Hace dos años, Soraya Sáenz de Santamaría venía a Melilla como vicepresidenta del Gobierno. Ayer regresó a nuestra ciudad, en esta ocasión como precandidata a la presidencia del Partido Popular, que busca sucesor tras la dimisión de Mariano Rajoy como líder de esta formación.
En cada una de sus visitas, Sáenz de Santamaría ha demostrado su cercanía a los melillenses y la importancia que nuestra ciudad tiene en su agenda. No en vano, proclamó que si alguien quiere saber en cualquier lugar del mundo qué es ser español, “sólo tiene que viajar a Melilla o a Ceuta”.
La exvicepresidenta del Ejecutivo central trató en su discurso en el Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) varios de los asuntos más importantes para nuestra ciudad, como es el caso de la inmigración irregular. Así, se dirigió al actual presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, reclamándole “menos gestos y más gestión” en estas cuestiones. Asimismo, invitó a Sánchez y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a que visiten Melilla antes de tomar decisiones al respecto.
No cabe duda de que para adoptar decisiones sobre el problema migratorio hay que conocer la frontera de las dos ciudades autónomas. Ahora la pelota está en el tejado del Gobierno central.
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