A las 10:30 horas de la mañana del miércoles, Bernardo Artilla y Samira Chberreq, junto con sus tres hijos –uno de ellos en silleta- han llegado a la puerta del Palacio de la Asamblea con la intención de quedarse allí hasta que les solucionen el problema que tienen con la vivienda, después de que se quemara su casa de Las Palmeras el lunes y hayan pasado las dos últimas noches en el albergue, en unas condiciones que, para ellos, no son aceptables, con dos pequeñas camas de las que se ha caído varias veces uno de los niños, según han dicho sus padres.
No ha sido posible para ellos reunirse con el consejero de Infraestructuras, Urbanismo y Deporte, Rachid Bussian; la presidenta de Emvismesa, Yonaida Sel-lam; la consejera de Presidencia y Función Pública, Gloria Rojas; y el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad. Todos ellos se encontraban en diferentes reuniones en unos días que están siendo ajetreados, según cuentan desde la Ciudad Autónoma, tras la vuelta de vacaciones. La consejera de Políticas Sociales, Salud Pública y Bienestar Animal, Francisca García Maeso, tampoco ha respondido a sus llamadas.
En una breve conversación con El Faro, sin embargo, Mohatar ha asegurado que este jueves se va a comenzar el arreglo de su vivienda, que, además, se va a realizar de manera gratuita gracias a un contratista con el que se ha hablado a través de Emvismesa y que será quien corra con el gasto de las obras.
Respecto a la petición de la pareja de no volver al albergue y que se les conceda momentáneamente una vivienda, el consejero ha declarado que ello no es posible, ya que Emvismesa no dispone de casas provisionales y, además, en este caso Bernardo y Samira ya disponen de una en propiedad.
Además, según ha podido saber también este periódico, desde la Ciudad Autónoma se le está buscando trabajo a Bernardo, si bien han reconocido que hay dificultades grandes actualmente por la falta de oferta. A pesar de ello, esperan poder encontrarlo pronto, en un plazo de unos días si es posible.
Pese al visible enfado que mostraban ambos durante la mañana, alrededor de las 12:30 se han marchado a tomar un café y a pensar en la oferta que, a través de El Faro, se les ha hecho desde el Gobierno local para regresar al albergue y esperar que termine el arreglo de su casa para volver a instalarse en ella.
De hecho, varias personas que se han acercado hasta el lugar y han hablado con ellos les han aconsejado que aguanten en el albergue, pues los niños no pueden dormir en la calle y, además, creen que es la mejor solución que pueden encontrar, máxime ahora que la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, en contacto con Emvismesa, les ha asegurado el arreglo de su vivienda gracias a este particular.
Entre quienes se han acercado por allí, había dos voluntarios de Mensajeros de la Paz, Zala Mohamed y Yonaida Amar, quienes han entregado café a los adultos y galletas a los niños para hacer más amena su espera.
Finalmente, por la tarde, los cinco han vuelto a su casa a sacar diversos enseres a petición del Gobierno local para que el jueves puedan comenzar los arreglos en su vivienda. Además, Samira ha confirmado que, hasta que puedan volver a ella, se hospedarán en el albergue al no tener otra salida.
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