El Colegio de Abogados celebró la tarde de ayer en el Hospital del Rey la festividad de su patrona, Santa Teresa de Jesús. Normalmente, todos los años, esta institución melillense entrega su máximo reconocimiento a alguna persona o entidad que considera merecedora de su medalla de oro, el más alto galardón que concede y que este 2023 recae en los representantes de las cuatro culturas que conviven en Melilla.
La iniciativa del Colegio de Abogados no puede ser más oportuna en estos momentos, después de la pequeña crisis suscitada por un grupúsculo de personas que el miércoles, tras la concentración por Palestina organizada desde Stop Desahucio, provocó en la ciudad al lanzar gritos contra Israel frente a la sinagoga principal, ubicada en la calle López Moreno.
Por eso decimos que la concesión de la medalla de oro a las cuatro culturas viene como anillo al dedo, a pesar de estar pensada mucho antes de que se produjera el incidente. Este galardón se planteó tal cual por el simple objeto de destacar la convivencia en la sociedad melillense, tan plural y diversa como unida en la tolerancia y el respeto. Y ahora se hace más necesario que nunca. Cosas que pasan.
Afortunadamente, Melilla ha superado ese incipiente conato de enfrentamiento, si bien es cierto que la semana que viene habrá otra concentración convocada por los mismos organizadores, según el escrito de autorización presentado en la Delegación del Gobierno. Esperemos que Sabrina Moh haya tomado nota y no vuelva a permitir que se derive en una manifestación que corte las calles del centro, como ocurrió el miércoles, y que se dirigió justo por la calle de la sinagoga en su recorrido por la ciudad.
Melilla no se puede permitir ni un solo gesto más como el que ocurrió el miércoles. Todas las instituciones y organismos públicos tienen la obligación de impedir el más mínimo atisbo de enfrentamiento y por eso la decisión del Colegio de Abogados es tan loable y tan necesaria en estos tiempos de tensión por algo que, por cierto, ocurre a miles de kilómetros de la ciudad.
Toda idea que persiga aunar esfuerzos para mantener la tradicional convivencia melillense y apostar por la paz, siempre será bienvenida. De ahí que sea positivo que el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, hable de organizar un acto institucional de unión entre las culturas y de rezo conjunto por la paz allí donde ahora está rota. Imbroda hablaba de llevar a cabo esta acción el próximo lunes y desarrollarla en el lugar más noble del Palacio de la Asamblea, como es el Salón Dorado, por cuanto es conveniente incluso buscar el más importante marco donde celebrarlo.
Las llamadas a la calma de la delegada y del presidente deben permanecer en el tiempo de cara a esa tercera concentración en el Monolito de la Constitución, en la Plaza de España. Nadie tiene derecho a perturbar nuestra convivencia y así debemos dejarlo claro en todos los espacios públicos donde tengamos ocasión de actuar.
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