La vuelta al cole está a la vuelta de la esquina y ya es muy común ver a padres, ya sean solos o con sus hijos, yendo a las librerías y papelerías para hacer uno de los mayores gastos del año.
La venta de cuadernos, estuches, mochilas y libros de texto aumenta durante estos días y la media de gasto no es precisamente moderada. Unos 200 euros son los que se suelen invertir en material escolar aunque, según el centro y el curso, puede variar. La dueña de la papelería Mateo, Inocencia Hernández, asegura que el tema del precio es muy relativo: “Hay centros que no le piden ningún libro fuera de los que le dan la ciudad autónoma: lengua, matemáticas, naturales y sociales. A lo mejor les piden algún cuaderno como se hace en el colegio León Solá”.
Los padres tienen una opinión similar. Rodrigo va con su hija de la mano. La pequeña va a pasar a segundo de primaria, pero este cambio de curso no afecta a un mayor gasto. “No se incrementa y estoy contento porque viendo otros colegios, el gasto no es tan excesivo”, afirma Rodrigo.
Bettina es otra madre que va acompañada de su hija Nur. “Cuando se pasa al siguiente curso se gasta un poco más”, dice Bettina. Con una gran cantidad de materiales, la cartera de los padres se aligera mientras que la mochila de los más pequeños llega a ser una gran carga. Nur, la hija de Bettina pasa a sexto de primaria y tiene más asignaturas, y por tanto, más libros. “En otros años la mochila no me pesaba tanto pero este año tenemos que comprar los libros de francés y de inglés, así que dos libros más”, dice Nur.
Lola es otra madre que también tiene que comprar material escolar pero aún no ha visto si son muchas las diferencias en cuanto al gasto de cada curso. Su hija tiene seis años y pasa a segundo de primaria. A pesar de las subvenciones que puede otorgar la ciudad, Lola coincide en la media de gasto. “Me puedo gastar unos 200 euros entre material y libros”, manifiesta.
Melilla tiene sus librerías y papelerías más convencionales como la Mateo, pero son otras más especializadas las que están más especializadas en algún producto más concreto que busca el cliente. Es el caso de la papelería Releva, que lleva un mes en el centro de Melilla. No se venden libros de texto, pero sí todo tipo de utensilio propio de los colegios. “Hay materiales específicos para dibujos, todo tipo de papeles, lápices de colores de una mejor calidad, ente otras cosas”, dice Eva Weil, dueña de la papelería Releva. Esta papelería pretende darle un servicio diferente al público. Según la dueña de Releva, en época estival la afluencia es reducida, aunque hay horas específicas en las que muchas personas acuden a su negocio para mirar y comprar: “Se acercan por la mañana o a las ocho de la tarde, cuando hace menos calor”.
Por ahora, las papelerías no se encuentran colapsadas por padres que acuden con una lista llena de nombres de libros para cada asignatura o de materiales específicos para disciplinas como música o plástica.
Por otro lado, la librería Mateo tiene un público bastante fiel, ya sea para comprar materiales o libros de texto. No existe una fecha específica para la demanda, pero Inocencia Hernández ha notado que sus clientes suelen ir con más antelación a reservar o comprar los libros solicitados por los centros educativos. “Normalmente la gente esperaba a que empezara el curso, pero desde hace cinco años estamos notando todo lo contrario”, manifiesta Inocencia.
Uno de estos casos es el de Lola, que no malgasta el tiempo y prefiere tenerlo todo listo antes de que llegue septiembre. “Cuando termina el curso vamos un grupo de chicas y miramos los materiales que necesitan los niños. Los libros ya están comprados y a última hora se recurre a dos tonterías que pide el colegio”, dice Lola.
Por otro lado, Rodrigo prefiere esperar a que comience el curso ya que el colegio le otorga un listado con todo el material que debe comprar para su hija. “No solemos tener problemas en septiembre. Compramos lo que pone en la lista que nos dan”, alega Rodrigo.
Aunque cada madre o padre se adapte al horario que más le conviene, esta semana es clave para que a nadie le pille el toro. Con la Feria de por medio, muchos ya van con las prisas, mientras que otros ya se han quitado un buen peso de encima. Por otro lado, están los que prefieren comprar una vez comenzado el curso.