Se trata de la segunda oleada de inmigrantes que intentan entrar en Melilla a través del perímetro fronterizo en menos de 24 horas. Ayer sólo uno consiguió su objetivo.
La valla que separa Melilla de Marruecos volvió a ser testigo en la madrugada del viernes al sábado de un nuevo intento de entrada masiva de inmigrantes a la ciudad autónoma. Según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno a El Faro, unas 60 personas de origen subsahariano trataron de saltar el perímetro fronterizo, en concreto por la zona del Barrio Chino. Sólo una consiguió llegar a territorio español.
Los hechos ocurrieron a las 4:45 horas, aproximadamente, cuando la Guardia Civil alertó de que había movimiento en el vallado fronterizo. Al igual que había ocurrido una noche antes, un numeroso grupo de inmigrantes intentaba acceder a Melilla de manera desesperada. No obstante, según señaló la Delegación del Gobierno a este periódico, en esta ocasión los subsaharianos no emplearon métodos violentos contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se desplazaron hasta el Barrio Chino para intentar que no pisaran suelo español.
Tan sólo 24 horas antes se había producido una escena muy similar, aunque con diez inmigrantes menos, según los cálculos realizados por la Delegación del Gobierno. Según esta fuente, ayer no hubo que lamentar heridos entre los agentes de la Benemérita, algo que sí ocurrió el viernes. En cuanto al estado en el que se encuentran los inmigrantes que no lograron entrar en la ciudad autónoma, se desconoce.
El incremento de la presión migratoria no coge a nadie de sorpresa. Tanto los representantes del Gobierno central en Melilla como ONGs locales habían advertido desde hace semanas de que al otro lado de la frontera existía una bolsa de personas de origen subsahariano esperando una oportunidad para intentar llegar a la ciudad autónoma. No en vano, noches antes de que se produjeran estos intentos, la Guardia Civil había utilizado métodos preventivos en el perímetro fronterizo, incluidos vuelos nocturnos en helicóptero para que los inmigrantes desistieran en su intento.
Ya señaló el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, a mediados de la semana pasada, que la llegada del buen tiempo conllevaría una mayor entrada de inmigrantes. Además, no dudó en afirmar que lo desesperado de su situación les llevaría a intentarlo “por todos los medios posibles”.
Asimismo, aseguró que la firme obligación de la Delegación del Gobierno “es la de defender las fronteras de Melilla”.
También había previsto esta situación la ONG local Prodein. Su máximo dirigente, José Palazón, recalcó a El Faro que con la llegada del buen tiempo aumentarían los intentos, aunque esperaba que tuvieran lugar por vía marítima y no a través del perímetro fronterizo. En su opinión, el hecho de que estén probando suerte a través de la valla “demuestra su grado de desesperación”.
Al margen de los esfuerzos que realiza la Delegación del Gobierno para evitar entradas, continúan los traslados desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) a la península con la intención de normalizar su nivel de ocupación, que alberga a unas 200 personas por encima de su capacidad máxima.
En este sentido, se están produciendo salidas todos los jueves, en concreto de grupos que oscilan entre las 25 y las 50 personas. Su destino en la península es dispar, ya que algunos pasan a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), mientras que otros participan en programas de inclusión social con asociaciones humanitarias estatales.
En alerta
En vista de lo ocurrido durante las últimas noches, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continúan en máxima alerta por si se producen nuevos intentos de entrada, ya que la previsión es que así sea.
Por el momento, El Barkani ya ha alzado su voz para que la Unión Europea (UE) gire su cabeza hacia Melilla, pues el pasado viernes recalcó que la situación que se está viviendo en la frontera no es un asunto que competa en exclusiva a la ciudad autónoma y a Marruecos.