“El personaje es un alma en pena que va recorriendo su propio infierno y debe ir enfrentándose a sus enemigos, que no son más que el fruto de sus propios miedos y pesadillas”, explica el melillense Darío Bonill Nogales del protagonista del videojuego ‘Sinnerman’. Entre los escenarios por los que se desarrolla el largo periplo del protagonista de la creación, aparecen dos edificios de Melilla.
Bonill (nacido en Cádiz aunque lleva en Melilla desde los siete años) cuenta a El Faro que se trata de un videojuego de acción inspirado en los clásicos de Nintendo, imitando las limitaciones técnicas de creaciones más antiguas para conseguir darle un aspecto más retro, sirviéndose de una paleta de colores básica y de una resolución muy baja. A lo largo del juego y en el marco de una ambientación sombría, se pueden reconocer dos edificios de nuestra ciudad: el faro y el Hotel Melilla Puerto. No obstante, su creador matizó que no está ambientado en Melilla.
Esta creación, bajo la firma de La Fígara Negra, está inspirada en las películas de terror de los años 80, según detalló el melillense, de 37 años. Para escapar del infierno, el personaje debe enfrentarse a múltiples enemigos y diferentes peligros a lo largo de este videojuego que esconde numerosos secretos. Los aficionados pueden encontrarse con mucha acción, aventura y posibilidades de exploración en un ambiente lúgubre.
La saga Castlevania, una serie de videojuegos japonesa nacida a finales de los ochenta, está muy presente en esta creación y es una de las fuentes de inspiración del videojuego.
Para ir eliminando a sus enemigos, el protagonista del juego se vale de una especie de espada pero, además, también puede ir disponiendo de ciertos poderes especiales, como un salto con el que puede ir superando grandes alturas y superar obstáculos. El objetivo es lograr salir de su propio infierno.
Orígenes
Pero, ¿cómo nace esta iniciativa? Este melillense se dedica a la programación de bases de datos y no fue hasta hace cinco años cuando se animó a crear videojuegos tras conocer el proyecto de un malagueño. Hasta entonces, Bonill reconoce que él había pensado que para desarrollar uno, era necesario contar con un equipo de muchas personas.
Pero en ese momento fue consciente de que con las aplicaciones y útiles tecnológicos que existen hoy en día, era mucho más fácil y tan solo una o dos personas podían también dar vida a un videojuego.
Su creador explicó que el juego se encuentra todavía en un primer estado de desarrollo. “Se puede descargar de Internet. Es un juego largo y tiene dos finales diferentes”, apuntó. Así, cualquier persona interesada en este tipo de juegos puede animarse a echar unas partidas, que tienen una duración de unas dos horas.
El creador explicó que tiene la intención de poner en marcha una iniciativa de ‘crowdfunding’ (un mecanismo de micromecenazgo y financiación colectiva) para poder seguir trabajando en el proyecto ampliándolo. El melillense detalló que le gustaría poder contratar a un dibujante y a un músico para ir mejorando el videojuego.
Otro videojuego comercial
Por otro lado, el melillense ha desarrollado también otro videojuego comercial, llamado Frozen Wave Rider, para la cadena de hostelería Dunkin’ Coffee. Bonill Nogales recibió el encargo por parte de una empresa de Málaga.
El videojuego, disponible para su uso en ordenadores y móviles, se lanzó el mes pasado y consiste en un concurso en el que los jugadores que más puntúan reciben premios físicos.
“Se quedaron muy contentos”, aseguró el melillense, que explicó que el videojuego va a presentarse al festival de publicidad El Ojo de Iberoamérica.
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