La bandera azul volverá a ondear en La Hípica si se cumplen las previsiones del consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Quevedo, y las obras en el aparcamiento quedan definitivamente concluidas.
Cuando así sea, el distintivo volverá a certificar la calidad de nuestras playas. La bandera azul es un galardón que cada año otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental a los puertos y playas que cumplen un riguroso conjunto de condiciones ambientales, además garantizar la seguridad de los usuarios y de ofrecer un catálogo de servicios generales.
En el caso de Melilla, la pérdida temporal de este distintivo se ha debido a una sucesión de imprevistos que ha conducido a que las obras en un aparcamiento se prolongaran más de lo previsto. Este hecho ha impedido cumplir con todos los requisitos en esta zona para conservar la bandera azul. Sin embargo, no por ello las playas de nuestra ciudad han dejado de ofrecer los niveles de calidad de otros años en lo referente a la calidad del agua o la seguridad para los bañistas, por ejemplo. A diferencia de la oferta que podemos encontrar en otros puntos de la costa del país vecino, acudir a la playa en nuestra ciudad cuenta con la garantía de que hay un conjunto de profesionales que analizan periódicamente el agua, que mantienen en las mejores condiciones posibles la arena y que velan por los bañistas alertándoles de los riesgos que pueda haber en cada momento y acudiendo en su ayuda en caso de que necesiten ser socorridos.
Si Melilla quiere hacerse un hueco en el turismo de sol y playa, está obligada a continuar apostando por una calidad que no es posible encontrar en el país vecino, en nuestro entorno más cercano.
La bandera azul vuelve hoy a Melilla, un distintivo que el año pasado sólo pudieron lucir 27 de las 79 playas marroquíes que aspiraban a este galardón debido, en su mayor parte, a problemas de limpieza a causa de la falta de programas de sensibilización de la sociedad y por la ausencia de un sistema de limpieza durante el año para poder mantenerlas limpias. Aunque estos dos asuntos no son un problema para que Melilla pueda conseguir cada año su bandera azul, es importante no dejar de insistir entre la población de que limpieza de nuestro litoral es una responsabilidad de todos. La efectividad de los empleados de la empresa encargada de mantener en las mejores condiciones higiénicas la arena y el agua de nuestras playas baja considerablemente sin la colaboración de todos los melillenses. No es suficiente con limpiar periódicamente, es necesario ensuciar a diario lo menos posible.