Sociedad

Antonio Aguilar: “Viajar al futuro es como generar una ilusión de algo que quizás no llegue”

Antonio Javier Aguilar Ruiz (23 de julio de 1975) Maestro por vocación, de herencia familiar y como dice él, por suerte. Afirma que se siente un defensor de la educación en todos los sentidos, sin etiquetas y sin límites. Subraya que apuesta por la innovación como el camino y no como la meta. Tiene una familia maravillosa, remarca, y apunta que su mujer es su mayor crítica y su mejor guía. “Me pone los pies en el suelo todos los días y es, junto a mis hijas, la garantía de mi sensatez”. Remarca que sueña con un mundo más justo y con menos maldad. Es defensor de la naturaleza y está en contra de las tradiciones que tienen el sufrimiento animal como algo natural. Sus inquietudes son infinitas, resalta, y “eso es lo mejor y lo peor de mí porque no descanso nunca”. Además, comenta que le encanta aprender de las derrotas, aunque reconoce que no las soporta y añade que de los éxitos también se aprende. “Soy un perfeccionista enfermizo, pero disfruto de ello”.

–¿Cómo se describiría a nivel personal?

–Pienso que las autodescripciones sólo ponen luz sobre los aspectos más positivos de la persona, la descripción corresponde a hacerlas a otros o a los amigos y según ellos soy una persona leal, pasional, defensora de sus amigos, trabajadora, ingeniosa y muy testaruda. Una persona en plena transformación que desea sosegar su ímpetu y vivir las cosas desde un punto de vista menos intenso, depende del día puedo ser gracioso o un “mala sombra”, pero siempre honesto y con buena fe.

–¿Qué prenda de ropa no falta en su armario?

–No falta una camisa.

–¿Le gusta llevar alguna joya? ¿Tiene algún significado especial?

–No llevo nada de joyas, sólo un reloj. Ni anillos ni pulseras ni colgantes. Jamás me han gustado. Incluso el anillo de casado me lo quité al poco de casarme, no porque no quisiera a mi mujer a la que quiero por encima de todo, sino por manía.

–Expresión melillense que más use o que le llame la atención

–Creo que “ponerse unos tenis”, “comerse un polo de bolsa”, “montarse en la COA” … Los melillenses tenemos una amplia gama de adaptaciones o préstamos lingüísticos. Por supuesto, que eso le da carácter propio a la ciudad y Melilla tiene mucho de lo que presumir en ese sentido, al fin y al cabo, es enriquecimiento de la lengua, aunque a veces hay que parar algunas.

–Un rincón de Melilla del que nunca se aburre de visitar.

–Melilla tiene muchos rincones que me gustan mucho, desde sus pinares hasta sus playas. Pero creo que Melilla La Vieja me envuelve cada vez que la visito. Me encanta su situación por sus vistas, su construcción, porque adoro lo antiguo, y su aroma por el mar.

–Su libro favorito. ¿Cuándo leyó el último?

–Desde un tiempo hasta aquí estoy leyendo mucho sobre transformación personal, mucho de inteligencia emocional, mucho de gestión de equipos de trabajo. Adoro la historia y estoy leyendo ahora ‘Pensamientos para mí mismo’ de Marco Aurelio, un libro que te da lecciones de vida en cada hoja que lees.

–¿Películas o series? ¿Alguna favorita?

–Soy de todo, siempre que me enganche en los primeros diez minutos. Me encanta el género apocalíptico tipo zombis o extraterrestres, pero nunca he podido con el terror ni las películas de sobresaltos. También me encantan las películas históricas.

–Mi tiempo libre lo dedico a...

–Hago mucho deporte. Siempre me ha gustado y he realizado durante toda mi vida muchas modalidades. También me gusta ir con la familia a comer y comprar.

–Un recuerdo de la infancia.

–No tengo un momento concreto. De mi infancia ni recuerdo ni olvido nada porque he sido feliz y me quedo con todos los momentos compartidos con mis padres y hermanos.

–Un juguete.

–Cuando era pequeño siempre esperaba un balón de fútbol, ahora me gustan los aparatos tecnológicos.

–Su fiesta favorita.

–La Navidad siempre me ha gustado, por todo lo que conlleva, la buena comida, las compras, la felicidad, el colorido, la iluminación… En definitiva, por la ilusión que genera a todos.

–¿Cocina? ¿Se le da bien?

–No. Por suerte tengo una mujer muy apañada que cocina muy bien. Yo no soy nada hábil. No me salen bien ni las tostadas. Ella me dice que lo mejor que puedo hacer en la cocina es marcharme lejos.

–No puede resistirse a un plato de...

–Una buena carne.

–¿Qué tarea del hogar no soporta?

–No me proyecto mucho en las tareas del hogar. No me cuesta lavar los platos, pero no soporto hacer la cama.

–¿Personaje histórico que le llame la atención?

–Los grandes emperadores romanos.

–Si pudiera viajar al pasado, ¿a qué época le gustaría ir?

–Al Imperio Romano en época de César.

–¿Viajaría al futuro?

–No, no me gusta aventurar. Viajar al futuro es como generar una ilusión sobre algo que quizás no llegue.

–¿Es supersticioso?

–No, pero evito las típicas cosas de las que dicen que dan mala suerte.

–¿Se arrepiente de algo?

–De muchas cosas.

–¿Cuál es su principal miedo?

– Mi principal miedo es que la vida azote a mi familia.

–Algo que deteste de usted mismo.

–Lo impulsivo que soy a veces y lo mal que llevo cuando un proyecto no sale como quiero. Siempre encuentro errores y detesto no haberme dado cuenta antes. ¡Eso sí! No suelo cometer los mismos errores dos veces. Reflexiono mucho tanto en los errores como en los aciertos.

–Un lugar de ensueño para ir de vacaciones.

–Me encantaría vivir una experiencia tipo ‘Supervivientes’. Ese tipo de islas pueden ser un auténtico lugar de vacaciones o una auténtica pesadilla. Yo creo que me adaptaría bien. Como eso no va a llegar, pues me iría a Islas Mauricio. Vacaciones de quince días máximo. Mis vacaciones ideales sería estar cambiando de sitio cada dos días.

–Si le tocara la lotería…

–Pues la verdad que no sé, no me gusta pensar en lo que puede que no pase. No compro lotería ni apuesto, sólo los boletos de Navidad y lo hago por costumbre, así que creo que jamás seré rico. Soy rico en amigos y eso es lo mejor.

–Un chiste.

–Entran dos alumnos a la clase y el maestro le dice a uno de ellos:

Pedro, ¿por qué llegas tarde?

Y Pedro le dice: Es que estaba soñando que viajaba por todas partes, conocí tantos países, aprendí cosas que jamás imaginé y me desperté un poco tarde.

El maestro le dice a otro:¿Y tú José? ¿Por qué llegas tarde?

Éste responde: Yo tuve que ir al aeropuerto a recogerlo.

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