El informe policial relativo a una operación antiyihadista llevada a cabo el 16 de octubre de 2020 ha detectado interés por la captación de mujeres de Melilla para la yihad.
El informe ejecutivo final, al que ha tenido acceso El Faro, destaca que los investigadores pudieron constatar que el objetivo final de la célula desarticulada era la imposición de "un califato islámico haciendo uso de la yihad combativa".
Para conseguirlo, añade el informe sellado el 24 de octubre de 2022 por la Secretaría de Estado de Seguridad, era importante para los detenidos reclutar nuevos adeptos, "principalmente mujeres" para adoctrinarlas e incorporarlas al grupo, haciéndolas partícipes de su objetivo terrorista e instrumentalizándolas como nuevas captadoras y como madres "de los leones de verdad que van a luchar por esta religión", recoge textualmente el documento.
Los detenidos en esta operación policial, una pieza separada de otra actuación en Guipúzcoa, están considerados activistas de una célula terrorista adscrita a la corriente islamista radical alineada ideológicamente con Al Qaeda. Tenían identidad propia y autonomía para actuar y estaban radicados en la zona norte de Marruecos, con células en España y Bélgica.
El análisis de los 105 contactos telefónicos de uno de los acusados de yihadismo arroja que 52 de ellos pertenecen a mujeres que tienen en común que son españolas, musulmanas, jóvenes, usan niqab, son más o menos activas en redes sociales, donde promulgan el Islam en todas sus vertientes; son religiosas y residen en varias ciudades, "gran parte de ellas en Melilla".
Asimismo, el informe ejecutivo final destaca el papel de internet y los modernos medios de comunicación de masas en las estrategias actuales de las organizaciones terroristas que, en opinión de los investigadores, hacen que estas doctrinas sean más contagiosas y expansivas.
Entre las características comunes que comparten los musulmanes radicados en Occidente, objeto de captación de los radicales, son la juventud, la destreza en el uso de las redes sociales e internet, especialmente Facebook, donde acceden a propaganda yihadista y a quienes la divulgan.
De ahí que los investigadores consideran "extremadamente preocupante" no solo el uso creciente y la mayor accesibilidad a Internet sino también la eficacia del adoctrinamiento a través de esta vía para la creación de "una comunidad yihadista virtual" que incluye la auto radicalización y el fenómeno de adoctrinamientos terroristas, en los que un número reducido de personas comparten mensajes, tácticas y planes, "formándose un círculo vicioso que se retroalimenta".
"Cada vez más, las organizaciones y redes yihadistas están confiando parte del proceso de elaboración y distribución de sus materiales propagandísticos a individuos y grupos, que no sólo no forman parte de su estructura organizativa, sino que incluso pueden carecer de contacto personal y un conocimiento directo con aquellos que protagonizan la violencia terrorista", advierte el informe.
A.O. es uno de los detenidos en el marco de esta operación antiyihadista. En el informe es descrito como un salafista de Beni Enzar que operaba entre Marruecos y Melilla. De hecho, los investigadores se incautaron de 50.000 archivos y un millar de conversaciones de chat en diversas plataformas tras registrar su casa en la calle Picasso, de Melilla.
El análisis de toda esa documentación arrojó que A.O. estaba en posesión de material de doctrina yihadista, en el que se justificaba la guerra santa y la lucha contra los infieles y se promulga la adhesión a la yihad. Además se hallaron imágenes con la bandera de la organización Daesh.
En ese material intervenido aparecen documentos doctrinales sobre el matrimonio y el divorcio y "normas civiles por las que debe regirse un buen musulmán". Además, se confirmó que enviaba mensajes con alusiones directas a la defensa de la Ley Islámica o Sharía, que debe aplicarse derogando las democracias occidentales.
En el marco de esta investigación pudo constatarse, también, la existencia de un local o garaje en el que A.O. daba sermones religiosos a grupos cerrados. Este comportamiento es propio, según los investigadores, "de grupos y organizaciones que pretenden pasar ocultos y defienden el hermetismo en relación a la entrada y pertenencia en el grupo".
Además, se ha comprobado su participación en un canal de Telegram en el que se dice textualmente: "Matad a los incrédulos donde los encontréis", por lo que se deduce que divulga mensajes radicales que incitan al odio contra todo aquel que no profese la versión islámica que defiende.
A.O. tenía contactos con Y.O.S., también de Beni Enzar, pero con residencia en Bélgica, que regresaba con asiduidad a Marruecos, siempre a través de Melilla.
El informe destaca que la aparición en España de movimientos salafistas (islamista radical totalitario) y takfir (acusan de infiel a otros musulmanes) no se quedó solo en la actividad propagandística en redes sociales "sino que, por el contrario, pronto fructifica de forma beligerante en la ciudad de Melilla".
De esta forma, a través de una web propagan el odio al Ejército, convirtiendo a los militares en "enemigos" del Islam.
En el marco de esta investigación policial se detectaron publicaciones "en las que se define a los militares, profesionales muy abundantes en Ceuta y Melilla, como incrédulos o adoradores de otras deidades fuera de Alá", de ahí que los critique y fije al Ejército como enemigo.
Otro de los objetivos de estas células es incrementar su base numérica, mediante la captación de "muyaidines" y para ello aplican los manuales de captación de la organización terrorista Al Qaeda.
Al hablar de este objetivo de captar nuevos miembros para su yihad y propagar el odio hacia Occidente, crean "un frente específico" en torno a las mujeres.
Los investigadores han constatado que los radicales saben que la mujer no suele estar tan preparada en temas religiosos como el hombre, lo que viene a perpetuar el rol de la debilidad femenina frente a la fortaleza masculina y, de hecho, en estos círculos yihadistas se entiende y espolea el castigo físico mediante golpes con varas flexibles para que la mujer acepte la guía del varón.
De esta forma, entienden a la mujer como "algo débil y necesitado de protección que solo el Islam radical les otorga" y se añade el odio a Occidente, que las convierte en víctimas de la maldad occidental.
Esta estrategia funcionó e hizo que muchas mujeres que se convirtieron al Islam y cayeron en manos de radicales, lo abandonaron todo, creyendo en la yihad real de manos de sus maridos contra el resto del mundo.
"Por ello el matrimonio en el Islam se aborda en estos grupos como una de las herramientas más potentes para captar seguidores. No sólo porque aporta el número de las mujeres, sino porque constituye un estímulo para muchos musulmanes el poder casarse con mujeres fáciles de instruir", recalca el informe que a su vez, insiste en que "esta ideología cristaliza en Melilla, dando un paso mucho más grande hacia adelante, con la aparición de un grupo de personas que controlan La Cañada de Hidum y que colaboran activamente en la página radical objeto de esta investigación: se trata de los implicados en la Operación Javer/Verde, que tuvo lugar en Melilla y que fue llevada a cabo entre Policía Nacional y Guardia Civil.
En este punto destacan a uno de los seis detenidos en el 'caso Javer': K.M.D., que debió salir de la cárcel en mayo de 2021 (seis años después de ser detenido en Melilla), pero que fue detenido en la prisión de Córdoba por su labor de captador de radicales islámicos.
A K.M.D. en un primer momento la Fiscalía le pedía 10 años de prisión, pero finalmente lo condenó a seis años tras llegar a un acuerdo judicial.
Los integrantes de este grupo, liderado por M.A.L., alias Doberman, tenían en común su odio a Occidente, hacia el Ejército y quienes sirven en él. De hecho, movieron por Internet material audiovisual en el que insisten en destacar que los musulmanes no pueden formar parte de las Fuerzas Armadas, lo que los investigadores consideran que es "de cierta relevancia en Ceuta y Melilla, donde una de las salidas profesionales más habituales es el servicio en el Ejército".
También tienen en común su odio al orden constitucional. Prueba de ello es que entre el material que se les incautó en los registros había manuales de Al Qaeda para el uso de armas cortas, de guerra, explosivos o elaboración de venenos como el ricino.
Además les hallaron información sobre edificios relevantes como el Tribunal de Cuentas o la Dirección General de la Guardia Civil y se comprobó que consultaron webs sobre adquisición de armas de fuego por lo que los investigadores han concluido que el riesgo de que estuvieran ideando un atentado terrorista "era más que plausible".
Asimismo, destaca en el perfil de estos radicales el objetivo de recuperar Al Andalus, una meta que según la documentación decomisada es la de todo musulmán residente en España.
En este sentido, destaca la incautación de manuales en formato analógico, pero también en audio y vídeo con referencias al papel de la mujer en la yihad
Entre las conclusiones de la investigación está el uso que los radicales hacen del matrimonio para aislar a las mujeres; unirlas en el proyecto de grupo a medio plazo y convertirlas en madres de la siguiente generación de muyaidines para el grupo.
Para conseguirlo, toman medidas para separarlas de sus entornos de procedencia, las persuaden sobre el papel de la mujer en la yihad como madre y soporte de yihadistas.
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