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Victoria con sabor a salvación

Los números del último mes del conjunto azulino son para enmarcar. Los de Carlos Granero han sumado catorce de los últimos dieciocho puntos disputados; fruto de un balance de cuatro victorias y dos empates cosechados en el último mes

. La escuadra melillense encadena seis partidos consecutivos sin perder, su mejor racha en lo que llevamos de campeonato.
El partido de ayer ante el FC Jumilla no quedará en la retina de los aficionados. Fue malo, brusco y feo; pero intenso, disputado y emocionante a la vez. Ambos equipos demostraron a lo largo de los 95 minutos que duró el encuentro, la necesidad con la llegaban al mismo. No hubo un dominador claro. No hubo fluidez en el juego.
Hubieron, eso sí, muchas interrupciones y duelos individuales. Sobre todo en la zona ancha donde la UD Melilla supo cortocircuitar el fútbol asociativo que suele llevar a cabo el imprevisible equipo vinícola, que ayer volvió a presentarse sin entrenador a pesar de que el ­hispano argentino José Walther Chiaraluce se encargó de la dirección técnica.
Los primeros compases del choque marcaron el guión a seguir. Azulinos y granates (el Jumilla lució su segunda equipación) trataban de mostrarse firmes en defensa y trasladaban la batalla al centro del campo donde cada pelota se disputaba como si fuera la última.
No hubo nada que resaltar en el aspecto ofensivo hasta pasado el ecuador del primer acto, justo cuando el Melilla sacaba a relucir sus cualidades para el contraataque. Richi enviaba un balón en largo a la espalda de los centrales visitantes y Diego Cascón aprovechaba sus condiciones para marcharse en velocidad de su marcador hasta plantarse ante Javi Seral al que batía de potente disparo cruzado y a media altura.
El gol sirvió para tranquilizar algo a las huestes de Granero, que ayer se mostraron más imprecisos de lo habitual. Aún así, el Jumilla pudo empatar casi a renglón seguido, pero el canterano Pepe impedía el remate de un atacante foráneo. El partido subía de revoluciones por momentos ya que en la ­siguiente acción Chupe habilitaba a David Álvarez, pero el control defectuoso del centrocampista asturiano, que entraba solo por el centro, impedía que la jugada llegara a buen término.

Cambio de sistema
A raíz de esa acción, los equipos reajustaron sus líneas. Carlos Granero decidió variar el sistema de juego pasando a una defensa de cuatro dando entrada a David Vázquez por Hamin, pero tardó poco tiempo en volver a corregir el esquema retrasando a David Álvarez al carril izquierdo. Primó más evitar el error que arriesgar en ataque, por lo que al descanso se llegó sin ningún contratiempo y con victoria por la mínima de los locales. Las espadas seguían en todo lo alto.
Tras el paso por los vestuarios, el guió apenas varió. Si bien, el FC Jumilla daba un paso al frente en busca de la igualada. Los del altiplano tuvieron mucha más presencia en terreno norteafricano, pero sin llegar a crear situaciones de verdadero peligro. El equipo de Walther Chiaraluce sólo llevaba la inquietud a la grada en acciones a balón parado.
Así, antes de cumplirse el minuto cinco de la reanudación, Etamané no llegaba a cabecear por muy poco una falta botada desde el flanco­izquierdo por Cuesta. Poco después se producía una serie de rechaces sin consecuencias en el área local tras el saque de una falta ejecutada por Cuesta, ahora desde la derecha.
La UD Melilla no estaba dispuesta a dejarse sorprender y de vez en cuando, visitaba las inmediaciones del área visitante. David Vázquez, sorprendía a la zaga del Jumilla al sacar con rapidez una falta en el vértice del área sobre Nacho Aznar, pero el centro hacia atrás del '9' azulino era despejado en última instancia por la zaga vinícola.

El césped sigue muy mal
Lo ajustado del marcador hacía que tanto en el maltrecho césped como en la grada se viviera el duelo con incertidumbre y con la sensibilidad a flor de piel. Los encontronazos eran cada vez más frecuente y en cada uno de estos los jugadores se enzarzaban en una discusión, que en la mayoría de las ocasiones acababa con el colegiado intentando poner orden.
Se mascaba la tensión cada vez que la pelota sobrepasaba la línea divisoria ya fuere hacia un lado u otro. Los aficionados se mordían las uñas en cada pelota colgada al área. El viento de Poniente, que fue a más durante el partido, también incomodaba la salida del balón del equipo de Carlos Granero y favorecía el acoso visitante en el segundo tiempo.
Kondogbia desaprovechaba un balón centrado desde la izquierda al cabecear fuera y en la siguiente acción el trencilla salmantino González Hernández expulsaba a ­Chiaraluce por “protestar de forma reiterada y airada una decisión mía, tras haber sido advertido anteriormente”, según reflejaba el colegiado en el acta al término del encuentro.
El desarrollo de los últimos compases era previsible.
El FC Jumilla se dedicó a colgar balones al área donde había acumulado hasta a cinco futbolistas. La UD Melilla, por su parte, se defendía con orden y trataba de aprovechar los espacios para salir a la contra. De hecho, pudo haber redondeado el electrónico en dos acciones casi consecutivas ya en tiempo de prolongación. En la primera, Nacho Aznar sirvió un balón a David Vázquez y el madrileño habilitó a Sergio Díaz que solo ante Javi Seral disparó fuera. La segunda también pudo ser letal, Chupe recibió un balón casi en la medular y se marchó en velocidad pero su intento de vaselina ante la salida del meta murciano se marchó fuera.
La última jugada del encuentro llegaba, cómo no, en una acción a balón parado a favor de los visitantes a la que se sumaba el arquero jumillero, pero que se sacaba sin consecuencias.

Vital victoria
De este modo la UD Melilla sumó un triunfo importantísimo ante un rival que demostró buenas hechuras, pero que sigue inmerso en una dinámica negativa que le ha situado en puestos de descenso.blanquinegra que pronto se tradujo en felicidad. Zamora buscó pero no halló la escuadra azulina, pero no paladeó más que un saque de esquina que Diop remató desviadísimo en el 82. El tanto de la honra local llegó tras una jugada personal de Pedro Conde que atravesó la línea de tres cuartos y prácticamente desde la frontal desplegó un potente disparo que se colaba raso ante un impávido Dani Barrio. Y poco más hasta que se dio el pitido final en un partido con el guión escrito al borde del entreacto y que premia a los de Granero en su lucha por salir de la zona caliente de la tabla ya que después de muchas jornadas en la zona de descenso salieron de ellas tras la disputa de esta jornada de competición en el grupo IV de la Segunda División.

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