Categorías: Editorial

Una frontera hacia el Tercer Mundo

Dentro de unos cinco meses, si se cumplen las optimistas previsiones de la empresa adjudicataria de la obra, o en algo más de tiempo, si continúan las interrupciones, nuestra ciudad estrenará un moderno paso fronterizo en Beni Enzar. El proyecto del Ministerio del Interior pretende materializar la vieja aspiración de los melillenses de disponer de unas instalaciones equiparables a cualquiera otras existentes en los más diversos parajes de la Unión Europea. Los miembros de las Fuerzas de Seguridad y los ciudadanos en general confiamos en que acabará siendo así, en que Melilla contará con la infraestructura que se merece y que, por diversos motivos, le ha sido negada durante demasiado tiempo. Sin embargo, nadie puede garantizarnos que realmente sea tan útil u operativa como esperamos y desearíamos que fuera. Acontecimientos como los del pasado lunes no invitan en absoluto al optimismo. Fuentes policiales aseguraron ayer a El Faro que el atasco y cierre del paso fronterizo de Beni Enzar durante tres horas estuvieron motivados exclusivamente por la actitud de un grupo de policías marroquíes que exigían el ‘rasca’ a los porteadores. La costumbre tercermundista del soborno, tan arraigada entre los funcionarios del país vecino, ocasionó que el habitual tránsito de personas, vehículos y mercancías se viera interrumpido. Y no sólo eso. Además, hubo lanzamiento de objetos contra los policías españoles por cerrar la reja ante el riesgo de entradas incontroladas en Melilla. Paradójicamente, la ira de los porteadores, en vez de recaer sobre los funcionarios corruptos marroquíes, se dirigió contra los agentes de la Policía Nacional que pretendían hacer cumplir la ley.
Además, contrasentidos  y absurdos a parte, se produjo una grave situación de riesgo físico para las personas que se desplazaban en forma de tumulto por ‘tierra de nadie’, esa supuesta zona neutral entre ambos países que en su estado actual debería denominarse ‘tierra sin ley’. Hasta cuatro centenares de personas pretendían regresar desordenada e ilegalmente a España para evitar el ‘robo’ en Marruecos.
Ante estas circunstancias, que puntualmente adquieren proporciones que las convierten en noticia, pero que son habituales en el día a día del tránsito entre Melilla y el país vecino, ¿qué garantías de éxito puede tener una millonaria inversión como la obra que se ha empezado a ejecutar en Beni Enzar? ¿Qué sentido tiene dotar a nuestra ciudad con una infraestructura de primer nivel, similar al equipamiento del resto de pasos fronterizos de la Unión Europea, si sólo sirve para llegar y darnos de bruces con la realidad de un país tercermundista como Marruecos?
Melilla parece sentenciada al furgón de cola de la UE mientras tenga que seguir arrastrando el lastre de un vecino que unas veces no puede y otras no quiere sumarse al progreso porque a un importante grupo de responsables de su Administración y funcionarios le es más ‘rentable’ seguir rapiñando en la miseria de sus conciudadanos que colaborar en el progreso de su país.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

1 semana hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

3 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

3 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

3 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

3 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

3 meses hace