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La falta de fachada impide retener el calor de las estufas
Los vecinos de Averroes esperan desde octubre que les arreglen la fachada. El calor del verano fue “insoportable” y ahora llega el viento, las bajas temperaturas y la lluvia. “Dentro de mi casa hace tanto frío como en la calle”, aseguró uno de los afectados por el derrumbe que se produjo el 24 de junio de 2015 y que dejó su inmueble sin esa protección en las paredes del exterior. Aseveró a El Faro que la Consejería de Fomento les anunció que para octubre estaría en marcha la obra de rehabilitación de esta zona, por un valor de 170.000 euros, pero estamos en mitad de diciembre y no hay andamios ni nadie les ha informado de cuándo pueden empezar los obreros a arreglar el edificio, añadió.
Este melillense destacó que por muchos calefactores que enciendan en su hogar no hay forma de se mantenga una temperatura agradable. Sin la fachada protegiendo sus paredes, el viento y el frío se cuelan por todos lados.
De hecho, subrayó que las fuertes lluvias registradas el domingo 4 y el jueves 8 llegaron a entrar en algunas viviendas. Este ciudadano comentó que hay zonas donde se ha levantado el aislamiento que puso la Ciudad tras el derrumbe de la fachada exterior.
En el olvido
Los vecinos creen que si hubiera sucedido en un edificio del centro o de alguna zona más “rica” de la ciudad este proyecto de rehabilitación se habría acometido con mayor rapidez. Sin embargo, afirman que al estar en un barrio de la periferia, se han olvidado de ellos.
Insisten en que el aislamiento que tienen sus hogares no es completo y mientras que en el resto de los pisos hay más de un palmo de materiales que impiden la entrada del frío, el viento o la lluvia, sus hogares sólo tienen los ladrillos y un par de centímetros más de materiales que se están erosionando.
No pueden limpiar las ventanas porque no tienen buena sujeción y les da miedo que se muevan los marcos. De hecho, aún cuentan con zonas apuntaladas.
Se preguntan hasta cuándo van a tener que soportar esta situación porque no están bien en sus hogares por un fallo que no cometieron ellos y nadie arregla esa fachada a pesar de que pagan sus hipotecas religiosamente.
En esta vecindad no quieren que la culpa vaya de despacho en despacho y se pase de unos a otros. Afirman que les da igual porque sólo quieren que rehabiliten sus hogares y que se reforme la fachada, así como que eliminen otras zonas de peligro que hay en este inmueble para evitar que caigan más bloques de esta cubierta.
El Faro trató de contactar con el consejero de Fomento, Javier González, pero no hubo respuesta.