Lo que los melillenses estamos viviendo en materia de sanidad pública no tiene nombre. Al final, la ciudad vuelve a quedarse sin dermatólogo porque el que estaba contratado no quiere seguir desempeñando su función en Melilla y el adjudicatario de la única plaza publicada en el BOE hasta el momento, ha renunciado a incorporarse a la plantilla de especialistas que prestan servicio en el Hospital Comarcal. Es decir, 86.000 contribuyentes y usuarios del servicio no tienen un dermatólogo que le atienda de sus dolencias, sean leves o graves, da igual, no hay quien pueda diagnosticarlos ni prescribir un tratamiento para sus males.
La pregunta que surge de inmediato es ¿y ahora qué? ¿Qué va a pasar si un paciente de la sanidad pública necesita que lo vea un dermatólogo? ¿Se va a tener que ir a Málaga para ser atendido? ¿Cuándo tiene previsto el Ingesa disponer en Melilla de un servicio de Dermatología en condiciones? ¿Cuántas personas están en una lista de espera en esa especialidad en concreto?
El Faro dispone de un cuadro con una estadística sobre el tiempo en listas de esperas por especialidades que ha elaborado el Ministerio de Sanidad a nivel nacional y en el que incluye a todas las comunidades autónomas. Está hecho a fecha del 31 de diciembre de 2023. Y lo que llama la atención por la enorme tomadura de pelo que supone es que Melilla aparece sin nadie en lista de espera ni en dermatología ni en digestivo. ¿Será posible tanta desvergüenza? ¿Cuántas personas están pendientes de que la vea el digestivo? Pues para el Ministerio de Sanidad, la respuesta es cero pacientes.
¿Y quién se cree que un ginecólogo te ve en ocho días o un oftalmólogo en 17? ¿Cómo que un otorrino te ve en Melilla en 38 días cuando hay personas que, nos consta fidedignamente, llevan más de tres meses esperando no ya la consulta sino que se le dé cita para este especialista? ¿Quién se encarga de facilitar los datos al Ministerio? ¿Ingesa?
No se puede ser más falaz ni mentir de un modo tan descarado. Los ciudadanos tienen muy claro que el sistema falla y falla mucho. Conocemos personas que han tardado más de un año en obtener cita con el digestivo en Melilla y eso después de presentar mil y una quejas ante la dirección del Hospital Comarcal reclamando su derecho, que no es otro que poder ser atendidas de su dolencia en un plazo razonable de tiempo.
Como se ha dicho en otras ocasiones, si este es el modelo de sanidad pública que el Ministerio promueve, apaga y vámonos. El departamento de Mónica García no tiene más competencias a nivel nacional que gestionar el sistema sanitario en dos ciudades autónomas que, en total, no llegan ni a 200.000 personas. ¿Esto es todo lo que da de sí el trabajo ministerial para un par de centenares de miles de usuarios?
Por eso cuesta tanto entender que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, hablara recientemente de que hay médicos más que suficientes en Melilla o que se lancen campanas al vuelo cuando Sanidad dice que va a contratar a 252 profesionales más cuando el nuevo hospital empiece a funcionar. ¿Por qué no se ocupa mejor de arreglar los problemas que existen ahora? ¿Por qué hay que esperar a la inauguración de unas instalaciones que ni siquiera tienen fecha de apertura?
Los melillenses merecemos respuestas, acciones en positivo, nada de promesas de futuro porque quienes necesitan a un especialista lo precisan ahora, no dentro de vaya usted a saber cuándo abrirán ese nuevo hospital.
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