Una discusión por dinero provocó el fatal desenlace

Juan Manuel Coronil confiesa que cogió a Ouchda por el cuello y golpeó su cabeza contra el suelo. Dice sentirse “muy arrepentido”. Una pelea por dinero entre Juan Manuel Coronil y la joven Ouchda provocó el fatal desenlace en la madrugada del lunes 28 de octubre, según explicó el propio detenido a los agentes que instruyen el caso. El pasado jueves, tras ser arrestado por la Guardia Civil, confesó los hechos y relató a los agentes de la Policía Judicial lo que pasó ese día de la última semana de octubre. Y al finalizar su confesión aseguró sentirse “muy arrepentido” por lo ocurrido, pues “nunca” tuvo la intención de matar a Ouchda. En la declaración en la Comandancia de la Guardia Civil a la que ha tenido acceso El Faro, Coronil explica la muerte se produjo cuando cogió a la mujer por el cuello y le golpeó la cabeza contra el suelo del garaje del domicilio familiar en el barrio El Real.

La madrugada del lunes 28
El detenido explicó a la Guardia Civil que el domingo 27 de octubre por la tarde estuvo jugando al pádel y regresó al domicilio familiar. Después de asearse, salió a comprar “pegamento para pegar las botas del cuartel” y al ver la tienda cerrada decidió dar un paseo en su coche, un Hyundai de color oscuro. Tras recorrer las calles de Melilla desde el Dique Sur hasta el paseo de Horcas Coloradas, se dirigió a la Avenida Juan Carlos I Rey, donde una joven le “requirió”. Aseguró que era la primera vez que veía a la mujer y que no la conocía de antes.
Siempre según la versión dada por Coronil a la Guardia Civil, describió a la joven como de “aproximadamente 30 años, 1,80 metros de estatura, con el pelo moreno y con tirabuzones, con pequeñas mechas rubias. No estaba obesa y tenía una complexión normal. De tez lisa, vestía una camiseta con escote de un color claro. También portaba un pantalón de cuero azul oscuro como negro y una cazadora vaquera normal que colgaba de un bolso negro grande. Hablaba poco el castellano”.
Coronil afirmó que Ouchda le pidió que le acercara al barrio El Real “porque allí –en el centro– no podía trabajar, ya que la estaban molestando”.  Aceptó la propuesta y se montó en el vehículo. Eran las 00:30 horas de la madrugada del lunes 28 de octubre.
De camino al barrio El Real, recuerda el detenido, la joven recibió una llamada de teléfono y que durante un minuto habló en “chelja o árabe”. Tras colgar, metió el teléfono en el bolso y éste sonó varias veces, pero los “tonos eran de mensajes”. Coronil puntualiza que, después de la llamada, a la joven “se la notaba que tenía algún problema, ya que se la veía alterada”.  Una vez que llegaron a El Real, Coronil afirma que propuso a Ouchda “ir a su garaje”.

El garaje en la calle Ibiza
Tras aparcar el coche en la calle Ibiza, ambos entraron al garaje. El detenido explica que fue al baño y después se sentó en un sofá con la joven y “entabló conversación, haciéndole una caricia” con la “intención de tranquilizarla”. Ella le respondió con un beso, según afirmó Coronil.
Comenzaron a mantener relaciones sexuales consentidas por ambos. Ella le ofreció un preservativo y “a modo de broma le indicó que el precio eran 30 euros”. Coronil afirma que le ofreció 20 “dentro del mismo juego”. “Cuando finalizó, ambos se vistieron y ella se percató de que el preservativo se había roto, por lo que le dijo que tenía que pagar 70 euros o se tendría que hacer cargo de la criatura o lo denunciaría”.

La pelea
El detenido intentó echar a Ouchda del garaje, pero ésta comenzó a gritar, exigiéndole los 70 euros, según declaró ante la Guardia Civil. Coronil “se puso nervioso y la cogió del cuello y le dijo que cerrara la boca”. Forcejearon y “al ver que –la mujer– no se callaba, la tiró al suelo”. Cayeron los dos y en el suelo, el detenido, afirma, “le golpeó la cabeza contra la esquina de la rampa de bajada que se encuentra en el interior del garaje”.
Tras el fuerte golpe, Ouchda dejó de gritar. Coronil “se separó de la víctima y ésta reaccionó como para gritar otra vez”, por lo que la agarró nuevamente del cuello “apretándolo fuertemente durante un minuto aproximadamente”. Luego ella “quedó como inconsciente y él se quedó paralizado”.
El detenido puntualizó que no utilizó ningún tipo de herramienta para golpear a la víctima y que ambos mantuvieron relaciones sexuales de mutuo acuerdo, “no la forzó en ningún momento” y dijo que tampoco consumieron drogas o alcohol.
Coronil vio que por los golpes en la cabeza que recibió la joven “emanaba sangre hacia el suelo interior del garaje”. Siempre según la versión de los hechos relatada por el militar, “con los nervios no sabía qué hacer. Fue a un armario a buscar algo y halló una bolsa de balones de color negro”, donde introdujo el cuerpo de Ouchda. “Primero la cabeza y quedando los pies donde cierra la bolsa. Ésta no tiene cremallera y al final tiene unos cordones que Coronil tensó, realizándole un nudo de remate”, explicó el detenido a los agentes.

Deshacerse del cadáver
El detenido relató a la Benemérita que metió la bolsa de balones con el cuerpo sin vida de Ouchda en el coche de su padre, un Mercedes que estaba aparcado en el interior del garaje. “Antes de introducir la bolsa en el maletero, puso una manta. Seguidamente se dedicó a limpiar toda la sangre que había por el garaje con la fregona y un cubo que había. Al finalizar cerró el garaje, se marchó a casa, se cambió de vestimenta (unos pantalones cortos de azul oscuro y una camiseta de color azul claro) y la dejó con el resto de ropa para la lavar de la familia porque la ropa no iba muy manchada de sangre”. A continuación, “se bajó al salón, ya que no podía dormir por lo sucedido”.
A las 06:30 horas, según declaró Coronil, cogió el coche de su padre, con el cuerpo de Ouchda en el maletero, y se dirigió a la carretera de circunvalación y en el vial que une el Cementerio Musulmán con el centro de menores de La Purísima “paró el vehículo unos instantes y dejó la bolsa con el cuerpo de la chica en el interior de unos arbustos allí existentes”. Después se dirigió al cuartel donde trabaja.
Tras finalizar su jornada laboral y por la noche, Coronil explicó que volvió a coger el coche de su padre y del maletero “cogió la manta, que no estaba muy manchada –de sangre–, la introdujo en una bolsa de basura, junto con la chaqueta vaqueta, bolso y zapatos de la víctima, y la tiró a los contenedores existentes en las proximidades de su domicilio, junto al pabellón Lázaro Fernández”.

El embalaje de parque infantil
La principal pista que la Guardia Civil siguió para dar con Coronil y proceder a su detención fueron los cartones con los que el detenido supuestamente cubrió la bolsa con el cadáver de la mujer, pertenecientes a un embalaje nuevo de un parque infantil de su sobrino.
Coronil explicó a la Guardia Civil que un día después  de los hechos “se enteró” del fallecimiento de dos jóvenes melillenses tiroteados por la Marina Real marroquí y supo que éstos serían enterrados el miércoles 30 en el Cementerio Musulmán. Por este motivo, el detenido explicó que cogió del garaje de su padre la caja de cartón del parque infantil de su sobrino” y en la mañana del miércoles “la trasladó hasta el lugar donde había dejado a la chica y la cubrió –con el cartón– para que no fuera descubierta durante el citado entierro”.
Coronil aseguró que “nadie” más que él ha tenido conocimiento de los hechos que relató ante la Benemérita y que todo lo hizo solo, sin la participación de ninguna otra persona. Tampoco reconoció a la víctima en las fotografías que la Benemérita le mostró, antes y después de fallecer. Únicamente reconoció los pantalones que llevaba la joven aquella noche, pues la camiseta la recordaba de un color más claro.
Por último, dijo desconocer cuándo descubrieron el cadáver y aseguró sentirse “muy arrepentido”, ya que su intención no era la de matar a la joven Ouchda. Desde ayer, Coronil está interno en el Centro Penitenciario de Melilla.