"Bruselas no ha trabajado estos años para lograr una energía más barata, segura y sostenible, sino para contentar a los grupos ecologistas radicales y a las élites económicas". Es la denuncia que hace el líder de Vox en Europa, Jorge Buxadé, en su programa electoral, donde vuelve a insistir en la necesidad de que España recupere su soberanía energética –que el partido va a seguir defendiendo "sin complejos en Europa"-, para poder dar a las familias, industrias, autónomos o Pymes un sistema de fijación de precios "que les proteja a ellos y no a las empresas eléctricas".
El cabeza de lista de Vox a las elecciones del 9J apuesta por «contemplar cualquier fuente de energía como una herramienta al servicio de la soberanía nacional, incluyendo la nuclear, la térmica cuando sea necesario, las potencialidades de la hidroeléctrica y todas las renovables». Así, Vox lleva en su programa suspender toda norma climática impuesta por las élites globalistas que afecte gravemente al interés y prosperidad de los españoles.
Además, tal y como ha defendido el partido durante toda la legislatura, «la posibilidad de explorar, investigar y explotar los recursos naturales propios debe estar en el centro de una estrategia de soberanía energética». De modo que
Vox apuesta por prever el impulso de la innovación y avances técnicos en la extracción y tratamiento de nuestros recursos minerales.
Seguidismo de las élites europeas
Denuncia Buxadé que los sucesivos gobiernos de España, «haciendo seguidismo de las políticas de las élites globalistas, han conducido a una pérdida progresiva de la soberanía energética de nuestra Nación, agravando nuestra dependencia y disparando las facturas de las familias». Por ello, Vox quiere derogar las normas europeas ecologistas, así como las nacionales derivadas de ellas, como la Ley de Cambio Climático, que prohíbe la explotación de hidrocarburos en territorio nacional.
En definitiva, es hora de que los españoles decidan sobre el modelo energético de España. «No podemos seguir en manos de quienes pretenden imponer ideologías o de quienes son ajenos a los intereses nacionales», señala Buxadé.
Y es que el actual sistema «obedece a directivas europeas» y es «marginalista y oligopolista». «El precio de la electricidad lo marca el coste del último megavatio hora producido por el sistema eléctrico, que generalmente fijan las centrales de gas o carbón, incluyendo en este coste el precio que se paga por las emisiones de CO₂». Y su origen se encuentra precisamente en el PP, y en su reforma del sistema eléctrico de 2013, mediante la Ley del Sector. Una norma, «a su vez, determinada por directiva de la UE».
Eliminar los derechos de emisión
Frente a ello, Buxadé reivindica eliminar el sistema europeo de restricciones a las emisiones de CO2, y la consiguiente obligación de adquirir “derechos de emisión”. Por ejemplo, si España eliminase este «sistema de derechos de emisión de CO2» podría rebajar directamente el precio de la energía eléctrica en 28,56 euros, el importe correspondiente a la cuota que debe pagar la generación de 1 MWh con gas, que es la tecnología que actualmente fija el precio.
Además, Vox dejará sin efecto el sistema de fijación de precios marginalista y diseñar un sistema que remunere a cada tecnología generadora de electricidad en función de los costes declarados, calculados y verificados para el ejercicio de su actividad.
Así, «la agenda ecologista radical que domina las instituciones de la UE, y asumen PP y PSOE ha impregnado el mercado de la energía, provocando un aumento artificial del precio de la energía que cuesta muy caro a los españoles. El precio de la luz ha subido por el incremento de los costes de las energías “menos limpias”. De modo que Vox propone eliminar, a partir del 9 de junio, suprimir todos los impuestos verdes que encarecen la factura de la luz, y que se han ido aprobando a instancias de directivas y reglamentos europeos.
Al Fascista Neonazi ni la hora