Partidos de fútbol hasta la madrugada, peleas de perros y apedreamientos son algunas de las denuncias de los vecinos que están hartos de no poder dormir por las noches y de sufrir daños en viviendas y vehículos.
Un pequeño solar en el Monte María Cristina trae de cabeza desde hace ya nueve años a los vecinos del barrio, con viviendas próximas a las calles Río Guadalhorce y Río Eume. Han recurrido a todas las instancias de la Ciudad Autónoma relacionadas con este espacio, ubicado tras uno de los muros del Centro Penitenciario, sin que hasta el momento hayan obtenido una solución. Uno de los vecinos del barrio explica a El Faro que existe un proyecto para crear en este solar una zona verde, que ayudaría a solucionar los problemas existentes, pero no hay presupuesto. Por ello, la actividad incívica que se da en este barrio de Melilla continúa impune. Partidos de fútbol hasta altas horas de la madrugada, peleas de perros y apedreamientos entre bandas son algunas de las prácticas que denuncian estos vecinos. En los últimos tiempos esta problemática se ha agravado aún más.
Las fachadas de las viviendas y algunos vehículos son víctimas de las gamberradas y amanecen con cristales rotos a causa del impacto de las piedras que se lanzan unos y otros de esos jóvenes que acuden frecuentemente al solar cuando las disputas deportivas o de cualquier otro cariz terminan a palos.
Los partidos de fútbol, que suelen resolverse a puñetazos en algunos casos, se prolongan hasta altas horas de la madrugada e impiden el normal descanso de los vecinos, cuyas viviendas colindan con este solar. Durante el mes de Ramadán fue peor, según explica este vecino, pues los partidos o las disputas se producían hasta casi las 05:00 horas.
“Caso omiso” de las autoridades
De poco o nada han servido las denuncias en la Jefatura de la Policía Local y los escritos pidiendo ayuda a la Consejería de Medio Ambiente, Fomento y Presidencia. “Lo único que quiero es que me quiten el problema, que le den una solución a esto”, reclama este vecino.
Los escritos van desde, el más antiguo, septiembre de 2010 hasta abril del año pasado. La problemática persiste. El solar, informa este vecino a la Ciudad Autónoma en una de las denuncias, “no reúne las condiciones necesarias para uso deportivo ni zona de juegos de ningún tipo debido a su precario o nulo nivel de seguridad tanto para mayores como para niños”.
Aún así, se celebran partidos de fútbol, con los consecuentes ruidos molestos para los vecinos por la noche. La zona tampoco está vallada correctamente. El muro que conforma este solar presenta un avanzado estado de deterioro y el ‘vallado’ metálico ha sido instalado por los propios jóvenes de una manera rudimentaria e incluso peligrosa con restos de obras.
Las propuestas de los vecinos
“Dicha explanada es usada por maleantes que hacen peleas de perros de presa, mayoritariamente de raza pitbull, ponen música a muy alto volumen de decibelios, fuman sustancias psicotrópicas, beben alcohol, tiran toda clase de envoltorios, dejándolo todo lleno de basura”.
Este vecino asegura que, tras las quejas registradas ante la Policía Local, Nacional, las consejerías de Fomento, Medio Ambiente y Presidencia, las autoridades han hecho “caso omiso”. Únicamente han pasado en alguna ocasión a limpiar el solar, explica este vecino, y se ha visto a algunas patrullas policiales por el barrio, pero no ha servido para solucionar el problema.
Pero los vecinos no se quedan en la simple queja. También proponen soluciones, no solamente para paliar los problemas que están sufriendo sino también para embellecer el barrio. A la Ciudad Autónoma han pedido que, dado que el problemático solar no reúne las condiciones necesarias para su uso y disfrute por parte del vecindario, se planten árboles y arbustos, creando así una zona verde que, según creen, impediría la celebración de esos partidos de fútbol que se resuelven a pedradas.
“Proponemos la plantación de árboles o palmeras, de manera que impidan los partidos fútbol que son el foco principal de dichos incidentes”.
La Consejería de Fomento prometió una plaza pública en 2012
En octubre de 2012, el director general de Obras Públicas contestó a una de las quejas presentadas por este vecino del Monte María Cristina. En ella, el responsable de Fomento explica que, una vez que el Ministerio de Defensa ha dado la autorización a la Ciudad Autónoma del uso de una explanada cercana, sita en la calle Río Nervión, está prevista la construcción de unas instalaciones deportivas allí. Se trata del ‘Proyecto de ampliación de la calle Bidasoa y acondicionamiento del entorno’, que incluye “un campo deportivo multifuncional con capacidad para partidos de fútbol sala”. Sin embargo, la Ciudad no puede actuar sobre el problemático solar porque Defensa no ha dado autorización para ello. Aún así, en la misma respuesta del director de Obras Públicas, éste se compromete a realizar los trámites para construir allí “una plaza pública, dotada de los correspondientes espacios verdes, arbolado, zonas de descanso, juegos infantiles y aparatos deportivos, con la pretensión de dotar a cada barrio de este tipo de zonas de esparcimiento de gran utilidad vecinal. Todo ello cuando, además, las disponibilidades presupuestarias así lo permitan”.
Las obras de la calle Bidasoa ya era un proyecto pensado por la Consejería de Fomento en 2010. Así se lo comunicaron a este vecino. “Entonces tenían que firmar un convenio con el Ministerio de Defensa. Cuando ya lo consiguen, dos años después, parece que van a hacer la obra, pero ahora han pasado dos años más y no la han hecho porque no hay presupuesto”, resume este vecino. “Seguimos con el mismo problema”, lamenta.
Carreras de coches en la carretera del Polvorín
Por otra parte, el nuevo vial que conecta el Monte María Cristina con la carretera del Polvorín se ha convertido en los últimos tiempos en una pista de carreras de vehículos, con el consecuente peligro para los peatones. Al estar en una zona poco transitada, es favorable la celebración de este tipo de ‘eventos’. Este vecino explica que ha solicitado la instalación de unos badenes para que los coches se vean obligados a reducir la velocidad en la zona, pero no les han hecho caso. “Ya se han registrado varios accidentes de tráfico en la carretera. Los vehículos cogen mucha velocidad, sobre todo, en las curvas y algún día pueden atropellar a un vecino del barrio o a un niño”, advierte.