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Víctor Gamero:“Padecemos dos pandemias: la Covid y la caída de mercancías desde el 2017”

Los puertos de Málaga, Almería y el nuestro propio esperaban del 2020 un año de récord de pasajeros y no ha sido así porque el coronavirus ha paralizado todo. Acabarán con pérdidas y con unas cifras de viajeros ínfimas respecto al pasado año. Pero, ¿cuál es la situación del puerto de Melilla? El presidente de la Autoridad Portuaria de la ciudad, Víctor Gamero, explica a El Faro que el tráfico de pasajeros ha bajado un 72% respecto al pasado año y las mercancías que entran son solo las necesarias para una población como la de Melilla. Recordó que ya en 2019 se contabilizaron bajadas enormes del tráfico de mercancías de un 70% y ahora sobre esa cifra es un 30% la disminución. De hecho, afirmó que ni con los fondos de compensación interportuarios, que son tres veces mayores que el ejercicio anterior, se compensan las pérdidas de este año.

–Hace unos días analizábamos en este periódico la situación de los puertos de Málaga y Almería. Iba a ser un año de récord de pasajeros, pero la Covid-19 ha paralizado esas cifras haciéndolas retrotraer años. Los datos viajeros registrados para este 2020 serán mínimos. ¿Cómo está la situación del Puerto de Melilla?

–Pues la situación de Melilla es peor aún que la de Málaga o Almería. Ellos cuentan con otros mercados en los que apoyarse.

En el conjunto del sistema portuario, solo tuvo pérdidas en el 2019 el Puerto de Melilla. Y en este 2020 con motivo de la Covid-19, se son más puertos los que entran en pérdidas, unos más y otros menos, pero el Puerto de Melilla está a la cabeza. Nosotros no tenemos una pandemia, tenemos dos: una desde mayo de 2017 que por el cierre de la frontera viene registrando de forma constante la caída de la mercancías; y la otra es la Covid. Le insisto, nosotros padecemos dos pandemias.

La última caída registrada este año es de casi un 30%, pero esto hay que tenerlo en cuenta con los datos del pasado año donde ya se registraron bajadas de un 70% en la importación de contenedores. Por lo tanto, estamos bajo mínimos. Ese mínimo es el que le corresponde a una ciudad de 80.000 habitantes. Y no da para más. No hay tráfico fronterizo de ningún tipo. El tráfico de contenedores de aduana comercial se cerró en agosto de 2018 y ahora está ya todo cerrado por la Covid.

Esperamos que cuando se vuelva a abrir la frontera se recupere algo en la medida en que la ciudad pueda registrar entrada y salidas de viajeros que hacen también en Melilla sus compras.

Pero ahora mismo nuestras pérdidas son muy superiores a las de Málaga y Almería. Y una prueba de ello es que, por primera vez, en el fondo de compensación interterritorial ha habido una columna nueva de fondos especial en la que aparecen los dos puertos de Melilla y el de Ceuta. Se recoge la situación especial que viven ambos y se ha recogido una asignación específica que nunca se había contado hasta la fecha con ella.

–¿En qué consisten esos fondos?

–Con motivo de esas asignaciones especiales por la circunstancia especial de este puerto, al margen del Covid, sino que se refiere a la frontera, el cúmulo de fondos que ha venido al puerto es casi el triple del pasado año (4,5 millones de euros). Y aún así no cubrimos pérdidas y seguimos con esos datos negativos.

–Es mínima la cifra de personas que están viajando desde marzo también en Melilla.

–Respecto a los pasajeros, estamos peor si acaso por el coronavirus. No ha habido este año Operación Paso del Estrecho (OPE) y a ello se añade también las restricciones permanentes que estamos teniendo con la Covid. Los descensos en esta materia son del 72% respecto a los mismos periodos del año pasado. Es un tema lamentable desde el punto de vista financiero y de la propia actividad del puerto que también está hecho para que haya mucha mercancía y muchos pasajeros. Ésta es la situación en la que estamos.

Y además, a corto plazo no hay una solución porque no confiamos una elevación rápida de los pasajeros ni de la mercancía. Por eso el puerto está buscando otras alternativas para superar esta crisis.

–El presidente del Puerto de Málaga nos contó la preocupación de muchos empresarios malagueños, al reducirse la frecuencia del barco, en que sus productos frescos lleguen a Melilla y el temor al desabastecimiento.

–Es una preocupación que me comentó el presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga en la reunión que mantuvimos hace unos días. Me indicó la incertidumbre de algunos empresarios de cómo suministrar productos perecederos con estas restricciones de las frecuencias de las navieras.

No creo que estemos en una situación de desabastecimiento, pero evidentemente la preocupación de las empresas de que pueda ocurrir es patente.

–¿Qué se puede hacer? Málaga hablaba de dar ayudas a las navieras.

–Esto no es competencia de la Autoridad Portuaria, sino de la Marina Mercante. Pero ya se ha anunciado que habrá un contrato de emergencia para solventar el tema de la sangría que tienen estas compañías desde hace ya muchos meses. Diariamente llevan perdiendo dinero. Este sistema se arbitrará para compensarles y que mantengan sus frecuencias y las líneas.

–Pero esto no tiene nada que ver con el contrato marítimo.

–No. Es otro tipo de contrato. El contrato marítimo es una opción de las que recoge el decreto de líneas de interés público en el que se encuentra Melilla. Esa una de las dos opciones. Se puede navegar bajo navegación de interés público y bajo contrato marítimo.

El contrato marítimo, a mi juicio, está de carácter permanente, estable y de largo plazo. Creo que los concursos no se pueden ir acortando como se ha hecho hasta ahora con plazos cada vez más breves en su finalización.

Nosotros necesitamos para los tiempos buenos, malos, con o sin Covid, una solución estable, tanto para la carga como para el pasaje. A mi juicio esto tiene que ir recogido en este contrato marítimo. Puede ser de muchas opciones. De hecho, hace poco se había contemplado que no hubiera contrato marítimo porque en otras regiones de España no hay porque había competencia entre varias compañías y se ha dado calidad en frecuencia y en los barcos. Pero son muy distintas a la situación de Melilla. Eso ha pasado en Baleares, pero aquí tenemos muy poca población para ese tipo de competitividad.

Por ello una de las soluciones que se ha barajado es esa. Otra era que las compañías pudieran recibir fondos en función de los pasajeros que transportan. De forma que si una empresa lleva más pasajeros, recibirá más dinero. Ahí habría una fórmula media entre la competitividad de las empresas y las subvenciones estatales. Sería una fórmula híbrida. Y además, estaría el contrato marítimo.

Pero desde mi punto de vista es demasiado corto el contrato marítimo. Toda esta circunstancia que tenemos ahora también proviene del famoso concurso en el que se quedó desierto.

Puede parecer que se echa una carta a la Administración diciendo que no hace falta el contrato, pero no es cierto. Lo que ocurre es que la competitividad de las empresas llevan a esa circunstancia y no creo que sea real, puesto que al siguiente no se presentó ninguna compañía.

Esto hay que normalizarlo a largo plazo, con una limitación del precio de la carga y del pasajero, con una frecuencia establecida de las rutas... Y todas esas cuestiones que sean relevante. Pero no dejarlo a la competitividad porque hemos visto a donde nos lleva ni tampoco a dejar de tutelarlo por parte del estado.

–¿Sería más partidario de una fórmula híbrida?

–Realmente no somos los competentes. Pero lo comentamos porque la cuestión es de nuestro interés, pero no de nuestra competencia. Lo cierto es que cuanto más líneas haya y más barcos haya, será estupendo. Las navieras y los pasajeros son nuestros clientes, así como la carga.

Pero hay que arbitrar fórmulas de costes porque detrás de estas navieras y el estado hay muchos españoles pagando las ayudas y subvenciones. Hay que hacerlo de una manera razonable para todos.

“Un sistema híbrido para las navieras daría ayudas en función del pasaje”

–La línea con Motril ha desaparecido. ¿Sería posible incluirla en la obligación de servicio público o en el contrato marítimo?

–Estuve con el presidente la Autoridad Portuaria de Motril en la dirección general de la Marina Mercante tratando de apoyar esta línea. Pero las líneas tienen que tratar de apoyarse también con el pasaje o el mercado que tengan. El Puerto de Motril y la Diputación Provincial apoyan decididamente esta línea. Y nosotros, como no puede ser de otra manera, también porque cuantos más barcos y más líneas, mucho mejor. Otra cosa es que realmente el sistema de subvenciones pueda soportar todo esto. Lo que le comenté antes de un sistema híbrido y que se apoye en función del pasaje puede dar una solución a estas situaciones. Y no solo subvencionar a una compañía que sea la que obtenga el contrato marítimo y las demás vayan al mercado libre, sino que pueda haber otras soluciones de otros tipos para el resto.

–No cree que haya desabastecimiento, pero con la llegada de la Navidad, ¿habrá escasez de productos? ¿Habrá más frecuencias?

–No creo. La capacidad de ocupación de los barcos es muy baja. Con lo cual se puede cargar mucha más mercancía de la que se está cargando actualmente. No creo que se pueda dar. La ocupación en términos anuales de pasaje es de un 20%. Hay un exceso de capacidad y los barcos son grandes. Y además, la parte de carga es mucho más grande y cabrían muchos más camiones. Con lo cual no creo que se dé esa situación de desabastecimiento.

–¿No podría aumentar el número de frecuencias de barcos con la península tras el anuncio de poder ir a visitar a la familia?

–La Autoridad Portuaria no habla de Covid porque no somos expertos. Aceptamos las restricciones de movilidad que sean necesarias. No opinamos sobre ellas. Si hay restricciones en los barcos en cuanto a su grado de ocupación, habrá un problema y lo es ya porque no viene lleno, pero sí completo a la capacidad que le permiten. Es un tema relacionado con el coronavirus y si habrá más o menos demanda por los estudiantes universitarios y las personas que vayan a ver a su familia pues no depende del puerto. Estamos a lo que digan las autoridades sanitarias. Tampoco se van a poder multiplicar las líneas para 15 días, por imponerles una restricción de pasajeros por cada viaje. Luego ya las compañías decidirán. Lo que sí es que la compañía, si tiene demanda, pondrá más barcos si cubre esos costes. Pero yo creo que en esos momentos de restricciones, en cuanto se ponga en marcha el contrato de emergencia, las cosas volverán a tranquilizarse y sosegarse.

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