La Ciudad presentó ayer el dispositivo de emergencias y vigilancia que se encargará de garantizar la seguridad de los bañistas que este verano decidan pasar sus vacaciones en nuestro litoral. Esta inversión era una obligación después de que Melilla haya acudido a las dos últimas ediciones de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) con su oferta de sol y playa como principal atractivo.
El operativo de este año estará formado por una treintena de profesionales entre diplomados universitarios en Enfermería y socorristas, además de personal de Protección Civil. Pero no será suficiente si los melillenses no ponemos algo de nuestra parte. El verano puede transcurrir sin ninguna incidencia grave si somos capaces de actuar con civismo y sentido común. En la mayoría de las ocasiones basta con acatar las normas para evitar situaciones complicadas, como las que se pueden producir cuando no se respetan las indicaciones de las banderas verdes, amarillas o rojas que informan del estado del mar.
Tampoco valdrá de mucho la imagen que nuestra ciudad ha proyectado en Fitur si no somos capaces de contribuir a la conservación de nuestras playas en buen estado. Difícilmente pueden ser un atractivo para el turismo si no colaboramos para que no caiga en saco roto la labor que realizan los operarios responsables de su mantenimiento y limpieza. El esfuerzo que se solicita a los ciudadanos es mínimo. Basta con cambiar algunas costumbres negativas y potenciar los comportamientos positivos. Sólo con el uso generalizado de las papeleras el aspecto de nuestras playas ya mejoraría considerablemente.
La seguridad, otra de las áreas en las que las administraciones hacen un esfuerzo económico en el periodo vacacional, no sólo depende del número y de la efectividad de los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil. La lucha contra la delincuencia también necesita del apoyo de los ciudadanos si queremos hacer de Melilla un lugar más seguro. A veces no somos conscientes de que basta con una llamada telefónica para poner fin a situaciones que en absoluto contribuyen a mejorar la imagen de Melilla.
Este año, el operativo de vigilancia en las playas tendrá un coste de 230.000 euros. Es una cifra respetable, pero no garantiza la total seguridad de los bañistas y demás usuarios de la playa. La inversión en seguridad más importante es la que realizamos los ciudadanos actuando con sentido común y respeto hacia las indicaciones que ofrecen en cada momento los componentes de este dispositivo.