Los vecinos de la calle General Manzanera despertaban ayer con el miedo en el cuerpo. El humo invadía las escaleras y el portal del número tres de la calle y lo que obligó al desalojo del inmueble poco antes de las 8 de la mañana.
Según informaron los Bomberos de la ciudad el fuego que provocó el desalojo, se produjo alrededor de las 7:45 horas en un piso de la quinta planta del edificio. La cocina y el lavadero de la vivienda quedaron calcinados. No hubo que lamentar víctimas aunque el inquilino de la casa se encontraba en el interior cuando comenzó el incendio.
Los Bomberos apuntaron que no conocían las causas del fuego, pero barajaron un cortocircuito como la posible origen del siniestro.
El humo y las llamas alertaron a los vecinos de la zona, y además del edificio en el que se produjo el incendio, también se evacuaron los pisos colindantes por precaución.
Victoria, una de las vecinas del bloque afectado, explicaba ayer que a pesar del miedo el desalojo fue muy ordenado. “Fuimos bajando por las escaleras poco a poco, había nervios, pero todo el mundo mantuvo la calma”. Además destacó la colaboración entre todos los vecinos. “Los de los pisos de enfrente que no fueron desalojados, nos trajeron mantas para los niños”, dijo. Y es que los pequeños fueron precisamente la principal preocupación de los desalojados, ya que la mayoría de las familias que viven en el edificio tienen hijos pequeños.
La Policía Militar fue la primera en llegar al lugar de los hechos, según apuntaban ayer los vecinos. Minutos más tarde llegaron los efectivos de los Bomberos, que se encargaron de extinguir las llamas, aunque antes de que aparecieran ya se habían tratado de apagar con los extintores del edificio y el habitante de la casa incendiada había sido evacuado.
Tras media hora en la calle, pasadas las 8:30 horas los vecinos del inmueble pudieron volver a sus casas, con el “susto en el cuerpo”, según decía ayer otra de las habitantes del edificio.
Y es que los residentes del bloque de pisos vieron cómo inesperadamente la escalera se llenaba de humo. “De repente empezamos a oír mucho ruido y a oler a quemado”, decía la vecina de uno de los bajos del edificio, “cuando abrí la puerta vi que todo el mundo estaba saliendo a la calle y sentí miedo”. El humo negro llegó hasta la azotea, insistió.
Afortunadamente el incidente quedó en un sobresalto para casi todos, pero según informaron los Bomberos la vivienda donde se originó el fuego quedó totalmente afectada por el humo.
Los rastros del fuego eran ya pocos pasado el mediodía de ayer. Un poco de agua en el portal y la calle del piso y las cajas de los extintores usados rotas, a la espera de que sean repuestos, eran las únicas señales de lo que había sucedido unas horas antes. A ello se unían los corrillos de vecinos comentando lo ocurrido.
Los inquilinos del edificio, que nunca antes habían sufrido un percance similar, sólo esperan ahora que no vuelva a repetirse y se mostraron agradecidos tanto por la calma como por la rápida actuación de los efectivos de seguridad que impidieron que el incidente fuera más grave.
No ha sido el único incendio que en el que han tenido que intervenir los efectivos de los Bomberos en los últimos días. El domingo por la noche también tuvieron que apagar las llamas de una vivienda de la calle Hércules en la que tampoco se registraron heridos.