Categorías: Editorial

Un secreto a voces

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) sorprendió ayer al desvelar que los guardias civiles reciben órdenes de los mandos para devolver de forma “inmediata” y “sin trámites” a los inmigrantes subsaharianos que se quedan en la valla.

Aunque Melilla y Ceuta son de un pájaro las dos alas, la asociación mayoritaria denunció ayer que ésta no es la orden que tienen los agentes destinados en la ciudad caballa, que sí cumplen con el protocolo establecido en la Ley de Extranjería: Llevar al inmigrante que pise territorio nacional a la Comisaría de Policía y abrirle un expediente de expulsión de España.
¿Por qué en Ceuta se procede de una forma y en Melilla de otra? Es la pregunta del millón. Por eso la organización mayoritaria en el Instituto Armado reitera la necesidad de que exista un protocolo de actuación “por escrito” (en Melilla las órdenes se dan de viva voz) en el que se recoja cómo proceder ante un asalto al perímetro fronterizo.
Pero el extenso comunicado con que AUGC incendió ayer las Redes Sociales y saltó a las portadas de los periódicos nacionales no se queda en la mera revelación de un secreto a voces.
La organización también manifestó el malestar que causa a los guardias civiles de Melilla que sus superiores permitan que los gendarmes marroquíes entren en España y apliquen el único concepto de control de fronteras que conocen: Palo va y palo viene. “Son prácticas de otra época”, añade la asociación.
Como ya había avanzado a El Faro en la edición del pasado jueves, AUGC considera “un tanto desmesurada” la actuación de los guardias civiles que fueron grabados por la ONG Prodein devolviendo inmigrantes en el salto a la valla de la semana pasada.
Sin embargo, lanza una pulla a las Organizaciones No Gubernamentales y les pide que difundan también la manera agresiva con que los inmigrantes saltan la valla porque no se entiende que una actuación de 16 horas se resuma en un vídeo de apenas un minuto.
También reclama a las onegés que no caigan en el error de creer que todo el monte es orégano. O lo que es lo mismo, que no pueden juzgar la profesionalidad de los agentes del Instituto Armado en Melilla por un hecho que AUGC recalca que “no es lo habitual”.
El comunicado de la Asociación ha venido a apagar con gasolina el fuego de una polémica que se desvanecía. Ahora la pelota está en el tejado de los mandos.
La asociación ha movido ficha porque de momento ya el Juzgado de Instrucción Número dos de Melilla ha pedido que se identifique a agentes de a pie que intervinieron en el control del salto a la valla del pasado 18 de junio. Al final, la cadena siempre se rompe por el eslabón más débil.

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