Medio ambiente

Una ola gigante que dejó 11 muertos y cientos de damnificados

El depósito de Cabrerizas, cargado con 25 millones de litros de agua, se rompió el 17 de noviembre de 1997 y formó una ola gigante de agua y barro que chocó contra las antiguas viviendas de Averroes; descendió por el Tiro Nacional, el Rastro y la Avenida Juan Carlos I Rey y llegó a la Plaza de España, y arrasó con todo lo que se encontró a su paso. Fue fue un día trágico y triste para Melilla que se saldó con procesados por 11 delitos de homicidio, uno de aborto y 28 de lesiones, todos por imprudencia grave. “Con filtraciones desde hacía meses, nadie ordenó detener el llenado”, ha recordado la viceconsejera de Incidencias y Línea Verde, Yonaida Sel-Lam, este lunes, durante la presentación de las obras de demolición del depósito junto al consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar.

“A día de hoy, el depósito sigue igual que hace 25 años, recordándonos la tragedia y la necesidad de reparar, aunque sea testimonialmente, a las víctimas”, ha proseguido la viceconsejera, quien ha querido tener un recuerdo a los 11 muertos por la riada, entre los cuales figuraban dos menores –de 11 meses y de cuatro años de edad, respectivamente- y una joven de 23 años embarazada de ocho meses.

También hubo 41 heridos, cientos de damnificados e innumerables daños materiales, pues la riada afectó a 53 viviendas, 170 establecimientos y 326 vehículos. Además, según ha rememorado Mohatar, se produjeron daños materiales por casi mil millones de las antiguas pesetas -seis millones de euros-, y hubo más de 600 afectados entre comerciantes o personas que sufrieron algún percance o herida.

No fueron más gracias a las personas que, como ha elogiado Sel-Lam, “con esfuerzo, solidaridad y heroicidad hicieron que los daños no fueran más graves”.

Hubo procesados por 11 delitos de homicidio, uno de aborto y 28 de lesiones, todos por imprudencia grave, que “alcanzaron un acuerdo que se cerró con penas privativas de libertad muy pequeñas”, según la viceconsejera, quien ha lamentado que “a día de hoy, el depósito sigue igual que hace 25 años, recordándonos la tragedia y la necesidad de reparar, aunque sea testimonialmente, a las víctimas”. Por ello, ha explicado, se van a demoler “los restos de una instalación fantasmal que ofende a sus familiares y amigos” y, además y “sobre todo”, ha resaltado que se va a recuperar para la ciudad el entorno “con un homenaje permanente a las víctimas de tanto desatino”.

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