Los vecinos de la calle López Moreno y Ejército Español, así como las vías perpendiculares han estado días sin luz casi hasta media noche. Los técnicos de la Ciudad Autónoma solucionaron ayer el problema.
“Apaga la luz que no la regalan”. Es sin duda una frase, que al que más y al que menos, y con los matices propios de cada sitio y cada persona, le han dicho alguna vez. Ahora, con los tiempos que corren, y con esa escalada sin límite que parece que están sufriendo los precios de casi todo y los impuestos que los acompañan, este consejo, que suena a imperativo, es más adecuado que nunca. Pero una cosa es no malgastar la electricidad y otra vivir en la oscuridad. Esto es lo que les viene pasando en las últimas semanas a los vecinos que pasean o viven en la calle López Moreno y Ejército Español, y en las perpendiculares a estas, y es que poco antes de las diez de la noche, cuando las farolas de casi toda la ciudad empiezan a iluminarse, las de esta zona continuaban apagadas. Eso sí, en el camino de vuelta, pasada la medianoche, igual que se deshacía el hechizo de Cenicienta en el cuento, se iluminaba la calle al paso de quien la andaba.
La imagen, recuerda a la del Viernes Santo, cuando la virgen de la Soledad sale de la iglesia del Sagrado Corazón para procesionar por las calles de la ciudad. Sin embargo, a diferencia de ese momento, en el que todos los melillenses esperan que las farolas permanezcan apagadas durante un largo rato, lo que sucede en estos días en esta zona del centro es una sorpresa para casi todos, y además no es intencionada.
La explicación a este hecho no es que la Ciudad Autónoma haya decidido reducir la factura del gasto eléctrico a riesgo de que sus residentes se den algún tropezón; el motivo es mucho más sencillo. Las farolas, estas al igual que el resto de las que hay en Melilla, están reguladas por un sistema automático y el momento del encendido lo marca un reloj. Pues bien, según explicó ayer a este periódico un técnico de Obras Públicas del Gobierno local, este reloj ha debido de desajustarse y eso ha provocado que el momento del encendido de estas luces se haya retrasado más de lo recomendable.
Desde la Ciudad Autónoma apuntaron que ayer mismo los técnicos del área tratarían de subsanar el problema, y así fue. Después de varios días caminado a oscuras, los vecinos de la zona pudieron por fin anoche adentrarse en esta vía sin temer toparse con algo desconocido o lo que es peor, no ver con lo que se topaban y caer.
Los más contentos, sin duda, los que tienen que entrar cada día a su casa por alguna de las calles afectadas, y para los que encontrar la cerradura era casi tan complicado como para los que regresan del Puerto Noray después de una noche de fiesta, y que no ven, por mucha luz que les ilumine.