La diputada de Coalición por Melilla (CpM) Dunia Al-Mansouri explicó ayer que su formación política ha votado a favor en comisión del manifiesto institucional por el Día de la Mujer, pero mostró a su vez sus reticencias al texto, pues teme que las reivindicaciones que allí se incluyen caigan en saco roto, como, considera, ocurre año tras año.
En esa misma comisión, la diputada cepemista explicó que la viceconsejera de la Mujer, Fadela Mohatar, había informado a la oposición de la introducción de algunos cambios en los protocolos de protección y atención a las víctimas de violencia de género. Al Mansouri criticó el silencio de la Viceconsejería en este aspecto y sostuvo que estos cambios demuestran, por una parte, eran necesarios, y por otra que los protocolos eran mejorables, como defendieron los cepemistas, recordó, tras la muerte de Hanan Outmane el pasado diciembre, supuestamente acuchillada por su ex marido.
Ciertamente ha sido a través de la diputada cepemista y no de la viceconsejera que nos enteramos que se han introducido cambios en los criterios de evaluación de riesgo de las víctimas y que también se agilizarán, en lo posible, los traslados a la península de las mujeres maltratadas que corran mayor riesgo. Sin embargo, se desconoce qué ha motivado estos cambios.
Por algún motivo se ha modificado parte de los protocolos, lo que significa que, efectivamente, éstos eran mejorables. No fue ésta la postura que defendió la jefa de la Unidad contra la Violencia de Género, Mª Teresa Fernández, el pasado diciembre, pues dijo que los protocolos se habían aplicado correctamente, pero que, lamentablemente, la joven Hanan Outmane había muerto.
Nadie dudó ni duda de la profesionalidad de todas las instituciones y organismos implicados en la atención y protección de víctimas de violencia de género al aplicar los protocolos, pero al menos Fernández debió considerar la posibilidad de que éstos eran mejorables. Pudo pensarlo, pero no lo dijo.
De todas formas, estos cambios introducidos suponen una valiosa oportunidad, o al menos ahora existe una posibilidad por pequeña que sea, de que crímenes como el sufrido por Hanan Outmane no se vuelvan a repetir en Melilla.
No sabemos, por ahora, si los cambios introducidos han venido influenciados por el doble crimen del pasado mes de diciembre o bien por directrices marcadas desde el Ministerio en Madrid. Cabe recordar que el año pasado el Gobierno central anunció la inclusión de nuevos criterios en las evaluaciones de riesgo de las víctimas de violencia de género, que iban a entrar en vigor el verano pasado. Sin embargo, este anuncio se ha ido postergando en el tiempo y las últimas noticias al respecto es que las nuevas evaluaciones de riesgo se iban a poner en marcha este 2015.
Sea como fuere, tanto la muerte de Hanan Outmane como la de decenas de mujeres que mueren, lamentablemente, cada año a manos de sus parejas o ex parejas pone en evidencia que algo no funciona bien y que esos protocolos son mejorables. Tal vez, poco a poco se consiga mejorar el sistema de protección a víctimas para evitar más muertes.
De lo que no hay duda es que toda mejora, venga de donde venga, es una valiosa oportunidad de hacer más efectivo y eficaz un sistema de protección diseñado para, precisamente, evitar más muertes.
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