La mayor parte optó por no aproximarse al perímetro al darse cuenta del fuerte despliegue policial que había tanto en Marruecos como en la ciudad autónoma.
La presión migratoria sigue haciéndose notar en la frontera de Melilla. En la jornada de ayer, unos 600 subsaharianos intentaron entrar en la ciudad autónoma de manera irregular, en concreto saltando la valla que separa España de Marruecos por el tramo del Barrio Chino. Vecinos de la zona informaron a este periódico de que en torno a las 5:00 horas de ayer se llevó a cabo un fuerte despliegue de agentes, tanto de Policía Nacional como de Guardia Civil, en torno al perímetro fronterizo para hacer frente al intento de asalto a la valla.
La Delegación del Gobierno confirmó esta información a El Faro y detallaron que la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se llevó a cabo al divisar desde territorio español un elevado número de inmigrantes de origen subsahariano bajando por las laderas del monte Gurugú con intención de dirigirse a la valla.
Al comprobar que se trataba de un grupo de personas muy numeroso, unas 600, según Delegación, se optó por llevar a cabo un fuerte despliegue de seguridad en territorio español, al tiempo que la Policía de Marruecos se preparaba para intentar frenar la avalancha de inmigrantes que descendía por el Gurugú en dirección al paso fronterizo del Barrio Chino.
Al observar el ingente número de efectivos policiales que había a ambos lados de la frontera, la mayor parte de los inmigrantes optó por frenar su avance y ni siquiera intentó aproximarse a la valla con intención de saltar, volviendo a buscar refugio en el Gurugú.
En suelo marroquí, las fuerzas del orden del país vecino se encargaron de dispersar a los pocos subsaharianos que, pese al despliegue, continuaron en dirección al perímetro fronterizo. Los agentes marroquíes se hicieron cargo de la situación y ningún inmigrante logró acercarse a la valla. Desde Delegación apuntaron ayer que se debe hablar de “aproximación” al perímetro y no de intento de salto.
Aunque la situación pudo controlarse gracias a la intervención de los agentes marroquíes, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado optaron por mantener el despliegue durante algunos minutos hasta que se confirmara de manera definitiva que el intento de los inmigrantes había concluido.
Según vecinos consultados por este periódico, los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil realizaron varias patrullas a lo largo de todo el perímetro fronterizo para cercionarse de que no había más intentos de entrada por otros puntos de la valla. El resto de la madrugada trascurrió con calma y no se produjeron más movimientos de subsaharianos al otro lado de la frontera.
En una semana Melilla ha sido escenario de entradas de inmigrantes por todas las vías irregulares posibles: Mar, pasos fronterizos y valla. Además, en tan sólo siete días ha quedado claro que las mafias que trafican con seres humanos han decidido poner en práctica nuevos métodos para introducir a los subsaharianos de manera ilegal en la ciudad autónoma.
El más llamativo, a la par que peligroso, ha sido el de los vehículos kamikazes, que no es otra cosa que saltarse los controles policiales de los pasos fronterizos a toda velocidad con la intención de entrar en Melilla. El jueves 7 de febrero se encendieron todas las alarmas al entrar un coche usando este método en Beni Enzar, que a punto estuvo de costarle la vida a un agente de Policía Nacional. Tan sólo tres días después, un vehículo hizo lo propio en el paso de Farhana. La peligrosidad de este modus operandi llevó a Delegación a ‘blindar’ ambos puestos con vallas New Jersey para evitar más sucesos de este tipo.
En lo que respecta a la vía marítima, hace exactamente una semana llegó una patera a plena luz del día, en concreto a la playa de Los Cárabos. Para burlar la vigilancia de la Guardia Civil, la embarcación iba camuflada como un bote pesquero del país vecino. Cuando la Benemérita se dio cuenta del engaño ya era demasiado tarde.
En lo tocante a la valla, el pasado 12 de febrero lo intentaron 200 subsaharianos. Lo novedoso fue que los inmigrantes se dividieron en cinco grupos para desperdigar a los agentes de Policía y Guardia Civil al otro lado de la valla. Finalmente, dos lograron saltar por la zona del arroyo Villa Pilar, cercano al aeropuerto.
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