Adolescentes bajo la tutela de la Ciudad denuncian que sus padres tienen permiso para viajar a la península y a ellos no les permiten salir de Melilla l Critican que 20 niños que están en el CETI corren riesgo de enfermar.
Lo peor siempre está por venir. Las familias sirias que han conseguido salvarse de la guerra y llegar a Melilla se enfrentan ahora a la ley, en el mejor de los casos, y en el peor, a la burocracia. Alrededor de unos 30 ciudadanos sirios, entre ellos varios niños y adolescentes, protestaron ayer en la Plaza de España contra la ruptura de sus núcleos familiares.
Pero, sobre todo, piden la salida inmediata de Melilla hacia Madrid, ya que consideran que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde se alojan unos 250 ciudadanos procedentes de Siria, no reúne las condiciones de espacio ni higiénico-sanitarias mínimas para poder vivir y evitar que los más pequeños (en torno a unos 20 niños) sufran el contagio de parásitos y enfermedades en los aseos que comparten con adultos que han pasado varios meses viviendo en el monte Gurugú.
Bela Laisarhan es un adolescente sirio de 16 años que está preocupado porque la Policía lo separó de su familia. Él está actualmente bajo la tutela de la Ciudad Autónoma en un centro de acogida, mientras su padre, su madre y su hermana de 12 años viven en el CETI y tienen permiso para abandonar Melilla la próxima semana. “Ellos se van a la península y yo no puedo salir de aquí”, comentó ayer a El Faro.
Feras es otro ciudadano sirio que también ha optado por manifestarse junto a sus compatriotas en la Plaza de España. En su caso, protesta porque tiene “muchísimos” problemas en el CETI. “Por un lado estamos separados de nuestros hijos porque muchos se encuentran en centros de acogida y por otro, somos muchos en el CETI. Tenemos que compartir nuestra vida con 1.500 africanos y nosotros somos minoría, unos 250 sirios. No tenemos nada contra ellos, pero nos preocupa que vienen de las montañas y que puedan transmitir enfermedades a nuestros hijos. Nadie nos ha dado información hasta ahora sobre si ese riesgo sanitario existe o no. Por eso tenemos tanto miedo”, señaló.
Feras también hizo alusión a que muchos de los sirios que se encuentran en Melilla tienen familia al otra lado de la frontera. “La comunidad internacional sabe que tenemos derecho al asilo político y España no nos deja entrar en su territorio. Tenemos que pagar para entrar en Melilla y muchas veces el dinero no alcanza para toda la familia. No entendemos por qué no nos dejan entrar. No queremos quedarnos en España, sino seguir camino a Noruega, Suecia, Holanda o Alemania”, señaló a este diario.
La intención de los sirios era quedarse a dormir en la Plaza de España, como ya hicieron a finales de diciembre 217 compatriotas suyos. Sin embargo, por la tarde ya no quedaba ninguno allí.
Delegación niega que se discrimine a los sirios
La treintena de ciudadanos sirios que ayer protestó en la Plaza de España también se queja de que la Delegación del Gobierno prioriza la salida hacia la península de los inmigrantes subsaharianos del CETI.
Desde este organismo, máximo representante del Estado en la ciudad, negaron ayer “tajantemente” que el colectivo de inmigrantes sirios se encuentre discriminado. “Al contrario, gozan de preferencia en los traslados a los centros peninsulares por considerarlos un colectivo vulnerable”, señalaron en una nota.
Asimismo, la Delegación del Gobierno “lamenta y considera injustas las críticas y denuncias del colectivo de inmigrantes sirios”, insiste el comunicado.
Según explica la nota, “desde hace un par de meses se vienen intensificando los traslados a la península de los grupos de inmigrantes considerados vulnerables, con especial atención prioritaria a los sirios”.
Asimismo la Delegación del Gobierno señala que se están cumpliendo a rajatabla los protocolos establecidos por la Consejería de Bienestar Social para constatar la filiación parental de los menores que llegan a la ciudad junto a inmigrantes irregulares.
Finalmente, la Delegación del Gobierno pide a los inmigrantes sirios que cooperen “con el ánimo de poder agilizar los trámites precisos y previos a su futuro traslado a centros de acogida de la península”.
Como ya ha publicado El Faro, los sirios suelen quedarse muy poco tiempo en estos centros de acogida gestionados por ONGs porque ellos salen a la península con la intención de continuar camino hacia otros países del norte de Europa.
Ninguno de ellos solicita asilo político en Melilla porque eso les ataría a la ciudad mucho más tiempo del que querrían.
Bienestar Social practica pruebas de ADN a niños sirios sin documentación
El viceconsejero de Bienestar Social, Hassan Driss, confirmó ayer a El Faro que la Ciudad Autónoma mantiene bajo su tutela a varios menores sirios cuyos padres no han podido demostrar el grado de filiación que les une. “Si no entran juntos, el padre tiene que demostrar que es su hijo con documentos. Muchas veces los apellidos no coinciden y tenemos que hacerles las pruebas de ADN. Hasta que no se demuestra que tienen lazos de consanguinidad, no le devolvemos el niño, tal y como nos exige la ley”, señaló ayer a este diario.
Hay que aclarar que muchos niños sirios consiguen ‘colarse’ por la frontera de Melilla antes de que sus padres entren en la ciudad. Incluso, algunos progenitores, pagan para que sus hijos entren por delante de ellos en España.
A falta de documentos y para demostrar la paternidad, padres e hijos son sometidos a pruebas de ADN que se realizan en la Universidad de Granada, que tiene firmado un convenio de colaboración con la Fiscalía de Menores y la Consejería de Bienestar Social. “Los resultados tardan de 10 a 15 días en llegar a Melilla”, apuntó el viceconsejero de Bienestar Social.
Driss subraya que estas pruebas se practican porque “la ley exige a Bienestar Social que demuestre que un niño que entra en Melilla es hijo de quien dice ser su padre”.
No hay retraso intencionado
En cualquier caso, el viceconsejero de Bienestar Social ha querido dejar claro que “no es intención de la Ciudad Autónoma retirarle a nadie la custodia de un niño ni mucho menos retrasar intencionadamente la salida de los inmigrantes sirios a la península”.
El año pasado en Melilla se practicaron unas 15 pruebas de ADN y en el primer trimestre de este año la Consejería de Bienestar Social no ha notado un repunte respecto a 2013. “Hemos hecho un número de test más o menos igual que en la misma fecha del año pasado”, recalcó Driss.
Actualmente los tres centros de acogida de Melilla (La Purísima, La Gota de Leche y Divina Infantita) alojan a 205 niños, casi 20 más que la semana pasada, cuando la Consejería de Bienestar Social dio la voz de alarma y denunció que estaban saturados.
La mayoría de esos 205 niños acogidos son marroquíes. Nada se ha adelantado para conseguir que Marruecos los readmita.
El problema
Familias sirias separadas
La Consejería de Bienestar Social mantiene separados de sus padres a varios niños sirios. Los progenitores no han podido aportar la documentación necesaria para demostrar el grado de consanguinidad que les une. Por eso, la Ciudad los obliga a someterse a pruebas de paternidad, que suelen tardar de 10 a 15 días en resolverse. En ese período de tiempo a menudo le llega la salida a la península a estas familias, que tienen que quedarse en Melilla o bien esperar en Málaga a que les devuelvan a sus hijos para poder continuar camino hacia otros países de Europa.
La burocracia
Madres en centros de acogida de menores
La ONG Prodein denunció ayer que hay adolescentes sirias embarazadas y madres de niños en centros de acogida de menores bajo la tutela de la Ciudad y separadas de sus maridos y del resto de la familia. En opinión de la organización Pro Derechos de la Infancia esto sucede por la descoordinación que existe entre la Administración del Estado y la local. También por la burocracia, que no atiende a razones. Por eso ha elaborado un informe para el Defensor del Pueblo en el que denuncia “lo que está pasando en Melilla”.
la capacidad
La Ciudad tienen a 205 niños bajo su tutela
La Consejería de Bienestar Social mantiene tutelados a 205 niños (la mayoría marroquíes) en los tres centros de acogida de la ciudad: La Purísima, La Gota de Leche y Divina Infantita. Se trata de un cifra muy superior a la registrada la semana pasada (de 170 a 180 niños acogidos), cuando el viceconsejero Hassan Driss denunció la saturación de los centros que están pensados para 160 menores.
Prodein critica la descoordinación entre administraciones
La ONG Prodein aseguró ayer a El Faro que muchos niños sirios se mantienen separados de sus padres en Melilla por “descoordinación entre la Administración del Estado y la local”.
Según explicaron desde la organización Pro Derechos de la Infancia, es incomprensible que una menor de edad, casada y con hijos esté en un centro de acogida, bajo la tutela de la Ciudad Autónoma y separada del resto de su familia, como está ocurriendo en estos momentos en Melilla.
También critican que una madre menor de edad no pueda viajar a la península con su hijo pequeño en estado grave y que en su lugar tenga que ir la abuela del menor. Es lo que le ocurrió a una adolescente siria embarazada que ha llegado a la ciudad con un niño pequeño que sufría una afección pulmonar y que tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital de Málaga sin su madre, porque ésta permanece en un centro de menores.
En opinión de Prodein, la Administración local está complicando los trámites burocráticos con los sirios. En cambio se preguntan si estas mismas exigencias se aplican a los menores marroquíes bajo tutela de la Consejería de Bienestar Social.
Para solucionar el asunto, Prodein ha enviado un informe al Defensor del Pueblo denunciando la separación de familias por culpa de la burocracia. En opinión de la ONG, “todo esto está fuera de lo razonable”.
Policía Nacional detiene a dos porteadoras por ‘colar’ un niño sirio de 2 años por Barrio Chino
Tania Costa Melilla
Agentes de la Policía Nacional detuvieron el pasado martes por la mañana a dos mujeres que entraron en Melilla por el puesto fronterizo de Barrio Chino con un niño sirio de dos años de la mano, que pasó con un pasaporte falso.
Fuentes policiales consultadas por El Faro aseguran que las mujeres, al parecer porteadoras (otras fuentes aseguran que son prostitutas), pasaron el control de Barrio Chino con total normalidad. “Llevaban al niño cada una por una mano”, señalan.
Cuando ya habían atravesado el control, un capitán de la Guardia Civil, alertó a la Policía Nacional de que el niño no era marroquí sino sirio.
Fue entonces cuando los agentes de la Policía Nacional se hicieron cargo del caso, detuvieron a los mujeres y pusieron el niño a disposición de los Servicios Sociales de la Ciudad.
En principio, fuentes policiales apuntan a que es la primera vez que se detecta la entrada de niños sirios de forma ilegal utilizando a las porteadoras.
Hay que tener en cuenta que los propios inmigrantes subsaharianos llaman a la entrada por la frontera con pasaporte marroquí ‘la estrategia siria’, ya que éste es el método habitual utilizado por los ciudadanos de ese país para acceder a Melilla.
De hecho, por esa vía han entrado a la ciudad cerca de 500 ciudadanos sirios. Desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) creen que al menos otro millar quiere hacer lo mismo.
Dos subsaharianos en Farhana
También el miércoles por la mañana, agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado detuvieron en el puesto fronterizo de Farhana a un hombre de 60 años y nacionalidad española que llevaba a dos inmigrantes subsaharianos ocultos en el doble fondo de su vehículo.
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