Unos 200 testigos votaron a cambio de un empleo, según confesaron a la Guardia Civil

  • Arrancan las declaraciones de los instructores de la investigación policial

  • Según los agentes, unos 350 testigos desconocían cómo se votaba por correo y no recibieron el sobre con la documentación electoral

El juicio por el caso ‘Voto por correo’ acogió ayer las primeras declaraciones de los agentes de la Guardia Civil que instruyeron la investigación policial. En esta última sesión dio tiempo a que se interrogase a dos funcionarios de la Benemérita, siendo uno de ellos el capitán del Equipo contra el Crimen Organizado de Málaga. Según manifestó este último ante el tribunal de la Audiencia Provincial, en los comicios de 2008, en los que CpM y PSOE se presentaron en coalición, se produjo un “aumento desproporcionado” de votaciones por correo, ya que se incrementaron en un 54% respecto a las elecciones generales de 2004. Este agente afirmó que, a lo largo de la investigación, tomaron declaración a un total de 655 testigos. De ellos, señaló, unos 200 confirmaron que votaron por correo con la esperanza de conseguir un puesto de trabajo en los planes de empleo.

Ambos agentes contaron que la investigación se inició a raíz de la denuncia que interpuso la acusación particular, que en este procedimiento representa al PP, incluyendo una declaración jurada del acusado Nordin Abdel-Lah y listados. Según explicaron, seleccionaron a los testigos en función de los núcleos urbanos, haciendo hincapié en aquellos en los que residían mayor número de votantes por correo.

El capitán indicó que, al principio, por junio de 2010, los testigos se prestaban a colaborar y a declarar sin problemas. Sin embargo, los agentes notaron una “involución” a medida que avanzaba la investigación. “Hubo que cortar las declaraciones en octubre porque, era tal el acoso en la prensa, que la gente ya no venía”, expuso.

El agente manifestó que, tras escuchar a cientos de testigos, llegaron a la conclusión de que en las sedes de CpM y PSOE se había establecido “un claro reparto de tareas” para promover el voto masivo. De esta manera, había quien se encargaba de rellenar las solicitudes, de recoger los impresos o de anotar en unas listas las personas que accedían a votar por correo.

Entre otros datos, el capitán señaló que unos 350 testigos refirieron ante la Guardia Civil que no sabían el procedimiento que había que seguir para votar por correo y que tampoco recibieron el sobre con la documentación electoral.

Irregularidades

Según explicó el agente de la Unidad Central Operativa (UCO), comprobaron que los sobres con las papeletas sí que habían llegado a Correos desde la Oficina del Censo Electoral. Por ello, llegaron a la conclusión de que “los sobres se habían perdido” en la sede del servicio postal de nuestra ciudad.

Al respecto, el capitán incidió en que el ex jefe de Correos, Juan José Redondo, que estaba encausado cuando falleció, ordenó que se confeccionara un tercer aviso para hacer llegar la documentación electoral a los votantes. Ambos agentes dejaron claro que los empleados de Correos tenían “miedo” de contar las irregularidades que tenían lugar en la oficina de la ciudad.

A raíz de dar con este tercer aviso, los instructores comenzaron a investigar los poderes notariales, en los que también encontraron irregularidades. Según expusieron, de los 60 que se habían emitido para votar por correo, unos 40 se correspondían a la misma doctora, la acusada Zahra Karam, mujer de Aberchán.

Los agentes señalaron ayer que, según refirieron los testigos a los que la procesada expidió los certificados, ella no acudió a las viviendas ni realizó ninguna exploración médica. “Todos decían que no fue ninguna doctora a su casa”, dijo el capitán. Según expuso, la encausada tampoco presentó ningún diagnóstico que fuese preciso, sino que usaba una fórmula genérica. Agregó que le llamó la atención que expidió un certificado a una mujer con un alto grado de discapacidad mental.

Por otro lado, el capitán afirmó que las cartas falsas en las que se anunciaba la preselección para los planes de empleo formaban parte del plan para alertar el voto por correo. “Consideramos probado que las cartas estaban en la sede de Juventudes”, agregó.

Asimismo, el guardia civil sostuvo que el entramado del ‘voto por correo’ se mantuvo en el tiempo hasta el 2010, ya que se siguieron otorgando puestos en los planes de empleos a aquellas personas que dieron su voto a la coalición y estaban anotadas en las listas.

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