¿Vive para trabajar o trabaja para vivir?

PP, PSOE y Ciudadanos proponen reducir la jornada laboral de muchas empresas a las 18:00 h. Los melillenses aplauden la propuesta, pero no creen que sea factible aplicarla.

Cuando se le explica a un sueco, a un holandés o a un alemán que en España mucha gente trabaja hasta las ocho o nueve de la noche, simplemente no lo entiende. No comprende cómo la gente se ocupa de sus hijos, cuándo hace deporte, queda con amigos, va al cine o al supermercado.
La conciliación es la gran asignatura pendiente de España. Parece que aquí los puestos están diseñados para personas que no tienen amigos, ni familia, ni padres mayores que necesitan el apoyo de sus hijos. A la orden del día está entrar a trabajar cuando amanece y salir cuando anochece.
Curiosamente, eso no supone ni mayor productividad, ni más rendimiento, pero muchas empresas son así. No tendrán resultados óptimos, pero sí una plantilla competente, a la que le falta introducir la cama en la oficina. De microondas y frigorífico ya disponen.
 
Confianza en el trabajador
Ser padres y ser trabajador supone una auténtica gymkana si no se cuenta con la ayuda de otros familiares o una cuidadora. Mientras, en otros países europeos si los pequeños una mañana no están muy por la labor de madrugar y seguir el ritmo de sus progenitores, éstos no tienen por qué agobiarse. Sus jefes no les van a poner malas caras por llegar media hora tarde.  Simplemente no dicen cuándo tienen que entrar ni cuando tienen que salir. En algunos casos, ni les dictan si tienen que trabajar en la oficina o si debe hacerlo en casa, mientras da de comer a sus hijos. El trabajador decide. Prima la flexibilidad horaria y lo que se conoce como ‘home office’ (oficina en casa). Algo que el trabajador español, condenado al acto de presencia, desconoce.
En buena parte de los países europeos entre las 17:00 y las 18:00 horas los trabajadores están picando billete. Ello facilita la conciliación en todos sus sentidos y facilita la educación de los hijos.
No quiere decir que todo sea maravilloso en el resto de empresas europeas. Pero, sí  existe una confianza mutua entre la dirección y el trabajador, predomina el sentido común como argumento.  

Cambio horario
España tiene una jornada laboral larga, en ocasiones mal pagada y es uno de los países que menos duerme en Europa. Los políticos  españoles quieren que esto cambie. El Partido Popular ha pedido que la jornada con carácter general finalice a las 18:00 horas. PSOE y Ciudadanos también incluyen esta iniciativa. ¿Qué le parece esta medida a los melillenses?
Los vecinos encuestados por El Faro reaccionan con cierto escepticismo. Ven muy bien la teoría, pero no saben si en la práctica obtendrán los mismos resultados que ahora, echando el cierre al menos cuatro horas más tarde.
“En países donde anochece pronto, este sistema funciona muy bien, pero aquí no sé si será útil. Por las tardes la clientela no suele entrar a la tienda hasta las 18:30 horas”, afirma Salomón Cohen, de la perfumería  Gom. Justo enfrente se encuentra la cafetería ‘La gran Manzana’, regentada por Hassad Oualit. La propuesta de adaptar España al resto de Europa le parece bien. “Tendríamos tiempo para estar con nuestras familias y para nosotros mismos”.  
De momento, abre de lunes a jueves de 8:00 a 22:00 horas. Los sábados y domingos amplía el horario hasta las 00:00 horas. “Sería un cambio brusco para todos. No sé si la gente se acostumbraría a adelantar la cena o el almuerzo. Si logramos cambiar nuestro ritmo, creo que lo agradeceríamos todos”, añade a El Faro.
Francisco Burgos de la floristería Francisco S.L., aplaude la iniciativa. “Sería muy cómodo. En el resto de países funciona perfectamente y casi todos los comercios están cerrados a las 18:00 horas.
Está por ver si España logra cambiar la estructura de vida de sus ciudadanos. No hay que olvidar que es un país turístico, donde el sector hostelero y el comercio convencional, están prácticamente obligados a prolongar sus horarios por encima de la ya larga jornada laboral.