La senadora por Melilla, Sofía Acedo, repasó ayer la política migratoria desarrollada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, antes de que la próximas elecciones puedan desalojarlo de la Moncloa.
La portavoz de Migraciones del GPP en la Cámara Alta recordó que la llegada de inmigrantes irregulares a España durante el mandato del presidente socialista fue la más alta de la serie histórica, con más de 64.000 personas, frente a las 27.000 del año 2017.
Además, el año 2018 acabó con más de 14.000 menores extranjeros no acompañados -en un 90 por ciento de origen magrebí- en nuestro país. Durante al pasado año, el Gobierno central se ha visto incapaz de hacer efectivo el acuerdo de readmisión ratificado en el año 2013 por Marruecos para el retorno de estos menores a sus países de origen. En contraposición, el país vecino del norte, Francia, no dejó entrar en su territorio a más de 9.000 inmigrantes que devolvieron a España.
También debemos recordar que los trámites para la expulsión de inmigrantes irregulares se han ralentizado y que solo el 10% de los que llegaron a a nuestro país fueron devueltos.
Además de esta laxitud en el control migratorio, hay que sumar la recepción del barco Aquarius o el anuncio de la retirada de las concertinas en las vallas de Melilla y Ceuta.
Poco puede hacer ya el Ejecutivo de Sánchez para atajar el tema de la inmigración irregular, pero lo que queda claro es que durante los meses que ha gestionado el asunto nada ha mejorado. Un tiempo perdido.