Unos malos últimos segundos del Melilla dan la victoria a Ourense

Derrota de Melilla en Ourense en un partido errático, salvo en defensa, en el que fue en más del 80% de los minutos de juego por detrás en el marcador ante un equipo al que cuadriplica en presupuesto y que llegaba a la cita con dos bajas y jugadores tocados, pero ante el que no fue capaz de imponer su superioridad física ni la calidad ni experiencia en los momentos finales.

El comienzo del partido fue frenético porque así lo quiso Melilla. La idea de Alcoba era poner el más alto nivel físico defensivo, presionando la línea de pase, con una presión alta siempre que tenía opción y utilizando su larga rotación desde el inicio. El resultado fue óptimo en los primeros cinco minutos de juego donde consiguieron que Zamora no estuviese cómodo, Rozitis no pudiese recibir en zonas donde marca diferencias y del resto se encargaba Chuku que era el sustento anotador, asumiendo más de 80% de las primeras posesiones del equipo. Aunque los porcentajes en el tiro, sobre todo en el exterior eran malos y la máxima diferencia fue un 2-8. Ahí aparecieron los primeros problemas para los de Alcoba cuando Pepo Vidal tomó las riendas del choque, Ott asomó en ataque y el COB conseguía un 11-2 de parcial que le empezó a dar sus primeras ventajas, mientras Melilla optó por cambiar su forma de jugar en ataque con salida a pista de Balaban, con quien jugaron en los últimos minutos del cuarto. Los fallos en los tiros libres en ambos conjuntos fueron el último denominador común de un primer cuarto en el que además el arbitraje castigaba el riesgo defensivo melillense con su alta intensidad utilizando mucho las manos. Todo dentro de una línea de igualdad, aunque ventaja local al finalizar los primeros diez minutos (20-17).

Una constante que se mantuvo en el segundo cuarto, donde los de Alcoba consiguieron mantener su intensidad defensiva sacando mucho rédito sin cometer faltas. Hasta en cuatro ocasiones consiguieron robos en primera línea que propiciaron canastas fáciles de uno contra cero y paliaron la deficiencia que mantenían en el porcentaje de acierto en el triple y varias pérdidas de balón sin sentido en jugadores clave. Amenazó el COB con cinco puntos de ventaja de inicio, pero el 0-7 en menos de un minuto melillense metió el partido en el toma y daca del primer cuarto donde los de Alcoba solo anotaban en transición o desde la línea de tiros libres, apareciendo Zyle y Franch como nuevas referencias y el COB tenía en dos jóvenes a sus referencias como Pluta con dos triples consecutivos y Muratovic con dos mates y un triple que dinamizaron a un equipo en el que las referencias claves no aparecían por la defensa melillense. Solo en los dos últimos minutos, donde Rozitis consiguió anotar sus primeros puntos, con tres canastas consecutivas, Melilla perdió el control del partido nuevamente y estuvo a punto de irse al descanso con una importante desventaja, que acabó paliando con los tiros libres y con errores cobistas (39-36).

El tercer cuarto fue todo un recital de despropósitos, malas decisiones y errores continuados en ambos equipos, aunque Melilla se llevó la palma con errores sin sentido de Agada, tanto en malas decisiones como nulo acierto en el tiro y pérdidas y la falta de referencias en ataque. La suerte para los de Alcoba es que el COB rivalizó en malos tiros y desaciertos y el parcial de los siete primeros minutos de cuarto lo decía todo (4-5). Además Agada cometió la cuarta falta y perdía un baluarte defensivo el conjunto melillense en un partido que parecía abocado a decidirse en esa faceta. Y dos triples finales de Zamora y Van Wijk, que pudo ser una tercera sobre la bocina, unido al reiterado juego sin sentido de un equipo que dependía de acciones individuales de Franch o Urtasun para anotar, dejó una desventaja de siete puntos para los últimos diez minutos (54-47). Pero la reacción del principio del último cuarto de Melilla impidió que el COB creyese en la victoria. Un parcial de 0-10 basado en la defensa y el liderazgo de Urtasun, Franch y Dos Anjos en ataque mientras los locales tenían que dar minutos de descanso a sus jugadores clave fue el principio del dominio melillense (54-57), que además tenía la opción del tiro libre en los últimos siete minutos de encuentro. Lo que nadie esperaba es el pésimo final de partido de Melilla tanto en la dirección en el banquillo como en pista. El parcial de 10-0 que recibió fue un conjunto de despropósitos que aprovechó el COB de la mano de un Zamora inmenso sentenciando el partido sin que Melilla con todo su potencial fuese capaz de anotar ninguna canasta en juego en los dos últimos minutos de juego. Un final incomprensible que le condena a una derrota justa ante un equipo inferior en presupuesto, en calidad de plantilla y con varios contratiempos físicos en su plantilla.

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