Son las nuevas generaciones las que poco a poco tienen conciencia del daño que hacen las acciones del ser humano al planeta y son ellos quiénes verdaderamente están impulsando iniciativas de protección del medio ambiente y lucha contra el cambio climático.
Un ejemplo de ello es la “reco-basura”, una actividad que han desarrollado las alumnas de 3º del Grado Universitario en Educación Social de la Universidad de Granada. Se trata de una recogida de basura que tuvo lugar este sábado en el Parque de los Pinos de Rostrogordo.
Una de estas estudiantes, Raquel, cuenta que decidieron organizar este evento tras ver en redes sociales diversas denuncias. Además, otra motivación es que ya habían visto ellas mismas el estado de estos parques. Por ello, decidieron que los Pinos necesitaban “una limpieza a fondo”.
Tras difundirse por las plataformas de redes sociales, a esta iniciativa se han sumado diversas entidades, entre ellas Guelaya-Ecologistas en Acción, los Boys Scouts de Melilla, las Ampas de algunos colegios, un centro de acogida de menores de la ciudad e incluso un grupo de jóvenes de Melilla que se conocieron a través de Twitter.
“Nuestra ciudad, aunque es pequeña, es muy sucia, y queríamos difundir la importancia de tener nuestra ciudad limpia y por eso tenemos a muchos estudiantes, muchos niños pequeños; porque a los niños hay que enseñarles desde pequeños a que ellos puedan llevar a cabo este tipo de iniciativas, como estamos realizando nosotros, que somos estudiantes”, expresó una compañera de Raquel, Hayat.
De esta forma señaló que son estos últimos, los más pequeños los que heredarán todo eso: “son los que van a quedarse después aquí, y también es nuestro hogar”.
Hay una empresa contratada por el Ayuntamiento para recoger toda la basura del Parque de los Pinos asiduamente. Sin embargo, lo que estuvieron recogiendo estos chicos este sábado es microbasura, que va desde colillas de tabaco, chapas de botellas, tenedores y pajitas de plástico... Desechos que podrían pasar desapercibidos a simple vista, pero la realidad es que son nocivos y enturbian nuestros parajes naturales.
Uno de los miembros de los scouts contaba a este periódico que la iniciativa le gusta. “Porque nunca me he fijado, pero es muy duro ver todas las colillas por el suelo al llegar; tras diez minutos de estar recogiendo hemos encontrado con más de 200 colillas facilmente”, se quejó.
“Me parece muy buena esta iniciativa porque si te paras a pensar esto es un espacio para todos y tenemos que limpiarlo entre todos también”, añadió el scout.