La Comisión Islámica de Melilla (CIM) ha encargado este informe independiente al tener “fundadas sospechas” sobre los realizados por la Ciudad y el Ministerio de Habbús en Nador.
El pasado 14 de febrero funcionarios de la Delegación del Ministerio de Habbús y Asuntos Islámicos de Nador clausuraron la mezquita del Buen Acuerdo al detectar, bajo informe técnico, graves problemas estructurales en el inmueble que coinciden con la inspección realizada por la Dirección General de Arquitectura de la Ciudad Autónoma. La Comisión Islámica de Melilla (CIM) presentó ayer un informe “independiente” en el que se asegura que, la parte del inmueble concerniente a la mezquita es utilizable. “Se considera que la edificación destinada al uso de concurrencia pública para sala de rezos no soporta patologías y posee un buen estado de conservación que no impide, en medida alguna, dicho uso”, reza el informe que facilitó el portavoz de la entidad, Samir Mohamed Tieb, quien aclaró que, por el momento, el arquitecto encargado de realizar esta inspección prefiere mantenerse en el anonimato.
Mohamed Tien aseguró, al ser usuario habitual de la citada mezquita, que no encuentra ninguna deficiencia que los informes de la Ciudad y las autoridades de Nador han reflejado. Además, dijo no entender por qué se clausura un templo religioso si el inicio de las obras no se prevén hasta dentro de seis meses, por lo que aseguró que desde la CIM “no permitiremos el cierre de ningún lugar de culto”, ya que es esta entidad religiosa “la única y verdadera interlocutora de la comunidad musulmana de Melilla con las instituciones”.
Así, cualquier tema relacionado con este colectivo melillense es “competencia” de la CIM y manifestó la disposición de la Comisión a la Ciudad Autónoma para tratar la problemática de la mezquita del Buen Acuerdo, así como cualquier asunto que afecte a la comunidad musulmana melillense como es el caso de los lugares de culto.
Mohamed Tieb dijo no entender las críticas y acusaciones del secretario de la Asociación Musulmana de Melilla (AMM), Abderramán Benyahya, al que calificó como un “experto en sembrar confusión y crispación en el seno de la comunidad musulmana. Está obstinado por el cierre de la mezquita del Buen Acuerdo, ¿acaso no le gusta ver cómo los musulmanes frecuentan las mezquitas para cumplir con sus obligaciones?”, se preguntó.
Por último, el portavoz de la Comisión Islámica de Melilla hizo referencia al acuerdo de Cooperación del Estado Español con la Comisión Islámica de España (CIE), la Ley 26/1992 de 10 de noviembre, en cuyo artículo 2.2 recoge que “los lugares de culto de las Comunidades Islámicas miembros de la CIE gozan de inviolabilidad en los términos establecidos por las Leyes. En caso de expropiación forzosa, deberá ser oída previamente la CIE, y no podrán ser demolidos sin ser previamente privados de su carácter sagrado, con excepción de los casos previstos en las Leyes, por razones de urgencia o peligro. También quedarán exceptuados de la ocupación temporal e imposición de servidumbres en los términos previstos en el artículo 119 de la Ley de Expropiación Forzosa”.
Los problemas estructurales están en los locales
Según el informe alternativo encargado por la CIM y que su portavoz facilitó ayer a El Faro, refleja que los daños estructurales se encuentran en los locales comerciales aledaños a la mezquita. Extremo que también reflejan los informes de la Ciudad y la Delegación ministerial de Nador y que en ambos casos coincidieron en indicar que esas obras en los locales comerciales habían dañado la estructura del templo.
El informe de la CIM se realizó el pasado día 15 de febrero, un día después del cierre decretado por los funcionarios de Nador, y basado en una inspección visual del inmueble. En esta inspección se concreta que la mezquita es independiente a los comercios aledaños “sin compartir accesos ni elementos que sufran afecciones entre ambos, dado la diferencia de usos”.
“No se observa alteración alguna sobre los elementos de revestimientos o de albañilería, que denotarían posibles vicios estructurales” y añade que éstas “muestran un buen estado de conservación en la edificación destinada al uso de concurrencia pública”, es decir, la sala destinada al rezo.
Sin embargo, “en la edificación perimetral destinada a locales comerciales se aprecian diversas patologías que afectan a elementos estructurales de muros de carga, con fracturas y pérdida de estabilidad de los mismos y con actuaciones de apeo de éstos para garantizar su estabilidad y la continuidad de su actividad comercial”.
En conclusión, el informe colige que “la edificación destinada al uso de concurrencia pública para sala de rezos no sorporta patologías y posee un buen estado de conservación que no impide, en medida alguna, dicho uso”.