Hasta el día de ayer habían pasado por la frontera de Farhana 323 animales.
Tras la puesta en marcha del dispositivo especial para la festividad musulmana del Sacrificio el pasado día 27, han pasado por la frontera de Farhana un total de 323 borregos, según informó ayer la consejera de Bienestar Social y Sanidad, María Antonia Garbín. La Consejería, además, sufraga los gastos de los once veterinarios que realizan el control sanitario en el puesto fronterizo durante estos días con un coste total de 6.000 euros.
Gracias a la colaboración con la Delegación del Gobierno y con el Colegio Oficial de Veterinarios de Melilla, los ciudadanos pueden traer a la ciudad sus corderos desde el pasado día 27 de octubre y lo podrán hacer hasta el mismo día del Aid el Kebir, que está fijado para el próximo lunes 7 de noviembre.
Hasta el día de hoy, el servicio de veterinarios en la frontera se ofrece desde las 11:00 horas hasta las 21:00 horas. A partir de mañana día 4 de noviembre el horario se amplía una hora más, desde las 09:00 horas hasta las 21:00 horas.
Según explicó la consejera, el primer requisito indispensable es que cada borrego lleve consigo un certificado sanitario expedido por un veterinario oficial de Marruecos, independientemente de la inspección que los propios veterinarios melillenses realicen a los animales en el paso fronterizo. Garbín no especificó si cada melillense puede traer únicamente un borrego o más.
Lo que sí aseguró es que el lunes, día del Aid El Kebir, los veterinarios seguirán en la frontera de Farhana desde las 09:00 horas hasta las 10:00 para los melillenses que aún no hayan pasado su cordero.
Asimismo, en los próximos días, la Consejería informará de los horarios de apertura de Matadero Municipal, donde los melillenses de confesión musulmana pueden llevar a sus borregos para ser sacrificados conforme a la tradición islámica y que supone un sistema mucho más higiénico. Garbín reconoció que la costumbre de los melillenses es sacrificar al animal en sus domicilios y que el uso del matadero aún no está muy extendido, ya que fueron pocos los corderos que se sacrificaron allí de los cerca de 6.000 que entraron en la ciudad el pasado año.