Le invitó a viajar juntos a Tarragona, pero en el puerto la Guardia Civil descubrió la mercancía. Un joven marroquí exculpó a su amigo de la acusación que pesaba sobre ambos de un supuesto delito contra la salud pública y aseguró ante el juez del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que su compañero de viaje desconocía por completo la existencia del cargamento de droga que llevaba oculto en su coche. Una vez reconocidos los hechos y asumido en solitario la culpa, la Fiscalía pide para Y.L. la pena mínima para este tipo de delitos, tres años y un día de cárcel y además, el pago de una multa de 5.000 euros.
El pasado 7 de mayo el joven marroquí se dirigía al puerto de Melilla con el objeto de embarcar en el barco con destino a Tarragona. En las inmediaciones de la frontera se encontró con un conocido, que vive también en la ciudad catalana, por lo que le invitó a compartir el viaje de vuelta a casa. Sin embargo, en el control de la Guardia Civil en el puerto el can del Servicio Cinológico apuntó directamente a los bajos del coche, como posible lugar de droga.
Los agentes actuantes hallaron diversos paquetes de hachís en la transmisión del coche. El peso total de la droga fueron siete kilos por lo que tanto el conductor Y.L. y su acompañante S.H. fueron detenidos.
El conductor afirmó que su amigo desconocía la existencia de la droga, como así confirmó el propio acusado en su declaración ante el juez. Afirmó que se dirigía a Tarragona, cuando en la frontera de Melilla se encontró con su amigo y le invitó a viajar juntos. Dijo desconocer que en el vehículo en el que iban a embarcar hubiera droga escondida. Por ello, su abogado defensor pidió la libre absolución de S.H.
El agente de la Guardia Civil que participó en la intervención afirmó que el perro detector de droga “se metía debajo del coche” de manera insistente, justamente donde encontraron la droga más tarde, dentro del tubo de transmisión del vehículo.
El caso quedó visto para sentencia, con la petición del Ministerio Fiscal de una pena mínima en el caso de Y.L. de tres años y un día de cárcel, además de la multa, pues el acusado había reconocido y asumido la autoría del delito.