Vecinos deben invadir las vías por la falta de rampas en las aceras del barrio Alfonso XIII

Desde hace poco menos de un año cambió la rutina de Hugo, Fernando y Margarita. A las 9:00 de la mañana, una hora con mucho tráfico, deben salir de casa para trasladarse a la vivienda de otro familiar, pero debido a la falta de rampas en las aceras, parte del recorrido deben hacerlo por la calle.

Margarita Martínez debe moverse en una silla de ruedas, pero como dice Fernando Cudinach, las condiciones del barrio Alfonso XIII le imposibilitan ir sola, por lo que siempre está acompañada por él u otro familiar.

Diariamente deben de ir desde la Explanada de Camellos hasta la Explanada del Álvarez Claro y después hacer el mismo recorrido de vuelta. “Las condiciones que hay de accesibilidad en todo el camino, las barreras arquitectónicas son muchísimas, sobre todo, en lo que es este barrio”, afirmó Hugo Hurtado.

Por su parte, Fernando explicó que generalmente empuja la silla de ruedas, “porque de todas formas si fuese sola tendría que andar por la carretera; si ella pudiese manejarse por sí sola tendría que andar por la carretera porque no hay rampas en los pasos de peatones. La tengo que llevar yo y subirla”.

Aunque Margarita siempre está acompañada, Fernando dice que “si fuese sola tendría que ir por la carretera (...) Pero la verdad es que ella sola no podría, no hay accesos”, dijo mientras explicó que aún no han elevado la queja a las autoridades competentes.

Esta situación la viven Hugo, Fernando y Margarita, así como otras familias quienes sufren por la falta de rampas en las aceras. Ana María Robles, otra vecina, contó que ella vivió, hace unos años, esta misma situación con su madre y ahora ve como a dos residentes de la zona, que utilizan andadores, también se les dificulta andar por las aceras debido a la falta de rampas.

Aunque el tiempo que emplean para hacer el trayecto es poco, deben hacerlo, la mayor parte, por la vía pública poniendo en riesgo su seguridad. Desde el 2006, la zona en que residen Hugo y Margarita se llama barrio Alfonso XIII, pues anteriormente era General Primo de Rivera.

Más problemas

Hugo, quien reside en el sector desde el 2011, también hizo referencia a la Explanada del Álvarez Claro. Para esta zona se han hecho varios proyectos, pero ninguno se ha materializado.

Recordó que el estadio fue hecho por el alcalde en el año 1.945, “y desde esa época sigue todo igual. Lo que es el exterior, aparte que la gente del barrio La Libertad va al colegio Anselmo Pardo y aquí no hay ningún tipo de acera, ni nada para que los niños puedan ir al colegio bien”.

Los vecinos cree que este espacio puede ser aprovechado mejor y en beneficio de la comunidad. Por ejemplo, podrían construir un pequeño parque infantil, así como hacer una acera más ancha para que los niños y vecinos puedan caminar, sin dejar de lado el área para aparcamiento.

Recuerdan que cada vez que llueve, el aparcamiento se convierte en un área llena de fango, por lo que no es posible caminar por allí.

“Este es un sitio bastante abandonado, aquí aparcan furgonetas. Ha habido varios proyectos en esta zona de parques infantiles, a unos metros hicieron uno que es muy pequeño. Es verdad que hay parques cercanos, pero en concreto en lo que se llama Alfonso XIII no hay nada para los críos”, afirmó Hugo. Además, cree necesario instalar reductores de velocidad en las vías.

Problemas con un contenedor

Un contenedor para depositar el vidrio, ubicado en la calle Teniente General Gotarredona, se ha convertido en un problema para Ana María, quien lleva toda su vida viviendo en el barrio Alfonso XIII.

Ana María Robles tiene un hermano de 67 años que posee una deficiencia y al que le cuesta mucho tiempo dormir y conciliar el sueño. “Tiene un 99 por ciento de minusvalía y la criatura, cuando echan los vidrios allí, es a las 12:00 de la noche o una de la mañana” y lo despierta.

La vecina explicó que el vidrio proviene de dos bares del sector, a quienes no culpa, y pide la reubicación del contenedor. De hecho, este es el único que hay en el sector, pues el resto, para la basura orgánica y demás desechos están dispuestos en otra zona del barrio.

“Todos los contenedores de basura están frente al campo de fútbol, pero es que ese de vidrio lo tengo en la misma ventana de los dormitorios y por la mañana a las 7:00 o 7:30 cuando vienen a vaciarlo, mi hermano da unos repullos y no podemos ni dormir”, cuenta y afirmó que no ha hecho una solicitud formal para la reubicación del mismo.

Para Ana María ese y la falta de rampas para las personas con movilidad reducida son los principales problemas de la comunidad.

Por otra parte, Ana María respaldó la denuncia de Hugo, pues ella lo vivió con su madre. “Era ir por medio de la carretera y expuesta a los coches pitándome y lo he pasado muy mal. Últimamente es que tuve que dejar de ir con ella, de llevarla y traer”, dijo.

Afirmó que desde la calle Luis Vaz de Canoes hasta la residencia de ancianos no hay ninguna rampa, por lo que siempre debía andar por la vía. De acuerdo con Ana María, ante las barreras arquitectónicas, las vecinas que utilizan andadores deben buscar las rampas de los coches para poder bajar y subir de las aceras.

A velocidad

Los vecinos, quienes se iban reuniendo en un área cercana a la calle Teniente General Gotarredona, también pedían la instalación de reductores de velocidad o plataformas que provoquen que los conductores disminuyan la velocidad de los vehículos para circular por la zona.

La calle de la Explanada Álvarez Claro es una vía muy transitada y, pese a los pasos de peatón, los coches circulan a cierta velocidad. Los vecinos que cruzan a diario esta vía, temen que un día pueda ocurrir una situación que lamentar.