Felipe Jesús Sánchez lleva más de seis años al frente, de la línea 6 de la Cooperativa Omnibus de Autobuses (COA) que cubre la ruta entre la plaza Torres Quevedo y Mariguari.
A diferencia de otros días, ayer fue recibido entre besos y abrazos por muchos pasajeros.
"Hemos estado mucho tiempo sin verle" dijo Concepción, una vecina del barrio de Los Pinares, tratando de justificar su euforia. Exactamente llevaban sin cruzarse con él un mes y medio. Fue el 13 de junio cuando la COA decidió suspender la ruta después de que ese mismo día fuera atacado con un machete uno de los conductores cuando se encontraba en una parada de la calle Vía Láctea.
Tomás también dedicó una sonrisa a Sánchez. Tiene 85 años y por su avanzada edad fue uno de los más afectados por la suspensión del servicio. "Muchos vecinos iban andando al centro, pero por mi edad me fallan las piernas y no me quedaba otra que bajar en taxi desde mi barrio (Reina Regente) al corazón de la ciudad", explicó.
Tomás es un hombre de costumbres. Todos los días se levanta a las ocho de la mañana para dirigirse a la ciudad y tomar un café, jugar un partido de dominó con los amigos y hacer la compra. "Estoy contento porque puedo seguir con mi rutina. Cuando dependía del taxi no me podía permitir el lujo de salir todos los días del barrio, si no me hubiese arruinado", señaló.
Justo enfrente de Tomás estaba sentada Hayat. Ella es vecina de La Cañada y confesó que desde que tomó asiento en el autobús repasaba una y otra vez una misma frase: "No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos". "Soy madre de cinco hijos, uno de ellos tiene cuatro años y aún lo paseo en el carrito. Ha estado con fiebre y vómitos. Llevarlo al médico andando ha sido muy duro. Las cuestas son muy pronunciadas y con este calor asfixiante lo he pasado mal". Contó que con su situación económica en ningún momento se le pasó por la cabeza coger un taxi.
"Muchos no son conscientes de lo que hemos sufrido", intervino Hamed, también residente en La Cañada. "Tengo 60 años, soy diabético y analfabeto con lo cual no me puedo sacar el carné de conducir", explicó. Lamenta que algunos ciudadanos "metan en el mismo saco" a los vecinos de los barrios periféricos con los agresores. "Nosotros no tenemos la culpa y estamos en contra de la violencia, pero que hablen, las palabras no matan", manifestó.
Flota a medio gas
El estoicismo con el que los vecinos de barrios como Reina Regente, Las Palmeras, el Zoco y La Cañada han soportado la suspensión del servicio de la línea 6 empezó a flaquear hace varias semanas. Eran cada vez más las peticiones que llegaban por parte de muchos vecinos al presidente de la COA, José Fuentes, demandando la puesta en marcha de la ruta a Mariguari. "El pasado lunes me reuní con varias mujeres que solicitaban que reanudásemos el servicio cuanto antes y también nos ha contactado el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo", informó Fuentes en declaraciones a El Faro.
La COA no tardó en dar respuesta y decidió que la flota de la línea 6 volviese a circular por la ciudad ayer. Eso sí, a medio gas. El servicio sólo estará en marcha de 8:00 a 15:00 horas y de lunes a sábado, mientras que el horario habitual es de 7:00 a 21:00 horas y de lunes a domingo.
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