Manzanas, peras o naranjas, un yogurt o un vaso de leche, zumo, galletas, pan, mantequilla, mermelada y cruasanes fueron parte de los alimentos que los niños de tres años del colegio Enrique Soler pudieron tomar ayer a través de una iniciativa de este centro para promocionar el desayuno como una de las comidas más importantes del día. Además, se trataba de una comida equilibrada donde la fruta y la clásica tostada se podían combinar con un pequeño dulce.
El consejero de Educación y Colectivos Sociales, Antonio Miranda, acudió a esta cita con los pequeños del colegio e incluso compartió desayuno con ellos. Así, se destacó que la Ciudad ha subvencionado con 3.600 euros este proyecto, que dará un desayuno saludable a alrededor de 900 niños en una semana.
Además, Miranda felicitó a la Cooperativa de Maestros de Melilla, que dirige el colegio, por ser un modelo para el resto de la comunidad educativa de la ciudad.
También informó de que la Consejería subvencionará los talleres de Inglés de julio y agosto, donde no se ofrecerá un desayuno, pero en el descanso, los monitores repartirán piezas de fruta para que los niños se vayan acostumbrando a este tipo de alimentos tan necesarios para el organismo.
El comedor donde se repartió este desayuno es de reciente creación y está abierto tanto para ofrecer esta primera comida del día como el almuerzo por sólo seis euros la jornada, según indicaron las coordinadoras de este espacio, que además, comentaron la posibilidad de admitir a alumnos de otros centros.
Cada principio de mes se elabora un plan de comidas que está a disposición de los padres de los alumnos para que puedan comprobar que se sigue una dieta equilibrada y para que complementen estas comidas con otros alimentos en las cenas.
Por otro lado, los alumnos del Enrique Soler ya están rematando los detalles de la fiesta de fin de curso que este año celebrarán por separado Infantil y Primaria y cuyo tema son los 80.