Todos los edificios de la ciudad resistieron ayer la tremenda sacudida. No hubo que lamentar ningún derrumbe a pesar de la intensidad del seísmo.
Sin embargo, sí se produjeron daños que obligarán en algunos casos a demoler determinados elementos arquitectónicos u ornamentales.
Sin duda, el ejemplo más significativo es el que afecta a los dos torreones del Palacio de la Asamblea, en los que aparecieron varias grietas horizontales. El más dañado resultó ser el torreón sur que, según explicó el presidente Imbroda, tendrá que ser demolido por cuestiones de seguridad. Presenta desplazamiento. Más adelante se procederá a su reconstrucción; mientras tanto, la silueta del Palacio de la Asamblea estará incompleta.
Construido en 1948, es uno de los edificios emblemáticos del Modernismo melillense, obra del arquitecto Enrique Nieto, que fuera discípulo de Antonio Gaudí.
En la zona centro, fueron muchos los edificios modernistas de los que, en mayor o menor medida se desprendieron cascotes de las fachadas o de los elementos ornamentales que los hacen tan característicos.Los desperfectos no afectan a la estructura
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, fue uno de los integrantes del gabinete de crisis que desde primera horade la mañanade de ayer empezó a trabajar en la coordinación.
Quevedo explicó que los desperfectos del interior del Palacio de la Asamblea afectaban a juntas y tabiques, en definitiva nada importante para la estructura del edificio. También indicó que hay una escalera secundaria que tendrá que ser inutilizada durante los próximos días.