Los comerciantes del Mercado Central de Abastos de Melilla se dividen: Los que apuestan por ampliar el horario de apertura y los que ven que la propuesta les supone más gastos.
Hace unos años el Mercado Central de Abastos era un lugar en el que los melillenses se encontraban entre frutas, panes, carnes y pescados. Los comerciantes no paraban quietos y despachaban lo más rápido posible a sus clientes. Las materias primas de calidad y la atención personalizada eran las dos ventajas que ofrecían este tipo de puestos. Eran valorados por los melillenses. Sin embargo, la llegada de las grandes superficies a Melilla ha provocado que los ciudadanos se olviden de que hay mercados de abasto en los que pueden comprar la mejor fruta, carne, pescado y otros productos con los que se pretende dinamizar las ventas en estos lugares.
Desde hace unas semanas, el Mercado Central de Abastos abre sus puertas los jueves y viernes por la tarde. La polémica está servida entre los comerciantes. Algunos creen que será bueno para todos que las tiendas estén abiertas en este horario, aunque saben que van a perder dinero los primeros meses de esta iniciativa hasta que la gente se anime a comprar por la tarde en estos comercios. En cambio, otros no quieren ni oír hablar de ampliar las horas que tienen abierto su puesto. Afirman que apenas venden mercancía por la mañana como para hacer horas extra por la tarde. Unos apuestan por ampliar el horario para ser más competitivos respecto a otros comercios y otros prefieren que las cosas se queden como están para evitar más gastos.
Los nuevos, con ganas
Hace pocas semanas que llegaron los nuevos comerciantes al Mercado Central. La ferretería de Rhania Mimoumi es una. Eligió este mercado porque los alquileres son asequibles para poder emprender un negocio como el suyo. Acaba de empezar y le gustaría que el centro abriera sus puertas todas las tardes. Esto le permitiría hacerse con una clientela más fiel. Si los melillenses saben que pueden comprar por la tarde en su comercio, no optarán por otras tiendas.
Otro de los recién llegados al mercado es Kishu Nanwani, que ha abierto una tienda de regalos. Explica que la Ciudad ha sido muy receptiva con sus peticiones y que desde el principio, aceptó abrir el mercado algunas tardes para ver si los melillenses se animaban a comprar en estos comercios.
Señala que la Consejería de Bienestar Social y Sanidad les ha facilitado abrir los jueves y viernes por las tardes para que puedan hacerse con clientela. Nanwani reconoce que no hay muchos clientes en este horario. Por ello, insiste en que debe anunciarse aún más entre los melillenses el nuevo horario de apertura, además de emprender más iniciativas.
Este comerciante señala que no sólo basta con una campaña de publicidad, sino que van a solicitar que el mercado esté abierto todas las tardes. De esta forma, los melillenses sabrán que pueden hacer sus compras a cualquier hora en el Mercado Central.
Otra de las propuestas de este comerciante es emprender campañas de promoción de las tiendas que hay en el interior del mercado. Explica que para el Día de los Enamorados están organizando una especie de rifa o sorteo entre los clientes. Si cada puesto pone un producto, se puede atraer la atención de los melillenses a través de este tipo de iniciativas.
Nanwani afirma que hay muchos comerciantes en el Mercado Central que están cansados de luchar por sacar adelante su negocio y que no tienen más fuerzas para luchar por conseguir más clientes. Sin embargo, cree que con la entrada de nuevos comercios en el mercado, como es el caso de la peluquería, la ferretería o su tienda de regalos, se puede dinamizar este edificio y conseguir algún día que los melillenses compren también en horario de tarde.
Asegura que una vez que los ciudadanos se habitúen a que pueden ir a este centro a cualquier horario, más comerciantes se animarán a abrir sus tiendas por la tarde.
No hay clientes ni por la mañana
No todos los comerciantes abren sus negocios en horario de tarde. El dueño de una panadería explica que hace doce años se intentó que los melillenses acudieran al mercado tras la hora de la comida y no funcionó. Él no va a abrir su tienda porque afirma que no hay clientes y lo único que va hacer es perder dinero. Asegura que la gente ha perdido la costumbre de ir al mercado de abastos y que tan sólo los sábados ven más animado este edificio.
Tampoco los fruteros del Mercado Central están abriendo sus negocios. “Si no hay clientes por la mañana, imagínate por la tarde”, resalta uno de estos tenderos que acaba de trasladarse desde el Mercado de Colón de Cabrerizas. Apunta que las ventas de fruta y verdura apenas le llegan para mantener a su familia. Si abre por la tarde, va a perder tiempo y dinero, añade.
En cuanto a su traslado desde Cabrerizas, explica que no le ha gustado tener que abandonar un puesto en el que llevaba toda su vida. Sin embargo, reconoce que cada día eran menos los clientes que había en ese mercado. Su temor es que en el Central no haya tampoco tantos melillenses interesados en comprar sus frutas. Imaginaba que al estar en el centro, como indica su nombre, iba a contar con más movimiento de clientes, pero se ha llevado una desagradable sorpresa al comprobar que no hay tantos compradores.
Los carniceros tampoco creen que los horarios de tarde funcionen entre el público. Los tenderos de Carnicería Emilio aseguran que lo único que haría su negocio es perder dinero si lo abrieran por la tarde. El gasto de luz sería superior a las pocas ventas que podrían hacer.
Estos comerciantes explican que el sistema de vida de los melillenses ha cambiado mucho. Antes eran las amas de casa las que hacían la compra en los mercados de abasto por la mañana y ahora, como todos los componentes de las familias trabajan no hay quien se acerque a estos centros.
Además, afirman que una queja de todos los comerciantes de este mercado es que los aparcamientos no están disponibles a buen precio para los melillenses. Indicaron que la mayoría de las plazas están ocupadas por vecinos de la zona.
Pocas horas para el pescado
Los que tampoco están satisfechos con los horarios de venta son los pescaderos del Mercado Central. Ello ni se plantean abrir por las tardes. No venderían ni marisco ni un sólo pez, pues casi no tienen clientes por la mañana.
Su descontento viene porque cuando se quieren dar cuenta les han dado las 10:30 horas todos los días en la frontera esperando a que los veterinarios certifiquen la calidad y el tamaño de los pescados. Así, no pueden llegar nunca antes de las diez a la plaza de abastos. Esto implica que apenas tienen desde las 11:00 hasta las 13:30 horas para vender su mercancía. Les gustaría ser los primero en entrar con sus cajas en el mercado y para eso necesitan que los veterinarios estén antes en la frontera.
Aunque en toda esta maraña de opiniones a favor y en contra del horario de tarde, hay quien se animaría a apostar por esta iniciativa siempre y cuando se contar con más respaldo. La charcutería de Manuel Marcos sería una de las tiendas que abriría sus puertas tras la siesta si se acompaña de más acciones.
Una de sus propuestas es que el aparcamiento sea más asequible para los clientes y que haya más plazas para dejar su coche, porque los vecinos de la zona no dejan muchas sin ocupar durante el día. Además propone potenciar uno de los valores de este tipo de comercios que no pueden ofrecer las grandes superficies, como es la atención personal al comprador. “Aquí el melillense no es un cliente, sino un amigo”, apuntó.
Pescaderos La situación de los pescaderos es la de la pescadilla que se muerde la cola. No pueden vender pescado sino pasa los controles sanitarios en la frontera, pero los veterinarios llegan a certificar el pescado sobre las10:00 horas, así que estos productos no llegan al Mercado Central hasta las 11:00 horas. Esto les deja muy poco tiempo para la venta al público. En apenas tres horas tienen que vender el pescado y el marisco que han adquirido en Marruecos. Aseguran que no les sale rentable este negocio y son cada vez más los puestos de pescado que cierran en el mercado.
Desean que los veterinarios certifiquen la calidad de sus productos antes de las 10:00 para ser los primeros en llegar al mercado. No van a mejorar sus ventas llegando a media mañana porque muchos clientes hacen la compra temprano. Además, esperan que las autoridades acaben con la venta ilegal de pescado en las calles. Están cansados de pagar impuestos para no vender” ni un lenguado”.
Charcutería Marcos. Manuel Marcos asegura que abriría su negocio en horario de tarde si se emprenden algunas iniciativas. Una de ellas es informar a los melillenses de que está abierto el Mercado Central con este nuevo horario. Asegura que una campaña que potencie los valores del comercio tradicional ayudaría a conseguir más clientes. Lleva 35 años en este negocio y ha visto cómo la gente ha dejado de ir a los mercados de abasto al decantarse por las grandes superficies. Sin embargo, resalta que la atención personalizada que pueden encontrar los melillenses en el Mercado Central no la van a tener en ningún otro supermercado de la ciudad. También pide un mejor precio para el aparcamiento que hay bajo este edificio. Con más plazas libres y un parking más barato, se animaría a más clientes a comprar.
Tienda de regalos y ferretería Los comerciantes que acaban de llegar al Mercado Central son los que están promoviendo que este edificio abra sus puertas en horario de tarde. Afirman que aunque haya pocos clientes y durante unos meses puedan tener pérdidas en sus negocios, les interesa tener la puerta abierta a los melillenses para que se habitúen a que pueden acudir a este mercado a cualquier hora. Creen que con el tiempo y la llegada de más clientes, el resto de comerciantes se animará a abrir sus tiendas. Están muy satisfechos con la acogida que tienen sus propuestas en la Consejería de Bienestar Social y resaltan que van a solicitar que se pueda abrir el mercado todas las tardes y no sólo las de los jueves y viernes. Además, organizarán sorteos para promover las compras en este centro.
Fruteros Los vendedores de fruta y verdura no tienen intención de ir por las tardes al Mercado Central. Afirman que casi no hay clientes por la mañana y por lo tanto, no les sale rentable estar frente al negocio, sino van a vender ni un kilo de naranjas.
Muchos de estos comerciantes llevan toda la vida vendiendo fruta y afirman que nunca habían visto los mercados de abasto tan vacíos como ahora. Señalan que los melillenses deben animarse a hacer sus compras en estos negocios tradicionales.
Carnicería Emilio Los tenderos de esta tienda del Mercado Central afirman que no abrirán su negocio por la tarde porque van a gastar más en luz que el dinero que puedan hacer con las ventas. Pero piden que el aparcamiento del mercado tenga mejores condiciones económicas para los clientes. También solicitan más plazas en el parking porque los vecinos de la zona no dejan las suficientes para los compradores.
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