CSI-F explica que el próximo mes comenzarán las protestas en las puertas de los colegios para pedir institutos de ladrillo.
Las concentraciones regresan a las puertas de los colegios. Los sindicatos pedirán a los maestros que salgan de nuevo a las puertas de sus centros para protestar juntos contra los ‘centros de papel’. Exigirán de una vez por todas que los nuevos colegios e institutos pasen de estar redactados en documentos oficiales a ser reales. Los papeles, como las promesas, se vuelan con el viento, mientras que los ladrillos no desaparecen tan fácilmente. Ya están cansados de castillos en el aire, de promesas que se quedan escritas en los periódicos y que nunca llegan a cumplirse. En febrero los maestros saldrán de los centros para exigir que los colegios e institutos que necesitan Melilla pasen de la realidad virtual de un ordenador en el que se diseñan a su construcción en un terreno.
CSI-F explicó ayer a El Faro que los sindicatos se han puesto de acuerdo para volver a unir fuerzas y mostrar a través de las protestas que no están solos en esta lucha por la mejora de la educación. Aseguró que el objetivo de ir a los centros y de manifestarse en sus puertas no es otro que el de hablar sobre las carencias de cada uno de ellos. Cuando estuvieron el colegio España explicaron “la mala planificación” de las obras que llegaron a retrasar el inicio de las clases en septiembre. El día que protestaron en las puertas de la Escuela de Arte, manifestaron los problemas de espacio que tiene este centro porque comparte aulas con el IES Virgen de la Victoria que a su vez ocupa otros dos edificios más porque no tienen uno propio. Y entre todos los problemas que hay en los centros educativos, destaca uno que es común: La elevada ratio de las aulas. Ésto sólo se resuelve con la creación de nuevas clases en nuevos centros, aseguró el sindicato. Por eso, es tan importante volver a protestar contra esos proyectos que sólo están en papel y en las declaraciones de los políticos.
Más que palabras
El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, aseguró hace unos días a El Faro que son muchos retos a los que se enfrenta este año, como la construcción del instituto del Jardín Valenciano, que comenzará a mitad de año o la del colegio de Gabriel de Morales que podría iniciarse en diciembre. Pero para CSI-F esto no son más que promesas de un político y han escuchado muchas veces estas mismas palabras. Así, el sindicado recuerda que hace quince años este periódico publicó el anuncio de las autoridades locales de aquellos años que ya prometían a construir un nuevo instituto a los del IES Virgen de la Victoria, los alumnos de este centro que aún siguen esperando esa construcción.
Por todas estas experiencias, CSI-F insiste que hay que continuar con las protestas para que al menos el Ministerio de Educación vea que los profesores están en contra de cómo se está gestionando la educación en Melilla. Con estas manifestaciones en los colegios y los institutos los sindicatos muestran que sus reivindicaciones no son sindicales, sino de toda la comunidad docente y las familias de los alumnos, asevera.
Las protestas
Las concentraciones comenzarán el 3 de febrero en el colegio Velázquez y finalizarán el 16 de abril en el Centro Integrado de Formación Profesional Reina Victoria Eugenia el 16 de abril. Durante tres meses, los sindicatos estarán en la puerta de diez centros para mostrar cómo son las condiciones de la educación en el interior. Es la forma de protestar por la elevada ratio que no ayuda a nada a los maestros a reducir el fracaso y el abandono escolar.
CSI-F afirma que cuando llegue abril no se terminarán las protestas. Si para ese mes, el Ministerio de Educación no ha dado muestras de cambiar en su actitud con el sistema educativo de Melilla, se planteará tomar “medidas contundentes”. El sindicato espera no tener que continuar con las concentraciones en un futuro porque eso significará que el Ministerio no ha construido ningún centro ni ha solucionado los problemas que actualmente tienen los maestros de la ciudad.
Preguntar a los profesores
CSI-F insiste en que la Administración no puede imponer desde Madrid una serie de medidas, como las normas de inicio de curso, sin consultar a los docentes que son los que van a decir si les sirve o no esa nueva legislación para ayudar a los escolares en su aprendizaje, pues resalta que el objetivo final de un centro es enseñar a los alumnos.
El sindicato pide al Ministerio que cuente con los representantes de los maestros antes de emprender medias que no ayudan a los centros de Melilla y que no sirven para atajar sus problemas, como son el fracaso y el abandono escolar.