Si tienes Facebook y sigues a Francisco Rubio sabrás por qué le llaman el “fotógrafo del amanecer”. Raro es el día en que no nos regala una colección de fotografías del cielo melillense en ese justo momento en que el sol hace su aparición, sea en color o en blanco y negro, una fórmula que le gusta especialmente, según reconoce. Él se siente agradecido por el apoyo porque entiende que la gente ve su obra y en esta entrevista nos cuenta cómo fueron sus inicios, cuáles son sus gustos y qué fotografías aún le quedan por obtener
-¿Cuándo empezó su afición por la fotografía?
-Empecé a aficionarme a la fotografía a primeros de los 90. Aprendí mis primeros pasos con mi buen amigo Guillermo Soria. A mitad de esa década me invitaron a participar en un concurso de fotografía sobre el mar que hacía el Club Marítimo y me llevé un premio. Ahí empezó la curiosidad y a tomármelo un poco más en serio. En esa época estaba con la pintura de composición y había empezado a trabajar con la escultura. Ya a principios de 2000 comencé a dedicarle algo más de tiempo a la fotografía y un poco más tarde ya me aventuré con los amaneceres y con las regatas. En el 2011 me operaron de cáncer en la garganta dejándome un agujero de regalo, que es por donde respiro. Por eso tuve que dejar la escultura, por el riesgo con el material que usaba, así ya me dediqué de lleno a la fotografía.
-¿Cómo ha evolucionado su estilo hasta ahora?
-Con respecto al estilo, es verdad que cuando uno empieza, empieza por la curiosidad, después ya se pone a investigar y después buscas lo que más te gusta . Yo empecé como todos los principiantes tirando fotos a lo que me gustaba, más tarde empiezas a elegir modelos, los míos eran los amaneceres porque me encanta ver salir el sol y la navegación a vela, el ir en una zodiac y otra embarcación, intentando captar los mejores momentos de un barco a vela, sobre todo cuando el mar está movido. Es fascinante tumbarse en un lateral de la zodiac para estar pegado al agua y poder captar una ceñida, donde los tripulantes sacan medio cuerpo o más fuera del barco, alucinas, eso es un ejemplo. Volvamos al estilo, con el tiempo ya te das cuenta lo que quieres y cómo lo quieres, así que solo buscas el sitio y la ocasión, por la luz , el ángulo, etc., a mí me encanta fotografiar en perspectiva, así como el contraluz: ese suele ser mi estilo.
-¿Prefiere la foto digital o la analógica?
-Respecto a la analógica o digital, fotografié muy poco con la primera y no tuve ocasión de aprender lo suficiente como para considerarme un aprendiz; con la digital, la ventaja que tiene es que puedes trabajar la fotografía, jugar con ella y adaptarla a tu fin, pero tampoco es tan fácil, también te lo tienes que trabajar y ahí entra el estilo. Todo eso es lo que utilizas para que tu fotografía sea tuya y no se parezca a la de otro fotógrafo. Mi predilección, por ejemplo, es el blanco y negro, pero con mi tratado personal donde entra el enfoque, el ángulo , la perspectiva, los distintos tonos de grises así como la claridad y oscuridad, esa es la ventaja de la digital.
-¿Cuáles fueron sus primeros pinitos en la fotografía? ¿Qué fueron sus primeros modelos?
-Yo soy un enamorado de los paisajes, de la arquitectura, no soy un buen retratista, aunque suelo tirar muchos robados en mis viajes. He hecho muchos reportajes con modelos, amigas y colaboradoras, pero lo que más me gusta es fotografiar al aire libre, sobre todo cuando viajo busco callejones, arquitectura antigua y sobre todo busco la luz y la sombra de las calles y las casas.
-¿Cuáles son sus fotógrafos favoritos?
-De aquí de Melilla te voy a decir un par de nombres, que además aprendí mucho de ellos: Ángel R. Migens y J.J. Frías, que nos dejó hace poco. Aquí de todas formas hay mucha afición a la fotografía y por ejemplo, te puedes encontrar gente muy buena , aficionados como yo, mejores que yo en Photowalk Melilla
-¿Qué tienen los amaneceres que tanto le atraen?
-Siempre he sido muy madrugador y siempre que tenía oportunidad veía salir el sol. En 2001 me trasladé a mí casa actual, frente al parador. El sol sale frente a mi dormitorio, frente mi casa, cuando la compré tuve la suerte de poder elegir y elegí la mía precisamente por las vistas y poder ver salir el sol todos los días. Como he dicho siempre, ver salir el sol es despertar el alma y sentirte vivo y nuevo, para mí es magia , pero también me pasa lo mismo con las noches , me encanta fotografiar de noche, para mí las noches son mágicas y la fotografía es como los versos de la noche.
-¿Qué les diría a quienes le llaman el “fotógrafo del amanecer”?
-¿Me llaman el fotógrafo del Amanecer? Es un orgullo y les doy las gracias, ya que eso significa que siguen mis fotografías, a todo el mundo que se dedica ya sea por entretenimiento o por profesión, a alguna forma de arte, lo que más ilusión le hace es que la gente vea su obra, da igual que les guste o no, solo que la vean, ya con eso uno se siente satisfecho y orgulloso. Lo mismo que recomiendo es que cada vez que tengáis oportunidad de ver salir es sol, hacedlo y si tenéis una máquina de fotos tirar fotos, si tenéis el móvil también. Yo lo utilizo mucho, otro de mis últimos objetivos fotográficos.
-¿Es Melilla una ciudad especialmente fotogénica?
-Hablamos de Melilla, como ciudad fotogénica, pues sí, al máximo. Empecemos por su arquitectura, desde toda la parte vieja hasta el Modernismo incluyendo la costa, el mar, sus rincones, pero sobre todo su luz, que es tan importante para la fotografía. Para terminar con lo maravillosa que es Melilla para fotografíar no nos podemos olvidar de la noche, suelo tirar muchas fotos desde mi casa y hay noches que son mágicas, con sus reflejos y las de Luna llena, así que sí es fotogénica Melilla, claro que lo es, y mucho
-¿Cuál sería la foto que le gustaría haber hecho y aún no ha podido hacerla?
-El amanecer en las dunas del desierto, el atardecer en los fiordos de Finlandia, un atardecer en unas cataratas y una de las que ya se que no podré, será una foto de un pulpo debajo del agua.