Gobierno y oposición (PP) se han culpado mutuamente de mala gestión esta mañana en el transcurso del Pleno de Control celebrado por la Asamblea, en el que se han tratado tres de las cuatro interpelaciones presentadas para ser debatidas en esta sesión. Fue el diputado de Vox, Javier da Costa, quien retiró una de sus iniciativas, concretamente la que pedía al Gobierno explicaciones por haber dejado a la comunidad cristiana fuera del reparto de subvenciones por parte de la Consejería de Distritos, Participación Ciudadana y Juventud.
Da Costa aseguró en ese sentido que la interpelación se retiraba “a petición del vicario”, un gesto que aplaudió el consejero de Distritos, Mohamed Ahmed, quien dio las gracias al vicario, Eduardo Resa,”por su actitud” de “no buscar el enfrentamiento” y apostar “por el diálogo”.
Esta sesión plenaria, como suele ser habitual, se inició guardando un minuto de silencio por todas las víctimas de la violencia de género, 33 en lo que llevamos de año con 24 menores huérfanos por ese motivo.
Asimismo, se quiso honrar con ese gesto la figura de José Manuel Calzado, fallecido este miércoles, quien fue miembro de la Asamblea en el año 2011. “Queremos expresar nuestro pésame por una persona muy querida por todos”, manifestó el presidente, Eduardo de Castro, al inicio del Pleno.
En definitiva, quedaron solo tres interpelaciones: dos del grupo popular y una del diputado de Vox. Las dos primeras versaron sobre el tema del transporte en Melilla y las obras anunciadas y nunca ejecutadas, mientras que la tercera y última estuvo relacionada con la contratación de artistas de cara a la celebración a finales de julio del Green Festival.
No fue un Pleno bronco y las intervenciones se sucedieron dentro de un ambiente que hasta podía calificarse de cordial. Tan es así que el consejero de Distritos llegó a decirle al diputado de Vox que “hacía bien” en pedir explicaciones sobre los contratos del referido festival.
Lo más llamativo de la sesión celebrada por la Asamblea es que se cayó de nuevo en la tentación de culparse mutuamente Gobierno y PP de hacer una mala gestión al frente de la acción pública. Fue así tanto en el tema el transporte como en el de las obras, donde más que contestar a los asuntos planteados, se optó recordar el tiempo en el que los populares tuvieron en su mano el poder en Melilla.
No hubo apenas interrupciones de la palabra más allá de algún comentario al margen del orador de turno y la sesión concluyó casi una hora y media después de haber comenzado.