Opinión

¿Vacunamos en el CETI?

El Gobierno de Estados Unidos está estudiando vacunar a todos los migrantes que queden bajo su custodia en los centros de detención distribuidos por todo el país. Según ha publicado The Washington Post, la Administración Biden baraja ponerles la vacuna de Janssen que requiere una sola dosis.

Allí el sistema de detención de migrantes no tiene las garantías que tenemos en Europa. En nuestro país no podemos retener a una persona en un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) más de 60 días. En Estados Unidos hay gente que pasa hasta dos años a la espera de presentarse ante un juez para que éste evalúe si le permite o no quedarse en América.

Hace poco hablé con un grupo de cubanos y venezolanos presos en un centro de detención de Luisiana y se quejaban de que no estaban vacunados de la Covid y que los guardias de seguridad no empleaban mascarillas alegando que ellos estaban vacunados. Como consecuencia, el coronavirus estaba entrando a las prisiones y en cuanto caía uno, caían todos.

En esta quinta ola de la pandemia estamos comprobando cómo personas ya vacunadas con pauta completa se contagian del virus. Eso pasa porque nos han puesto vacunas que en la práctica han demostrado ser eficientes, pero que estaban en la tercera fase de investigación. O sea no completaron el estudio y sólo ahora, cuando se ha procedido a la vacunación masiva, se comprueba exactamente su nivel de eficacia.

Así, por ejemplo, la farmacéutica Pfizer ha propuesto en Estados Unidos poner una tercera dosis de recordación a quienes tienen puestas sus dos dosis obligatorias, aunque esta solicitud no ha sido aprobada por Biden.

Volviendo a la noticia de que los americanos estudian vacunar a los migrantes bajo tutela del Estado, que nadie piense que hablamos de cuatro gatos. Sólo en el mes de julio, la frontera con Texas batió récord con la entrada de 210.000 migrantes. En todo caso ellos sólo planean inmunizar con Janssen a los extranjeros que sean internados en centros de detención y dejar fuera a los que son devueltos a México.

Pues bien, me pregunto por qué no vacunamos a los acogidos de larga duración en el Centro de Estancia Temporal de Melilla. De momento, lo último publicado este 30 de julio por el Boletín Oficial de la ciudad es que se restringe la entrada y salida de migrantes de la zona de carpas y de los bajos del colegio, que son las destinadas a las personas solicitantes de asilo y a los migrantes irregulares que están en cuarentena a la espera de que les den los resultados de las pruebas PCR o tests realizados.

También están en esa zona del CETI los positivos de Covid y sinceramente me parece temerario y profundamente inhumano que personas sanas en cuarentena e incluso, sanas sin más, compartan estancia dentro del centro con los positivos.

Al dolor de emigrar, que es aún mayor en el caso de los solicitantes de asilo que huyen de la guerra, del yihadismo, de la persecución política o de la muerte, hay que añadir la sensación de impotencia que da tener que respirar el mismo aire que respiran quienes han contraído la enfermedad.

A los melillenses se nos olvidó muy rápido el bochornoso brote de coronavirus que tuvimos el año pasado en el CETI cuando positivos y sanos compartían estancias comunes como baños o comedor. Aquello pudo convertirse en un matadero de no ser porque acoge a personas fuertes y jóvenes.

Sabemos que quienes saltan la valla son, en esencia, portentos físicos. Los más fuertes y atléticos de sus países. Pese al deterioro que supone vivir a la intemperie durante un tiempo indeterminado en el monte Gurugú, llegan a Melilla en unas condiciones físicas envidiables. Pero no son ni Superman ni Catwoman. Enferman y mueren como todos los seres humanos. Ponerlos en zona Covid, cuando ellos registran un bajón anímico brutal tras saltar la doble alambrada, es indecente.

Sé perfectamente que en Melilla no tenemos espacio para construir un centro de acogida en condiciones, pero también sé que hay muchas ONGs que trabajan con los migrantes y no se les escucha denunciar lo que está ocurriendo. Se amparan en que su trabajo no es la denuncia sino la ayuda humanitaria, pero todos sabemos que cuando chupas del bote, terminas tragándote la lengua. No denuncian porque a fin de mes estiran la mano y cobran sus sueldos de las subvenciones del Gobierno. No van a morder la mano que les da de comer. Es una vergüenza.

A estas alturas no somos conscientes de que al coronavirus no se le puede vencer vacunando única y exclusivamente en los países ricos. Al coronavirus se le vence vacunando a todo el planeta para evitar que donde no se vacuna aparezca una nueva cepa que nos contagie a todos. No podemos permitirnos entrar en bucle.

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