Decepcionante. Así fue ayer el debate de la proposición de ley instada por la Asamblea de la Ciudad ante el Congreso de los Diputados, para ampliar hasta el 50% la bonificación en la cuota patronal a la Seguridad Social que, a su vez, también repercute en un aumento de sueldo para los asalariados melillenses y ceutíes adscritos a los sectores de hostelería, turismo, comercio e Industria.
Y lo fue por varios motivos: El primero, la actitud de los grupos nacionalistas (PNV y CiU) que, a pesar de su declarada empatía y comprensión hacia la mayor problemática económica de Ceuta y Melilla, optaron por desatender su principio general de apoyar por sistema cualquier iniciativa que parta de un parlamento o institución autonómica y decidieron abstenerse ante la propuesta.
También resultó una decepción por el tenor de la intervención del Partido Socialista, que aún reconociendo que estaba de acuerdo con aumentar el porcentaje de la bonificación, optó por oponerse alegando que no era partidario como, supuestamente pretendía el PP, de hacerla extensiva a todos los sectores productivos de la ciudad.
En realidad, lo que se debatía ayer en el Congreso no era más que la toma en consideración de una proposición que luego, en su trámite, podría haber sido enmendada o mejorada, pero que al quedar desestimada pasó con escasa gloria y triste historia para la potestad que en materia de proposiciones legislativas ante las Cortes nuestros Estatutos de Autonomía reconocen a nuestras dos ciudades. Queda por ver qué pasará cuando la moción, con un texto muy similar, vuelva al Congreso, pero ya a instancias de la presentada en el mismo sentido por la Asamblea ceutí. Sería curioso que lo votado ayer en contra de la iniciativa de Melilla, a la postre sí pudiera prosperar a instancias de la llamada ‘ciudad hermana’.
Pero lo importante, en cualquier caso, no sería lo insólito del diferente recorrido posible de dos propuestas a todas luces idénticas, si como digo la de Ceuta si prosperara, sino la oportunidad de enmendar lo que ayer no dejó de ser un error. De hecho, el PSOE se mostró a favor de aumentar la bonificación e incluso de extenderla, aunque no así a todos los sectores. Luego, por tanto, la proposición de la Asamblea de Melilla muy bien podría haber prosperado sin perjuicio de que a la postre hubiera sido matizada, corregida o incluso mejorada.
De lo sucedido ayer en el Congreso el Gobierno local y el PP local deben no obstante extraer consecuencias y activar la autocrítica. Su primera reacción culpando del nefando curso de la proposición al Partido Socialista de Melilla, lejos de otorgar a los populares más razones o argumentos, enaltece, fortalece y revaloriza al PSOE local.
Hay que tener en cuenta que la proposición sobre la bonificación de la cuota patronal a la Seguridad Social, tiene en las iniciativas de Ceuta y Melilla un matiz diferenciador que el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, pareció intentar corregir ayer cuando en todas sus alusiones solicitaba la extensión de la misma bonificación a todos los sectores “en crisis” y no de forma general a todos los sectores productivos de Melilla, como reiteradamente ha parecido defender el PP en todas sus anteriores intervenciones sobre el mismo asunto.
Y el matiz en cuestión no es pecata minuta. De hecho, el PSOE se agarró a una pretendida extensión indiscriminada de la bonificación para reflexionar con buen tino sobre la inconveniencia de favorecer con este tipo de medidas a sectores que como la banca no se encuentran en ningún caso en crisis sino más bien lo contrario.
El PP debería haber sido desde un principio más claro y diáfano en su propuesta y, también, más activo en el consenso, no ya a nivel de Melilla –donde cualquier acuerdo con la oposición no parece nunca posible- sino con el Gobierno de Ceuta, a fin de eliminar esos polémicos matices que, al fin y a la postre, han servido de coartada al Partido Socialista y no han terminado de dejar claro ni ante los mismos melillenses cuál es exactamente la propuesta del Gobierno local del Partido Popular.
Todo esto no impide ni excluye el hecho primero de haber admitido a trámite la moción, con reservas como hizo IU o con el ánimo, como se comprometieron los diputados de Coalición Canaria, de enmendarla y mejorarla durante su posible trámite. Lo uno, a fin de cuentas, no quita lo otro, y si como dice el PSOE su voluntad es la de aumentar la bonificación y ampliarla a otros sectores en crisis, por qué no se aprovechó la ocasión para dar curso a un debate que finalmente podría haber concluido con un necesario consenso por todas las partes.
Afortunadamente, en el Senado, donde se debatió otra iniciativa referida a Ceuta y Melilla, sí se impuso el consenso general. No obstante, es verdad que en esta otra moción, referida a la realidad del sistema educativo en nuestras dos ciudades, lo que se propone no es más que un conjunto de generalidades, buenas intenciones y mejores declaraciones que, como tales, son muy positivas, pero que no salen del ámbito del Gobierno central para activarlas o hacerlas verdaderamente posibles.
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