Según la Delegación del Gobierno, la pelea fue de carácter leve, entre argelinos y subsaharianos, aunque pasada la medianoche precisó a El Faro que habían sido detenidos tres personas. Una violenta reyerta, sobre las diez de la noche, en la zona del comedor del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, convirtió durante una hora al CETI en un auténtico campo de batalla, que exigió de la intervención de la Guardia Civil y de los refuerzos de la Policía Nacional.
Según diversas fuentes, las Fuerzas de Seguridad tuvieron que emplear material antidisturbio y procedieron a cortar los accesos a la carretera de circunvalación colindante con el mismo Centro de Inmigrantes.
Pasada la medianoche, la Delegación del Gobierno precisó que fueron tres los subsaharianos detenidos y aseguró que los heridos, cuyo número no pudo concretar, lo fueron en todos los casos de carácter leve.
Origen de la reyerta
Fuentes diversas confirmaron que la reyerta comenzó a la hora de la cena entre inmigrantes subsaharianos y argelinos, por causa de la desconfianza extrema que caracteriza las relaciones entre unos y otros.
El clima de enfrentamiento in crescendo determinó que los vigilantes de seguridad optaran por poner a salvo a los trabajadores del CETI, un grupo de empleadas que atienden los servicios de cocina y limpieza, que permanecieron en lugar seguro hasta que las Fuerzas de Seguridad pacificaron el centro
La Delegación del Gobierno, al filo de la media noche, confirmó que el motivo del violento suceso fue el enfrentamiento entre inmigrantes de orígenes distintos, en concreto subsaharianos y argelinos.
Por su parte, desde Prodein se informó a este Diario de que los argelinos participantes en la gresca lograron huir mientras que los subsaharianos, casi en un centenar, quedaron retenidos por la Guardia Civil para proceder a su interrogatorio.
Clima de tensión
Prodein achacó también a un clima de tensión extrema lo sucedido ayer noche en el CETI desde las 21.45 hasta las 22.45 aproximadamente. La rigidez del régimen disciplinario que, sobre todo, impide la reagrupación familiar de los inmigrantes, está resultando más crispante para los acogidos desde que el pasado 27 de marzo tres subsaharianos fallecieran a causa de un incendio en el poblado de chabolas próximo al centro: Una auténtica válvula de escape, según Prodein, para un grupo de personas que no gozan de ningún tipo de intimidad en el interior del CETI.
El centro, según datos recientes facilitados por el exdelegado del Gobierno, Gregorio Escobar, tiene una ocupación actual de unos 600 acogidos, prácticamente similar a su capacidad.
Tanto Prodein como la Delegación del Gobierno desmintieron las informaciones iniciales que empezaron a volcar algunos medios digitales, según las cuales el origen de la protesta había sido un intento de linchamiento de un grupo de trabajadoras del CETI.
No obstante, el clima de violencia provocó cuadros de ansiedad en algunas trabajadoras, tal cual pudo confirmar este Diario de fuentes próximas a los mismos empleados.