Categorías: Editorial

Una entrada tranquila al 2014

La Junta de Seguridad organizada en víspera de Nochevieja en la Delegación del Gobierno ha dado sus frutos: Melilla recibió este 2014 con menos incidentes que el año pasado, según fuentes policiales. La noche se saldó con nueve detenidos por la Policía Nacional, tres de ellos acusados de robos con violencia y algún que otro altercado en la ‘tierra de nadie’ aledaña a la frontera de Beni Enzar, atajado a tiempo por las fuerzas del orden de Marruecos.
Preocupa que se sigan registrado actos de vandalismo que afectan a coches aparcados en la calle. Al parecer son provocados por gamberros, pero de momento no ha trascendido sí ha habido alguna detención relacionada con este tipo de actos, pese a que la quema de contenedores que afectan a vehículos, los daños en la carrocería, la rotura de lunas y el robo de retrovisores van camino de hacerse cotidianos.
La pasada Nochevieja también se registraron incidentes protagonizados por niños que recurrieron a las tradicionales “bombas de amoniaco”, elaboradas con botellas de refresco de dos litros, una temeridad infantil que provocó algún que otro susto en el Tesorillo.
Pero esto es anecdótico. Lo importante es que la última noche de 2013 transcurrió con tranquilidad, esencialmente debido al control de la frontera y al fuerte dispositivo desplegado por la Guardia Civil y la Policía Local y Nacional por las calles de la ciudad.
La amplia presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en las zonas de ocio hizo que los melillenses disfrutaran de una Nochevieja sin incidentes relevantes, después del rosario de sucesos delictivos registrado en los últimos días.
Llama la atención el hecho de que el mismo 31 de diciembre, cuatro inmigrantes subsaharianos entraran en Melilla a la carrera en motos kamikazes.
El año pasado estrenaron este método en la frontera sobre el 21 de enero y las medidas tomadas por la Delegación del Gobierno, colocando conos New Jersey en zig zag y devolviendo inmediatamente a Marruecos a los ‘kamikazes’ pusieron punto y final a una iniciativa muy peligrosa.
En principio, fuentes policiales admiten que la pasada Nochevieja ha sido más tranquila que la de 2013. Empezamos bien el año. Eso quiere decir que cuando se quiere, se puede. O lo que es lo mismo, que cuando reclamamos mayor seguridad en las calles de Melilla no estamos pidiéndole peras al olmo.

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