Nuestra ciudad disfruta en estos momentos de un nivel en las conexiones marítimas y aéreas con la península que resulta difícil encontrar en otro momento de su historia.
El hecho en sí es beneficioso para los melillenses, pero tiene un significado más allá de que ahora contemos con ‘mejores autopistas’ para viajar a Málaga, Almería, Granada, Madrid o Motril. En realidad indica que algo comienza a cambiar en nuestra ciudad porque tras este aumento de vuelos y enlaces marítimos hay una demanda papable por parte de los melillenses. No hay que olvidar que sólo una compañía naviera realiza los enlaces con la península bajo el ‘paraguas’ de un contrato público que garantiza unos ingresos mínimos y que incluso, por sí mismo, también puede suponer beneficios. Otra empresa, Armas, continúa por su cuenta con los viajes a la península, lo que evidencia que aún sin ser adjudicataria del servicio es posible obtener beneficios gracias a la existencia de esa demanda por parte de los pasajeros.
El caso se repite con las aerolíneas. Una de ellas, Air Nostrum, cuenta con un respaldo publicitario que le permite hacer cuadrar sus cuentas de resultados con más facilitad. La otra, Air Europa, viene operando desde hace meses y no descarta, según afirmaron sus responsables durante su presentación, aumentar su oferta de vuelos.
El hecho de que estas cuatro compañías de ámbito nacional se hayan fijado en nuestra ciudad y que continúen con su apuesta es indicativo de que la situación económica empieza a cambiar. El aumento del número de usuarios de los enlaces marítimos y terrestres entre la península y nuestra ciudad así lo señala. Es un indicativo que por sí solo no es suficiente para afirmar que ha comenzado la recuperación, pero es otro piloto luminoso que pasa del rojo al verde. Los únicos datos que pueden confirmar de modo contundente que hemos dejado atrás el túnel de la crisis son los referidos al paro. Nuestro país, con una tasa de desempleo del 22,5% aún está lejos de la media europea y mucho más todavía de situarse en el 4,7% de Alemania o el 4,9% de la República Checa. Sin embargo, no hay que olvidar que hace un año en España estaba desocupada el 24,5% de la población en edad de trabajar.
Esa mejora tiene que acabar por sentirse también es nuestra ciudad, que cuando llegue, verá cómo se acelera a medida que la recuperación incida en el comercio y la hostelería. De momento, hasta que el sector servicios, uno de los primeros en sufrir la crisis y de los últimos en superarla, no termine de sumarse a la recuperación, sólo podemos decir que otro indicativo deja de parpadear en rojo y se ilumina ya en verde.