETI en alrededor de 700 personas, una proporción que todavía es manejable.
Tenemos un goteo continuo, pero no te ves con el agobio de encontrarte de pronto con 60 o 70 personas que tienes que atender como ocurre algunas veces en las costas de Motril o Almería.
No podemos perder la conciencia de que son personas a las que hay que atender. Somos seres humanos, tienes que cuidarlos, atenderlos, darles las mínimas condiciones y a ser posible, inmediatamente mandarles de vuelta a su lugar de origen. Esta es la forma de decir que no, que lo vean sus paisanos, que no vale, que no se van a quedar aquí.
No podemos acoger a todo el mundo que llama a nuestra puerta; no es posible, pero si tenemos que saber que son gente que quiere mejorar su vida, que no son gente que no quiere trabajar o mala. Pueden ser hasta incómodos, que yo reconozco que pueden llegar a ser incomodar, pero hay que tener la conciencia humana de que son gente que sufre y que nosotros no podemos arreglar el mundo entero de golpe, pero paliar las dificultades que tengan y esté en nuestra mano, sí.
-¿Todos los que se trasladan a la península es para que luego sean, a su vez, trasladados a sus países de origen?
-Esa es la intención. Calculo que habrá algunos que se queden en la península porque no los reconozcan sus cónsules, pero la intención cada vez que se traslada a alguien es devolverlo.
-¿Se ha producido algún tipo de protesta o queja por parte de Guardia Civil o Policía en referencia a este tema?
-No, no ha habido ninguna queja ni ningún problema, en absoluto. Ellos hacen su trabajo, lo hacen bien y no ha habido el más mínimo problema, al reves, todo normal.
-¿Es realmente tan difícil el control de inmigrantes por lo menos desde el otro lado?
-No lo sé. No puedo decir lo que hacen en el otro lado porque obviamente no estoy allí ni lo puedo ver. Yo creo que hay que presuponerles una buena voluntad. Muchas veces colaboran eficazmente con nosotros, otras veces tenemos más afluencia y yo supongo que ellos también soportan mayor presión y por eso entran más gentes porque no podrán controlarlo todo. Pero en términos generales la colaboración de la policía y gendarmería marroquí es correcta.
-Volvemos a hacer otro giro, si no le importa. Ya han pasado más de 100 días como delegado del Gobierno ¿Qué impresión tiene?.
-Sigo igual de encantado; es una ciudad tan bonita. Estuve el otro día con los de Tourespaña, y yo ya había visto varias veces Melilla La Vieja, pero en esta ocasión, que coincidí con Javier Mateo, todavía me gustó más cuando me la explicaron con detalle. Me gusta mucho. Yo la verdad es que me encuentro muy a gusto en esta ciudad.
-¿Se ha hecho ya con el ritmo de la ciudad, con sus singularidades?
-No se si yo me he hecho con el ritmo o la ciudad se ha hecho conmigo –responde entre risas–. Nunca es posible que alguien que viene de fuera tenga la percepción que tiene la gente que es de la propia Melilla, pero yo creo que tengo ya alguna idea, bastante cabal, de cómo es Melilla, cuáles son sus dificultades y cuáles son los problemas.
Otra cosa es que hayamos sido capaces de enfocarlos bien.
Yo creo que en este período sí hemos enfocado bien una cosa: Hemos conseguido restituir una normalidad de relaciones institucionales que para mi es esencial para poder trabajar con los demás. Estoy muy contento con la relación que tengo con la Ciudad Autónoma; colaboran, ayudan y yo creo que ellos también notan que nosotros colaboramos, ayudamos y tratamos de hacer las cosas conjuntamente. Y eso es bueno para Melilla y los melillenses. Habrá cosas en las que discrepemos.
El otro día, por ejemplo, Miguel Marín dio una opinión sobre la inversión que se ha hecho por parte del Estado en la ciudad. Yo discrepo, obviamente, de esa opinión; pero se hacen dentro de la corrección, dentro de la idea de defender a Melilla y de defender determinadas maneras de actuar. Eso es correcto, no hay nada que decir. Pero cuando se plantea un asunto que queremos realizar nos ponemos a la par y eso a mi me ha gustado. El cambiar ese clima de relaciones creo que es positivo para la ciudad.
-Ese mérito, ¿hay que atribuirselo a alguien?
-Obviamente ese mérito tiene que ser de todos los que participan en la idea, tanto de la Ciudad Autónoma como del Gobierno de España.
-¿Y, de esos problemas que ahora ya conoce de Melilla?
-Yo he percibido un problema real en los barrios IV y V, Cañada y Reina Regente. He apreciado que tenemos un problema de paro, abandono escolar; un problema serio, y hay que ocuparse de esos barrios. Sé que el Gobierno de la Ciudad está en ello. El Gobierno de España también. Desde nuestra perspectiva, la policial y la educativa, también estamos en ello. Ese yo creo que es uno de los problemas detectados y a los que hay que dedicar, en mi opinión, tiempo y acciones conjuntas. No única y exclusivamente durante un período corto de tiempo, sino largo, de varios mandatos. Ese es un trabajo que tendremos que hacer con determinación para mejorar desde el urbanismo a la educación, paro, drogadicción. Todas las materias que hay ahí, en esos barrios, hay que mejorarlo. Ese es el problema más importante.
Desde nuestro punto de vista, del trabajo de la delegación, la Educación es esencial. Tenemos un buen director provincial, José Luis Estrada, que es un tipo serio, muy trabajador y con mucha experiencia. Hemos apostado decididamente por incrementar la FP, que es la manera que la gente tenga salida. Hay que incrementar el número de colegios y de escuelas de FP. Esa es otra cosa que tenemos bien detectado y en la que se está trabajando.
En cuanto a la asistencia sanitaria es un problema de que siempre es poca. Cuando estudie salud pública una de las cosas que decían es que sanidad no engendra solo salud, sino también sanidad. Cuanto más prestas, más hay que prestar.
Pero el hospital que se está construyendo va a solucionar en gran medida los problemas sanitarios.
Después el agua, que es un problema menor. Me cuentan que había antes restricciones importantes y se solucionó. Ahora, la verdad es que, de eso me siento relativamente orgulloso, aprovechando que tengo una relación excelente con el presidente de la Confederación Hidrográfica, desde el día que llegue y empezaron a contarme los problemas empece yo a llamarle y a decirle “Joaquín, que aquí tenemos problemas con el agua, que aquí necesitamos que se incremente la depuradora, que necesitamos que se le quite la salinidad”, y el hombre, debe ser por lo pesado que soy, me ha hecho caso y además va a hacer también nuevas conducciones.
-Y todo eso al margen del paro.
-José María López Bueno, que me parece un tipo muy inteligente, ha escrito un libro y está trabajando en un mecanismo para que esta es una ciudad sea captadora de servicios al exterior, al entorno, y a mi me parece que esa es la solución de Melilla. Es verdad que aquí entra mucha gente a comprar, a trabajar; pero tenemos que prestar además esos servicios. Tiene que ser la plataforma de desarrollo del norte de África.
Esa idea, además, es muy antigua. Estoy leyendo la historia de Melilla y esto ya lo planteaba Cándido Lobera hace 100 años.
-¿Qué otra cosa le ha satisfecho más, además de restablecer la normalidad de las relaciones institucionales?
-Si es de la gestión, el haber conseguido que entre el grupo de personas que trabajan en mi entorno haya un ambiente de camaradería que me parece notable. Es muy difícil conseguir que la gente que trabaje contigo se sienta feliz, se sienta a gusto, que venga a trabajar por las mañanas con ganas, y ese es uno de los elementos que cualquier directivo, en cualquier ámbito, debe ser lo primero.
Se que es una cosa menor, muy cercana, muy íntima, pero a mi me satisface muchísimo que la gente que trabaja conmigo se sienta cómoda trabajando y eso me gusta.
Después, además de lo la Confederación, tengo un par de cosillas en marcha que estoy esperando que terminen de fraguarse.
Estoy en contacto con la Confederación Granadina de Empresarios para hacer un viaje comercial de éstos hacia Melilla y que vengan a hacer una misión comercial y desde aquí, saltar al otro lado. Y lo hemos programado para el mes de septiembre. No quiero que se aborte antes de tiempo, pero ese tipo de actuaciones que hace que Melilla se conozca...
Aquella gente trabaja mucho en la zona de Tetuán y es incomprensible. Aquí están más cerca y tiene el avión.
Esa sensación de aislamiento, de que no nos conozcan hay que romperla y la manera de hacerlo es traer gente permanentemente. Yo estoy haciendo muchas gestiones para que venga gente a Melilla a hacer cosas, aunque sea solamente a reunirse y a conocer. Y bueno, tengo unas cuantas empresas a las que conozco y he tenido buenas relaciones y tengo la esperanza de que vengan en poco tiempo, entre septiembre y noviembre, para conocer la ciudad; porque hay mucha gente que no la conoce. Y hay que ponerlos en contacto con la gente que está trabajando, con Promesa, porque mi misión no es más que abrirles puertas.
A mi me ha gustado mucho lo del barco de Motril. Me ha encantado. Yo llamaba al del puerto de Motril y decía “que no se os vaya a escapar, que esto es una cosa buenísima”. Para todos los que pasen en coche ese será un buen mecanismo.
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