Lo dejaron hasta el último momento y,como suele decirse, les cogió el toro. Anoche volvieron las enormes colas a la frontera, esta vez para entrar en Melilla desde Marruecos. Cientos de vehículos permanecieron durante horas esperando la oportunidad de poder cruzar hacia nuestra ciudad. Familias enteras volvían de pasar el fin de semana en Marruecos por primera vez en los últimos veintiséis meses.
Las protestas por la situación de la frontera no se hicieron esperar y hay muchos melillenses que se preguntan que si a estas alturas del año las cosas están así, ¿qué no pasará cuando llegue la Operación Paso del Estrecho? El comienzo de esa OPE se prevé para mediados de junio próximo. El tránsito fronterizo está lento.
De hecho, hay que comprobar los visados en los pasaportes y la documentación acreditativa de las vacunas. Los requisitos que se exigen para cruzar de un lado a otro hacen que el control sea más exhaustivo y, en consecuencia, se producen las largas colas, máxime cuando todo el mundo deja el regreso para el último momento.
Aunque estaban agobiados y las protestas iban en aumento, también había satisfacción y alegría por haber podido compartir estos dos días de fin de semana con la familia, a la que no se veía desde hacía más de dos años.
Los reencuentros familiares han sido lo más ansiado desde la reapertura de la frontera de Beni-Enzar pero también han aprovechado estos ciudadanos para realizar sus compras fuera, sobre todo verduras y, fundamentalmente, pescado, que es lo que más se echa de menos en Melilla.
Desde el otro lado también se ha disfrutado mucho de este primer fin de semana de apertura fronteriza. Los comerciantes de Beni-Enzar y alrededores han visto cómo han aumentado sus ventas con la llegada de los melillenses, lo que se nota en su cuenta de resultados de estos últimos días. Peluquerías y tiendas de ropa igualmente han sido objetivo de los melillenses que pasaban allí estas jornadas.
Los marroquíes también esperaban con mucho deseo poder ver a sus familias y a los amigos otra vez. En muchos casos se trata de padres que no podían disfrutar de sus hijos y sus nietos, y que ahora vuelven a tenerlos cerca.
Mientras, se cuentan por decenas los ciudadanos que aguardan el momento justo para poder pasar a Marruecos. Son que esperan cumplir la pauta completa de la vacuna u obtener el pasaporte.
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