Editorial

Un virus que no sabemos detener

MELILLA sigue sin sacar la cabeza. La segunda ola de la pandemia de coronavirus ha golpeado con fuerza a la ciudad y en lo que llevamos de mes sigue sin verse la luz al final del túnel. Ya con septiembre casi finalizado, y terminado el periodo de vacaciones, la curva de contagios no se ha logrado aplanar. En 22 días se han registrado más del doble de contagios que de pacientes curados y tenemos un total de 415 casos activos de coronavirus. Desde el final del estado de alarma se ha sucedido un crecimiento exponencial del número de infectados que sitúa a la ciudad con uno de los peores datos a nivel nacional. Durante el confinamiento, Melilla fue un ejemplo, presentando unas cifras epidemiológicas envidiables, pero tras el fin de las restricciones nos ha ido realmente mal. Las medidas impuestas por las autoridades sanitarias no han dado los frutos esperados. Puede que el desconocimiento o la irresponsabilidad de una parte de los ciudadanos sea la causa principal del escenario en el que nos encontramos, pero lo cierto es que el resultado es malo y las autoridades deberían analizar los porqués. Se ha tardado en endurecer los controles y las sanciones a los que no portan la mascarilla y tampoco se han controlado de forma adecuada las aglomeraciones de personas. Hasta hace pocas semanas, ni siquiera contábamos con el número recomendado de rastreadores para hacer el seguimiento a los contactos de los enfermos y la aplicación radar covid es una gran desconocida para gran parte de la población. Tampoco ayuda la situación generada en el CETI, con más de 80 infectados y una masificación de residentes que lo convierten en un perfecto caldo de cultivo para la expansión del virus. Además, no se acertó en el intento de confinar el centro, una decisión que fue tumbada por los tribunales. Los melillenses siguen esperando algún tipo de decisión contundente que permita detener el avance del virus. El presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, comunicó ya hace días que se estudiaban medidas similares a las aplicadas durante las fase 1 de la desescalada y el consejero responsable del área de Salud Pública de la Ciudad Autónoma, Mohamed Mohand, llegó incluso a considerar necesaria la aplicación del estado de alarma en nuestro territorio. Nada de esto se ha puesto en marcha y seguimos con las mismas medidas de contención que están dando tan mal resultado.

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